Parapsicología
10 Formas inesperadas para sentirte más vivo
No dejes que estar desilusionado sea tu estado habitual.
7 de julio de 2023 Revisado por Ray Parker
Los puntos clave
- Una forma de aumentar la vitalidad es satisfacer la necesidad de autonomía y conexión social.
- Otros enfoques incluyen la nostalgia, los estados de flujo, la novedad y pasar tiempo en la naturaleza.
- La conciencia de nuestra mortalidad puede aumentar nuestro aprecio por la vida.
Solo porque estamos vivos no significa que siempre nos sentimos llenos de vida. El estrés cotidiano puede dejarnos agotados y desgastados como si estuviéramos corriendo en piloto automático. Pero pequeños ajustes pueden ayudarnos a recuperar una sensación de vitalidad. Los siguientes son diez enfoques basados en la ciencia.
1. Haz algo porque realmente quieres
La investigación encuentra que nos sentimos con más energía no solo cuando se satisfacen nuestras necesidades físicas (comida, agua, sueño, etc.), sino también cuando se satisfacen nuestras necesidades psicológicas. Una de estas necesidades es la autonomía, o la capacidad de tomar decisiones y dirigir nuestros propios comportamientos, en lugar de sentirnos controlados o presionados. La vida está llena de situaciones en las que no tenemos muchas opciones, y mucho menos total libertad, pero podemos buscar formas de hacer las cosas en nuestros propios términos cuando tenemos cierta flexibilidad; y cuando no lo hacemos, recordarnos a nosotros mismos las razones por las que valoramos las cosas que tenemos que hacer puede hacer que esas cosas se sientan más satisfactorias.
2. Alegrarle el día a alguien
Otra necesidad psicológica que puede aumentar la vitalidad es la conexión social, especialmente las formas que implican beneficiar a otros, como el voluntariado o dar apoyo emocional. Incluso hacer algo por alguien que nunca conocerás puede ayudar: en un estudio, los participantes cuyo desempeño exitoso en un juego condujo a una donación a un banco de alimentos se sintieron más vivos y con más energía después que aquellos cuyo desempeño no tuvo este beneficio, en parte debido al conocimiento de que sus acciones tuvieron un impacto positivo en los demás.
3. Reconecta con tu yo más joven
Sentirse vivo puede ser más natural cuando somos jóvenes, pero a medida que envejecemos no tenemos que perder el contacto con ese espíritu juvenil. Una serie de experimentos sobre los beneficios de la nostalgia descubrieron que reflexionar sobre los recuerdos positivos del pasado aumentaba el sentido de autocontinuidad de las personas, o los sentimientos de conexión entre quienes son ahora y quienes eran entonces, lo que los hacía sentir revitalizados. Se ha demostrado que la música nostálgica es una forma poderosa de evocar este sentimiento.
4. Concéntrate en lo que tu cuerpo puede hacer en lugar de cómo se ve
Una pérdida importante de vitalidad ocurre cuando una persona es tratada como un objeto, una visión que puede internalizarse como autoobjetivación. Un enfoque crónico en cómo nos ven los demás puede desviar la atención de la experiencia interna de estar vivo, como la sensación satisfactoria de que su corazón bombea y sus músculos trabajan durante el ejercicio, o el placer de comer una buena comida. Notar y apreciar estos estados internos puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos de la objetivación.
5. Entra en un estado de flujo
En un estudio de trabajadores en una variedad de ocupaciones, sentir un mayor flujo en el trabajo se asoció con una mayor vitalidad. El flujo se define como estar tan completamente inmerso en lo que estás haciendo que te pierdes en ello y apenas notas el paso del tiempo. Ocurre cuando tu nivel de habilidad coincide perfectamente con la dificultad de una tarea, lo que la hace un desafío agradable pero también aparentemente sin esfuerzo. Ejemplos de actividades que pueden inducir el flujo incluyen: tocar música, hacer arte, bailar, escribir, jugar, escalar rocas, surfear y practicar deportes.
6. Sal de tu rutina habitual
Las actividades bien aprendidas pueden ser vitalizantes debido a su potencial para inducir un estado de flujo, pero también lo pueden ser las actividades novedosas. Incluso los cambios menores en nuestros hábitos típicos pueden atraer nuestra curiosidad y aumentar nuestros sentidos, como comer un tipo de cocina que nunca antes habíamos probado, tomar una nueva ruta a casa o leer un libro sobre un lugar o un momento de la historia del que no sabemos nada. La investigación encuentra que cuanta más novedad experimentan las personas en la vida cotidiana, más vivas y vitales se sienten.
7. Abraza tu extraversión o introversión
Los comportamientos extrovertidos incluyen ser optimista, entusiasta y abierto, todo lo cual parece que debería aumentar la energía y la vitalidad, y para la mayoría de los extrovertidos, lo hacen. Pero los estudios han encontrado que para las personas que son naturalmente más introvertidas, obligarse a actuar de manera extrovertida puede ser agotador en última instancia. Mientras que los extrovertidos tienden a obtener energía de ser sociables, los introvertidos a menudo encuentran que el tiempo a solas es la mejor manera de recargarse.
8. Da un paseo por la naturaleza
No tienes que escalar el monte Everest para sentirte vigorizado. En un estudio, caminar solo 20 minutos tuvo un efecto rejuvenecedor en los estudiantes universitarios, especialmente cuando caminaron en un entorno que incluía elementos naturales, como en un parque con árboles o a lo largo de un río. Otros estudios han encontrado que incluso los entornos naturales virtuales pueden ser restauradores.
9. Defiende lo que crees
Las personas que tienen lo que los investigadores llaman una "brújula interior auténtica" también tienden a experimentar una mayor vitalidad. Esta brújula interna implica tener un sentido claro de lo que sientes que es realmente importante, adherirte a tus principios en situaciones difíciles y perseguir objetivos que te apasionan mientras eres menos susceptible a la presión para conformarte o cumplir con los demás.
10. Aprecia el hecho básico de estar vivo
Una de las razones por las que no siempre nos sentimos vivos es que simplemente no está al frente y al centro de nuestras mentes, estamos demasiado ocupados enfocándonos en otras cosas. Pero la investigación sugiere que también puede haber otra razón; en algún nivel, podríamos evitar reflexionar demasiado profundamente sobre nuestra existencia porque implica reconocer nuestra mortalidad, algo en lo que generalmente no es agradable pensar. Sin embargo, realmente depende de cómo lo veamos: podemos lamentar el hecho de que la vida es finita, o podemos sentirnos agradecidos de poder experimentarla.
A version of this article originally appeared in English.