El efecto Dunning-Kruger
El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo en el que las personas sobreestiman erróneamente su conocimiento o capacidad en un área específica. Esto tiende a pasar debido a que una falta de autoconocimiento evita que evalúen sus propias habilidades con precisión.
El concepto del efecto Dunning-Kruger está basado en un ensayo de 1999 realizado por los psicólogos de la Universidad de Cornell, David Dunning y Justin Kruger. Ellos evaluaron la lógica, gramática y sentido del humor de los participantes y encontraron que aquellos que estaban en el cuarto inferior calificaban sus habilidades muy por debajo del promedio. Por ejemplo, aquellos en el doceavo percentil, evaluaron en promedio que su habilidad estaba en el percentil número 62.
Los investigadores le atribuyeron la tendencia a un problema de metacognición: la capacidad de analizar los pensamientos o el desempeño propio. "Aquellos con conocimiento limitado sobre algo sufren una carga dual: no solo llegan a conclusiones erróneas y cometen errores lamentables, sino que su incompetencia les quita la habilidad de darse cuenta", escribieron.
La confianza también es tan preciada que muchas personas preferirían hacer como que son inteligentes o capaces que arriesgarse a parecer ineptas y avergonzarse. Incluso las personas inteligentes pueden verse afectadas por el efecto Dunning-Kruger porque tener inteligencia no es lo mismo que aprender y desarrollar una habilidad específica. Muchos individuos creen erróneamente que su experiencia y habilidades en un área en particular son transferibles hacia otra.
Muchas personas se describirían a sí mismas como por encima del promedio en inteligencia, humor y una variedad de habilidades. No pueden juzgar con precisión su propia competencia porque carecen de la metacognición, o habilidad necesaria para dar un paso atrás y analizarse objetivamente. De hecho, quienes tienen menos habilidades son los que más probablemente sobreestiman sus capacidades.
El efecto Dunning-Kruger resulta en lo que se conoce como una "doble maldición": No solo se desempeñan mal las personas, sino que no son lo suficientemente conscientes como para juzgarse a sí mismas con precisión, y por lo tanto tienen pocas probabilidades de aprender y crecer.
Si el efecto Dunning-Kruger se refiere a estar demasiado confiado en el conocimiento o desempeño propio, su opuesto completo es el síndrome del impostor o la sensación de que uno no se merece el éxito. Las personas que tienen síndrome del impostor están plagadas por autocuestionamientos y constantemente se sienten como fraudes que serán desenmascarados en cualquier momento.
El efecto Dunning-Kruger se ha encontrado en áreas que van desde el razonamiento lógico hasta la inteligencia emocional, conocimiento financiero y seguridad con armas de fuego. Y el efecto no se reconoce solamente entre individuos incompetentes; la mayoría de las personas tienen puntos débiles en los que el sesgo puede ocurrir. También aplica a las personas con una base aparentemente sólida de conocimiento: se ha encontrado que los individuos con puntuaciones tan altas como el percentil número ochenta en una habilidad sobreestiman su capacidad hasta cierto punto.
Esta tendencia puede ocurrir porque obtener una pequeña cantidad de conocimiento en un área en la que uno era previamente ignorante puede sentirse como si repentinamente nos volviéramos expertos. Solo después de seguir explorando un tema nos damos cuenta de lo amplio que es y todo lo que todavía tenemos que aprender.
Un tipo de exceso de confianza se conoce como sobreprecisión, y ocurre cuando alguien está exageradamente seguro de que sus respuestas son correctas. Estos individuos pueden parecer altamente competentes y persuasivos debido a su aparente confianza. Con frecuencia son impulsados por un deseo de tener estatus y poder y la necesidad de aparentar ser más inteligentes que las personas a su alrededor.
La sobreestimación, otro tipo de exceso de confianza se refiere a la discrepancia entre las habilidades de alguien y su percepción de esas habilidades. Las personas que se sobreestiman con frecuencia participan en ilusiones con consecuencias dañinas. Si alguien sobreestima sus capacidades, podría tomar riesgos peligrosos y extenderse más allá de sus límites, como un atleta empujándose al punto de lesionarse.
En cualquier momento en el que alguien cree ser más capaz o conocedor que los demás, está participando en una sobrecolocación. Esta forma de exceso de confianza puede llevar a una persona a tomar riesgos innecesarios (por ejemplo, manejar descuidadamente) debido a que cree que posee habilidades superiores. La sobrecolocación ocurre con mayor frecuencia en las personas con bajas habilidades que carecen de la competencia para juzgar su propio nivel de habilidades con precisión; se asocia con una perspectiva egocéntrica y con narcisismo.
Para evitar ser presas del efecto Dunning-Kruger, las personas pueden cuestionar honesta y rutinariamente sus bases de conocimiento y las conclusiones que sacan, en lugar de aceptarlas ciegamente. Como propone David Dunning, las personas pueden ser sus propios abogados del diablo, al desafiarse a explorar cómo podrían estar equivocados.
Los individuos también podrían escapar de la trampa al buscar a otros cuyo conocimiento y experiencia para cubrir sus puntos ciegos, como pedirle consejo o crítica constructiva a un colega o amigo. Estudiando más de un tema específico también pondrá la capacidad propia en perspectiva.
Pregúntate: ¿Alguna vez has escuchado críticas similares de diferentes personas en tu vida y las has ignorado o descontado? Tal vez experimentaste el efecto Dunning-Kruger. Observa esas áreas en tu vida en las que te sientes 100 por ciento confiado. Reconoce la posibilidad de que podrías no tener la razón todo el tiempo y podrías necesitar adquirir más conocimiento o practicar más.
Cuestiona lo que sabes y presta atención a quienes tienen diferentes puntos de vista. Busca retroalimentación de las personas en las que puedes confiar y que sabes que son altamente capaces en tu área de interés. Permanece abierto a la crítica constructiva y resiste el impulso de ponerte a la defensiva. No pretendas saber algo que no sabes. Prioriza seguir aprendiendo y creciendo.
Sí. Paradójicamente, para muchas personas, a más experiencia y conocimiento adquieren, menos confianza tienen. Los expertos tienen una metacognición más amplia de su tema en particular (saben que no saben), y son capaces de ver la complejidad que una persona con poco conocimiento en el área ignoraría. Como resultado, tienden a estar más conscientes de cualquier brecha o debilidad que podría existir en su conocimiento.