El tratamiento silencioso es una respuesta destructiva al conflicto que solo fomenta una mayor tensión. Socava una sensación de seguridad que es esencial en una relación íntima.
La masculinidad tóxica conduce a una sensación de aislamiento y una mayor reactividad al estrés. Por el contrario, la flexibilidad emocional y psicológica es una fórmula para una mayor resiliencia.
Mientras que algunas personas se relajan al consumir alcohol, otras se ponen tristes o incluso nostálgicas. Sin embargo, algunos experimentan un despertar de la ira que puede conducir a la agresión o incluso a la violencia.