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Verificado por Psychology Today

Cognición

Practica diario, pero hazlo sencillo

Mantener tu práctica diaria libre de desorden es el secreto de su poder.

Eric Maisel
The Power of Daily Practice
Fuente: Eric Maisel

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En mi experiencia, mientras más simple sea tu práctica diaria, más poderosa es y mayores son las probabilidades de que la mantengas por un largo periodo de tiempo. Una razón por la que debe ser simple es que si hay al menos un poco de dificultad o complejidad relacionada, se vuelve muy difícil romper con la resistencia diaria y practicar.

Te despiertas, tal vez vas a escribir y tal vez no vas a escribir. Por un lado tienes el deseo de escribir. Por el otro, están todos tus sentimientos negativos sobre el libro que estás escribiendo. Esos malos sentimientos producen un pesar que tiene altas probabilidades de evitar que escribas. Pero, si tienes una práctica simple que empiece con un mantra súper sencillo como “escribo todos los días” habrás incrementado tus probabilidades de escribir ese día, aunque te sientas muy pesado.

Si sientes pesadez y si también tienes que enfrentarte a una práctica complicada con muchas exigencias (mil palabras todos los días, ¡demonios!) y muchos factores externos (si hace mucho calor, si la luz entra desde el punto incorrecto, si el gallo de los vecinos ha cantado tres veces hoy), esa combinación de pesadez emocional combinada con la pesadez de la práctica es la receta perfecta para saltarte un día de escritura.

Esta simplicidad es tanto cognitiva como de sensaciones. Como cognición, podría ser tan simple como “ya voy a practicar” o “es hora de practicar” o “¡aquí voy!” Como una sensación, puede ser igual a una ligereza en el cuerpo que surge cuando anticipas una actividad fácil. Es como suspirar y sonreír en lugar de gruñir y fruncir el ceño. Es como una almohada en lugar de una piedra. Imagínate algo que es muy fácil. ¿Ya lo imaginaste? ¿Sientes esa tranquilidad en tu cuerpo?

Podrías combinar estas dos ideas, la de simplicidad y la de facilidad, en este mantra ceremonial: “me siento ligero y voy a practicar”: imagina qué encantador sería si todos los días pudieras decir: “me siento ligero y voy a practicar”. ¿Puedes recordar la simplicidad infantil de salir corriendo por la puerta para jugar? No había nada más simple ni más fácil en el mundo. Mantente tan tranquilo como puedas y mantén tu práctica diaria tan simple como sea humanamente posible.

Recuerda que estamos hablando sobre tu práctica y no del contenido de tu práctica. El contenido de tu práctica puede ser muy complejo. Puede que estés trabajando en un problema difícil de física o un obstáculo complejo en la aplicación que estás desarrollando. Pero tu práctica aún puede ser felizmente simple. Incluso si el libro que estás escribiendo es desafiante, tu práctica aún puede ser simple. Incluso si el problema de matemáticas que estás intentando resolver está muy enredado, tu práctica aún puede ser simple. Mantén esta importante distinción en mente.

Roberto, un participante en mi taller, explicó: “me emocioné mucho con la idea de una práctica de propósito de vida en donde cada día miraba mi lista de elecciones de propósito de vida y decidía cuál o cuáles iba a hacer definitivamente ese día. Si lo hubiera mantenido así de simple, hubiera sido algo hermoso. Pero, por alguna razón, sentía la necesidad de cubrirlo con todo tipo de demandas: que priorizara mis elecciones de propósito de vida, que hiciera al menos una de mis tres elecciones superiores cada día, que pasara la misma cantidad de tiempo en cada una y otras 15 exigencias.

“¡Empezó a sentirse como el peor tipo de trabajo imaginable! Tenía que tirar a la basura esa manera de percibir mi práctica y volver al punto de inicio hermosamente simple: ver a mi lista cada mañana y tomar una decisión o dos. Punto. ¡Eso hizo toda la diferencia! Convirtió una labor en algo ligero”.

Sandy, una cliente, me explicó: “se me dificultaba definir mi práctica. Quería escribir, quería pintar, tenía problemas de salud que sabía que tenía que atender, añoraba una práctica espiritual o tal vez algo como una práctica generadora de significado… no podía decidirme sobre la esencia de mi práctica. Así que, por supuesto, nunca empecé y nunca me involucré.

“No me funcionó intentar decidir qué era lo más importante. Cada cosa fue importante por su cuenta. Estaba a punto de tirar la toalla y luego me vino la inspiración. Decidí que haría que ‘simple’ significara simplemente aparecer. Me movería hacia mi espacio designado de práctica y haría lo que tuviera que hacer ese día. Simplemente iría hacia allá y me quedaría ahí durante una hora.

“Eso logró un cambio mágico. Un día trabajaba en mi libro. Otro buscaba tratamientos alternativos para mi salud. Otro dibujaba. Me di cuenta de que no importaba lo que hiciera, cada cosa tenía su propia importancia y su propia resonancia. Mi práctica se simplificó a ‘estar ahí una hora’. Y durante los siguientes dos meses escribí mucho, comencé un nuevo régimen de salud y obtuve mucho significado, una hora a la vez”.

Mantén tu práctica diaria simple. Lo cambia todo.

Eric Maisel es autor de El poder de la práctica diaria. Encuentra más en ericmaisel.com

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Eric R. Maisel Ph.D.

El Dr. Eric Maisel, es autor de más de 50 libros, entre ellos Redesign Your Mind.

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