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Los puntos clave
- Uno de los caminos más seguros hacia la felicidad es concentrarse en hacer felices a los demás.
- Ayudar a los demás requiere a menudo valentía, así como el desarrollo de habilidades específicas.
- Éxito y felicidad no son sinónimos. El éxito es obtener lo que quieres; la felicidad es querer lo que tienes.
Se ha argumentado que la mejor manera de encontrar la felicidad es hacer felices a los demás. Aunque esta máxima pueda sonar paradójica, revela una verdad clave sobre la naturaleza humana: cuando nos alejamos de nuestras mentes parroquiales e invertimos en la vida de los demás, experimentamos satisfacción en nuestra propia vida.
Muchas de las personas más admiradas del mundo (líderes, artistas y otros) dedican sus vidas al servicio de la humanidad. Marcan sus legados defendiendo una misión para reducir el sufrimiento y mejorar el florecimiento humano.
Ayudar a los demás requiere valentía. También requiere esfuerzo y tiempo. Si alguien está abrumado tratando de resolver su propia vida, es probable que sea menos capaz de ofrecer ayuda a los demás. Pero una vez que alcance sus objetivos y alcance un nivel de autorrealización, puede dedicar su tiempo, energía y esfuerzos para ayudar a otros a encontrar su camino en la vida.
Este dicho de “para ser feliz, haz felices a los demás” ha sido articulado por personas sabias a lo largo de los siglos. “Si quieres felicidad para toda la vida, ayuda a alguien más”, dijo Confucio, un filósofo chino. “Da lo que quieras recibir”, escribió el autor estadounidense Russell Simmons. “Si quieres la felicidad, haz felices a los demás”.
La tradición oriental, especialmente en las culturas árabe e islámica, es inequívoca sobre la importancia de ayudar a los demás. Está en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, y en el folclore árabe. El Profeta del Islam dedicó su vida a “la ética perfecta para la humanidad” y a reducir el sufrimiento humano y aumentar el florecimiento humano.
La felicidad, se ha dicho muchas veces, es evasiva: si estás tratando de lograr la felicidad por sí misma, entonces la felicidad se te escapará. Aun así, ayudar a los demás puede parecer un cliché. Argumento, por lo tanto, que debes articular una misión visionaria que guiará la trayectoria de tu vida. Si encuentras tu nicho mejorando de alguna manera las condiciones de vida de los demás, entonces esa es una forma casi garantizada de encontrar la felicidad en tu propia vida.
Sin embargo, especialmente en el mundo moderno, las ideas de “felicidad” y “éxito” a menudo se consideran interconectadas. Pero en realidad, la conexión entre la felicidad y el éxito no es ni lineal ni casual. Puedes ser tremendamente exitoso pero extremadamente infeliz. Sin embargo, es cierto que un mínimo de éxito en todos los dominios principales de la vida (social, intelectual y personal, por nombrar algunos) es a menudo una condición previa para la felicidad. Esto se debe a que la salud y el bienestar son inherentemente holísticos.
“El éxito es conseguir lo que quieres”, escribió el gurú de la autoayuda Dale Carnegie. “La felicidad es querer lo que tienes”. Entonces, si estableces una misión para ayudar a los demás y encuentras el éxito al hacerlo, es muy probable que la felicidad y el éxito te acompañen “para toda la vida”.
“Pero”, podrías decir: “¿qué pasa con la ansiedad, la depresión y otros problemas emocionales?” Si bien, lamentablemente, algunos aspectos de nuestra salud mental están fuera de nuestro control, nuestro bienestar mental depende en gran parte de los pensamientos que creemos y los comportamientos que encarnamos. La suma total de nuestras creencias y acciones puede tener un efecto profundo en nuestra experiencia emocional. Cambiar tu forma de pensar y proyectar el cambio que quieres ver en el mundo suele ser uno de los primeros pasos hacia la recuperación.
El dolor es una parte esencial de la vida. En The Happiness Trap: How to Stop Struggling and Start Living, Russ Harris escribió: “Cuanto más tratamos de evitar la realidad básica de que toda vida humana implica dolor, más probable es que luchemos con ese dolor cuando surja, creando así aún más sufrimiento”. Pero si reconocemos que el dolor es una realidad inevitable, es probable que dedicar nuestra vida a ayudar a los demás reduzca el sufrimiento colectivo y aumente la felicidad personal.
Conclusión
Aunque al principio pueda sonar contradictorio, una de las mejores maneras de encontrar la felicidad es hacer que tu misión sea reducir el sufrimiento humano y mejorar el florecimiento humano. En particular, yo argumento, tendrás que articular una misión de nicho a través de la cual lograrás ese objetivo.
En otras palabras, como dijo Walter McClure, un influyente estratega estadounidense: “Si quieres ser feliz, ve y haz feliz a alguien más”.
A version of this article originally appeared in English.
