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Verificado por Psychology Today

Autoestima

Los viajes mentales en el tiempo mejoran tu autoestima

Imaginarte en el futuro o recordar el pasado puede resultar beneficioso.

Los puntos clave

  • El “viaje mental en el tiempo” puede aumentar la autoestima y la sensación de coherencia y control.
  • Un aspecto del viaje mental en el tiempo es revivir acontecimientos nostálgicos (llamado retrospección).
  • Otro aspecto implica imaginarse a uno mismo en el futuro (llamado prospección).
ATDSPHOTO/Pixabay
Fuente: ATDSPHOTO/Pixabay

Publicado en Personality and Social Psychology Review, un estudio reciente de Stephan y Sedikides sugiere que los viajes mentales en el tiempo pueden aumentar la autoestima, la coherencia y la sensación de control.

Pero ¿qué es el viaje mental en el tiempo? Déjame usar un ejemplo.

Un amigo mío que mantiene una relación romántica comprometida y está muy enamorado me dice que a menudo revive el día en que él y su pareja se conocieron. También imagina cómo sería su futuro (por ejemplo, el día de su boda, su vida como padres).

En ambos casos, mi amigo realiza un viaje mental en el tiempo.

En pocas palabras, el viaje mental en el tiempo implica proyectarse hacia adelante o hacia atrás en el tiempo. Como se ilustra, revivir un evento pasado requiere reconstruirlo a partir de la memoria, mientras que vivir previamente un evento futuro potencial requiere imaginación.

Beneficios de imaginar el futuro

Imaginarte en un futuro lejano (lo que se denomina prospección) te permite dar un paso atrás y ver el panorama más amplio: concentrarte en vivir de acuerdo con tus valores fundamentales, lograr objetivos a largo plazo y vivir una vida satisfactoria y significativa.

También mejora la sensación de que los resultados futuros están bajo tu control. Promueve la creencia de que tus intenciones, determinación y compromiso harán posible la consecución de objetivos sin importar los desafíos que se te presenten. Por último, la prospección puede incluso aumentar la autoestima.

Beneficios de la nostalgia y de recordar el pasado

Lo mismo ocurre con retroceder en el tiempo y sentir nostalgia.

La nostalgia se refiere al anhelo y afecto por eventos pasados valorados y al deseo de volver a experimentarlos. Investigaciones anteriores muestran que la nostalgia puede ser un recurso psicológico y de relación importante.

Por ejemplo, puede ayudar a las personas a afrontar el aburrimiento y la falta de sentido. La nostalgia romántica puede mejorar la pasión, la intimidad, el compromiso y la satisfacción de las relaciones. Incluso los recuerdos nostálgicos de una ex pareja romántica pueden tener beneficios e influir en las percepciones de crecimiento personal.

Autoafirmación

El viaje mental en el tiempo enfatiza aspectos del yo que son positivos, abstractos y centrales para la propia identidad, en contraposición a aspectos negativos o específicos de la situación. En otras palabras, enfatiza las metas a largo plazo, los valores personales y los rasgos positivos de la personalidad, en lugar de los comportamientos actuales y los planes y metas más inmediatos.

Por tanto, el viaje mental en el tiempo sirve como autoafirmación. Las facetas centrales de la autoafirmación incluyen:

  • Control: Sentir la capacidad para perseguir las metas deseadas; creer que es posible influir en resultados valiosos.
  • Autoestima: Tener una evaluación subjetiva positiva del propio valor.
  • Coherencia: Ser capaz de dar sentido a las propias experiencias y ver la vida como significativa.

¿Cómo alientan la autovalidación los viajes mentales en el tiempo?

Para explicar cómo el viaje mental en el tiempo puede promover la autovalidación y la autoafirmación, veamos otro ejemplo, cortesía de una antigua compañera de clase (llamémosla Ema).

Ema me dijo que antes de postularse para la escuela de enfermería, reprobó un curso de genética, lo que realmente afectó su confianza en sí misma. Se sentía estúpida, incompetente e inútil.

Finalmente, Ema decidió emprender un viaje mental en el tiempo, recordando acontecimientos nostálgicos e imaginándose a sí misma en el futuro. Hacerlo le facilitó tomar una perspectiva y ver el panorama más amplio: se volvió más consciente de sus valores fundamentales (p. ej., autenticidad, justicia social, marcar la diferencia) y de sus rasgos positivos de personalidad (p. ej., creatividad, compasión, sensibilidad y gratitud).

Y la genética deficiente ya no la definía.

Además, Ema descubrió que al participar en la prospección y retrospección con regularidad, los desafíos posteriores se volvieron cada vez más manejables, incluidos los que enfrenta ahora en su carrera docente como profesora de enfermería. En consonancia con esto, Stephan y Sedikides proponen que “la autoafirmación podría servir para fortalecer el sistema inmunológico psicológico en situaciones no amenazantes, protegiendo así contra posibles amenazas futuras”.

Fuente: geralt/Pixabay
Fuente: geralt/Pixabay

En resumen

Las amenazas a la idoneidad y la integridad del sentido de uno mismo se presentan de muchas formas: un despido, un rechazo romántico, recibir noticias negativas sobre la salud, reprobar un curso u obtener una mala calificación, etc.

La investigación discutida sugiere que al imaginar el propio yo futuro o recordar recuerdos nostálgicos, podemos ponernos en contacto con quienes somos realmente, tal como nos definen nuestros rasgos positivos de personalidad, valores fundamentales y objetivos a largo plazo.

Varias intervenciones de psicología positiva podrían resultar útiles para este propósito, como las intervenciones de nostalgia.

O considera el ejercicio del mejor yo posible. Tómate un tiempo para imaginar un futuro en el que todo en tu vida haya ido lo mejor posible. Imagínate vivir la vida en total conformidad con tus valores, haber logrado todas tus metas más importantes y haber realizado todos tus sueños.

¿Cómo es una vida tan feliz y exitosa? Escribe sobre eso. Se ha demostrado que este ejercicio mejora el estado de ánimo, el optimismo y el bienestar.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Arash Emamzadeh

Arash Emamzadeh asistió a la Universidad de Columbia Británica en Canadá, donde estudió genética y psicología. También ha realizado estudios de posgrado en psicología clínica y neuropsicología en Estados Unidos.

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