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Verificado por Psychology Today

Fumar

La importancia de la ciencia al dejar de fumar

El sentido poco común de la TCA y la flexibilidad psicológica.

Karolina Grabowska / Pexels
Fuente: Karolina Grabowska / Pexels

En el mundo actual, la manera en las que las personas obtienen gran parte de su información de salud mental y de comportamiento es a través de las aplicaciones y sitios web.

Eso es algo bueno, en principio. La tecnología puede reducir barreras y ayudar a atender el hecho de que nunca habrá suficientes especialistas o profesionales para todo.

Por ejemplo, el tabaquismo.

Si fumas, no hay nada mejor para mejorar tu salud que dejar de hacerlo. Pero muy pocas personas pueden pagar un terapeuta para que les ayude a lograrlo.

He realizado muchos estudios sobre el tabaquismo usando la Terapia de Compromiso y Aceptación (TCA), desde 2004 con un estudio liderado por Elizabeth Gifford. Encontré que la ACT podía incluso ganarle al parche. Estudios posteriores encontraron mejores resultados que con medicamentos para dejar de fumar.

Excelente. Pero los terapeutas son caros. Nuestro protocolo original de 2004 fue de 14 sesiones de duración.

¡Auch! ¿Quién puede pagar eso?

Tal vez muy pocas personas puedan hacerlo. Pero muchos laboratorios (no solo el nuestro) también encontraron que las personas que dejaron de fumar usando ACT lo hicieron aprendiendo a aceptar sus necesidades, para desactivar los pensamientos que “detonan” el uso y para motivar dejar el cigarro enfocándose en sus valores. Eso podría ser importante si podemos enseñar esas habilidades.

¿Por qué no una aplicación?

Claro, hay aplicaciones por ahí, pero la mayoría están basadas en los lineamientos de práctica clínica de Estados Unidos y se desarrolló un consenso científico bajo la guía del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Ellos le dicen a la gente que eviten los detonadores; para eliminar los afectos y cogniciones difíciles; dejarlo porque es una manera lógica de mantener la salud.

Hay ciencia detrás de estas ideas. Son prácticamente de sentido común. Pero a veces la ciencia te puede ayudar a encontrar un sentido poco común y que podría ser todavía mejor.

Y claramente hay espacio para mejorar. Los índices de renuncia con aplicaciones telefónicas varían entre el 4 y el 14 por ciento, lo que no es muy bueno. El “Reporte Cochrane” de 2019 (un resumen de alta calidad de la literatura disponible) no pudo concluir que fueran mejores que lasintervenciones con un mínimo de apoyo.

Luego llegó Jonathan Bricker en el Centro de investigación sobre el cáncer Fred Hutchinson en la Universidad de Washington. En una serie de estudios durante la década pasada, Jonathan y su equipo han evaluado sitios web basados en TCA, llamadas telefónicas y aplicaciones en estudios cada vez más grandes. Su equipo entendió la manera de evitar que las personas abandonaran el programa y cómo involucrarlas usando lenguaje claro, gráficas atractivas, ejercicios interesantes y apoyos de aprendizaje inteligente.

Es importante mencionar que él se ha aferrado a la visión de entregar resultados con la promesa de flexibilidad psicológica. Su propia investigación mostró que estos procesos predijeron el éxito al renunciar al cigarro. La flexibilidad psicológica es contraintuitiva, pero se negó a subestimar a las personas. Creía que las personas normales obtienen lo que la ciencia dice que es calve de una app, si la app es lo suficientemente buena. Su equipo y él no dejaron de intentarlo.

Actualmente el mundo puede ver por qué un camino científico como ese le importa al mundo.

En un estudio aleatorizado amplio (N = 2,415) y extremadamente bien hecho presentado en JAMA Internal Medicine, Brciker encontró que la aplicación de TCA que su equipo desarrolló, llamada iCanQuit tiene índices de cesación un año después de 28.1 por ciento, el más alto que se ha encontrado en una app, vs 21.1 por ciento (p<.001) para la aplicación desarrollada por el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos (“QuitGuide”) que está basada en el USCPG. Lo llamaré “la app de consenso convencional”.

Los científicos apreciarán el cuidado detrás de este estudio (estratificado; doble ciego; con índices de abandono sorprendentemente bajos, seguimientos a los tres, seis y doce meses; análisis de la intención de dejarlo) que es la razón por la que apareció en uno de los mejores diarios de medicina del mundo.

El público en general necesita conocer dos cosas importantes al respecto.

Primero, era 1.49 veces más probable que las personas que usaban la aplicación de TCA dejaran de fumar un año después que las personas que usabanuna aplicación popular, con diferencias similares o incluso más grandes en todas las demás maneras en las que se midieron los resultados (por ejemplo, con cualquier uso de tabaco; resultados a los tres y seis meses; etc.)

Segundo, estas dos aplicaciones son muy diferentes en cuanto a lo que enseñan.

La aplicación popular le enseñaba a las personas a evitar o intentar cambiar sus detonantes internos y les daba razones lógicas para dejarlo relacionadas con resultados de salud. La aplicación de cesación de tabaquismo basada en TCA enseñaba habilidades de flexibilidad psicológica: aceptación de detonantes internos del tabaquismo como impulsos, pensamientos y emociones y motivarse a sí mismos a dejarlo mediante sus propios valores. Un claro contraste.

Dicho de manera sencilla, la TCA le ganó a los mejores debido a que perseguía un conjunto novedoso de ideas. No me malentiendan: la aplicación popular es buena, pero este estudio sugiere que no es la mejor.

La comunidad de TCA y de ciencia conductual contextual ha pasado décadas observando los procesos de cambio. Cuando los equipos han pasado el tiempo para entender cómo aplicarlas en ciertas áreas, suceden cosas extraordinarias, ya sea que estemos hablando de reducir el uso de opiáceos en cuidados postoperatorios; mejorar los programas de recuperación de cáncer, impulsar programas de ejercicio más efectivos, mejorar los logros intelectuales o atravesar por un desafío de salud mental.

Ahora podemos decir que si 100,000 fumadores usaran la aplicación de TCA, en un año, más de 28,000 de ellos probablemente estarían libres de humo, muchos miles más de lo que lograría la aplicación popular.

Fumar reduce la expectativa de vida de las personas en casi 10 años, pero gran parte del daño puede revertirse si lo dejan. Y la aplicación de TCA puede ayudar a las personas a lograrlo.

¿Por qué es importante la ciencia bien hecha?

Simple.

Porque la vida importa.

Imagen de Facebook: Gegham Davtyan/Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Steven C. Hayes Ph.D.

El Dr. Steven C. Hayes, es profesor de la Nevada Foundation en el Departamento de Psicología en la Universidad de Nevada Reno.

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