Felicidad
La alegría de tener menos: encontrando libertad en bajar tus expectativas
Perspectiva personal: Desenvolviendo la paradoja de las expectativas altas y su impacto en la felicidad.
20 de junio de 2024 Revisado por Monica Vilhauer
![Image by Наталия Когут from Pixabay Image by Наталия Когут from Pixabay](https://cdn2.psychologytoday.com/assets/styles/article_inline_half_caption/public/field_blog_entry_images/2024-06/Image%20by%20%D0%9D%D0%B0%D1%82%D0%B0%D0%BB%D0%B8%D1%8F%20%D0%9A%D0%BE%D0%B3%D1%83%D1%82%20from%20Pixabay.jpg?itok=d5VZtAK-)
¿Alguna vez has trabajado incansablemente hacia una meta, solo para sentir una sensación de "meh" cuando finalmente la lograste? Quizás hayas notado que otros que han alcanzado la cima del éxito (el graduado de la Ivy League, el vecino adinerado, el ejecutivo de alto poder) no siempre están tan extasiados como imaginas.
Voy a proponer algo un poco controvertido, así que escúchame: Nuestras expectativas a menudo nos impiden experimentar la verdadera alegría.
La ilusión de "felices para siempre"
A menudo adjuntamos una narrativa de "felices para siempre" a nuestras metas. Creemos que una vez que consigamos ese ascenso, compremos la casa de nuestros sueños o alcancemos ese peso ideal, finalmente seremos felices. Pero, la vida rara vez se desarrolla como imaginamos.
Por qué las expectativas pueden ser un arma de doble filo
Consideremos algunos ejemplos:
- Cumpleaños: ¿Recuerdas esa emoción infantil por los regalos? ¿Esa alegría fugaz al abrirlos? La novedad a menudo se desvanece rápidamente.
- La escuela de tus sueños: Visita un campus universitario de prestigio. ¿Los estudiantes rebosan de euforia? Lo más probable es que estén enfocados en su próximo desafío.
- Casa de ensueño: ¿Esa impresionante mansión en la colina? Los propietarios probablemente se han acostumbrado a ella. Es solo una casa.
- Paternidad: La anticipación de tener un hijo a menudo se reemplaza con la realidad de noches sin dormir y responsabilidades interminables.
Cuando se cumplen nuestras expectativas, a menudo sentimos una sensación de "alcanzar el punto de equilibrio", sin superarlas. ¿Y cuando no se cumplen? La decepción se instala. Esto crea un escenario de perder-perder.
El costo emocional de las expectativas insatisfechas
Las altas expectativas a menudo conducen al sufrimiento. Nuestras mentes anhelan certeza, y cuando la vida nos lanza una bola curva, nos molestamos, frustramos e incluso enojamos.
Cambiando nuestra mentalidad: la alegría de menos
No estoy sugiriendo que abandonemos todas las expectativas. Las metas son importantes para motivarnos y darnos dirección. Pero es crucial ser realista y comprender que la vida rara vez se adhiere a nuestros planes meticulosamente elaborados.
Abrazar lo inesperado: una analogía de boda
Imagina una boda en la que todo salga a la perfección según lo planeado. Puede ser un día hermoso, pero también puede sentirse un poco... predecible. Ahora, imagina una boda en la que suceden cosas inesperadas: un invitado derrama vino, la banda toca una canción peculiar, un niño hace fotos de la foto de la pareja. Estos momentos, aunque no forman parte del plan "perfecto", a menudo se convierten en los recuerdos más preciados.
Fluyendo con los giros y vueltas de la vida
La vida es una aventura, llena de giros y vueltas inesperados. Cuando liberamos nuestro control de las expectativas rígidas, podemos aprender a fluir con la corriente, aceptando lo inesperado con curiosidad y resiliencia.
La analogía olímpica
Considera al atleta olímpico que esperaba ganar cinco medallas de oro, pero solo gana dos. Se para en el podio, decepcionado. A su lado, otro atleta celebra una medalla de bronce con una alegría desenfrenada, habiendo superado sus propias expectativas.
La alegría de lo desconocido
Cuando mantenemos nuestras expectativas bajo control, nos abrimos a la alegría de lo desconocido. La vida se convierte en una serie de sorpresas deliciosas, grandes y pequeñas.
Encontrar la felicidad en el viaje, no solo en el destino
En lugar de fijarte en el objetivo final, encuentra alegría en el proceso. Si tu camino toma un desvío inesperado, podría llevarte a algo aún más satisfactorio de lo que podrías haber imaginado.
Menos expectativas, más aventura
No permitamos que nuestras expectativas nos roben la maravilla y la emoción que la vida tiene para ofrecer. Al aceptar lo inesperado, podemos convertir los desafíos de la vida en aventuras y encontrar alegría en el viaje, no solo en el destino.
A version of this article originally appeared in English.