Estrés
Investigaciones confirman que a los perros no les gustan los abrazos
Un análisis muestra que los perros se estresan cuando los humanos los abrazan.
20 de mayo de 2024 Revisado por Gary Drevitch
Los puntos clave
- Los humanos ven el abrazar como una señal de afecto. Los perros interpretan los abrazos como contención.
- En un estudio de 250 fotografías de personas abrazando a su perro el 82% mostraba al menos un signo de estrés.
- Un estudio encontró que ⅔ de los perros que fueron abrazados respondieron tratando de pellizcar o morder.
No deberías abrazar a tu perro, al menos según la última investigación realizada por un equipo multinacional de investigadores encabezado por Elizabeth Ann Walsh del Cork Pet Behaviour Centre, en Cork, Irlanda.
Por supuesto, ese consejo parece contradictorio para la mayoría de los dueños de mascotas, ya que uno de los pilares de las plataformas de redes sociales son fotografías y videos de personas alegres abrazando a sus perros. Parece claro que la gente publica este tipo de imágenes porque creen que ilustran lo estrechamente unidos que están a su perro y lo feliz que está su perro de estar cerca de ellos. Desafortunadamente, cualquier persona con conocimiento de las señales de comunicación de los perros debería poder darse cuenta de que muchos de los perros que se muestran en la multitud de fotografías publicadas, en lugar de disfrutar de los abrazos, en realidad muestran signos de estrés. Esa observación no debería sorprender demasiado, ya que abrazar es un comportamiento difícil de entender para los perros.
Los perros son técnicamente animales de carrera, lo que significa que están diseñados para correr rápido. Eso implica que en momentos de estrés o amenaza la primera línea de defensa que utiliza un perro no son sus dientes, sino su capacidad de huir. Los conductistas creen que privar a un perro de ese curso de acción inmovilizándolo con un abrazo puede aumentar su nivel de estrés y, si la ansiedad del perro se vuelve significativamente intensa, incluso puede verse impulsado a morder.
Información a partir de las fotos
En 2016, me intrigó la interpretación errónea común de las respuestas de los perros a esta típica muestra humana de afecto. Para satisfacer mi curiosidad realicé un pequeño estudio sobre la reacción de los perros al ser abrazados. Utilicé como datos la infinidad de fotografías de personas y sus perros publicadas en Internet y califiqué las primeras 250 fotografías que salieron de Google Imágenes y Flickr utilizando los términos de búsqueda “abrazo de perro”.
Los signos de estrés y ansiedad en los perros están bien establecidos y son fácilmente observables. Van desde el extremo superior, donde un perro muestra los dientes, hasta indicadores más sutiles, como girar la cabeza para alejar lo que le molesta para romper el contacto visual, cerrar total o parcialmente los ojos, bajar las orejas o deslizarlas contra el costado de la cabeza, lamerse los labios, el ojo en forma de media luna y varios otros. Simplemente estaba mirando para ver si los perros abrazados en las fotos mostraban alguno de estos signos, y me sorprendió lo frecuente que era. En total, el 81.6 por ciento de las fotografías mostraban perros dando al menos un signo de malestar, estrés o ansiedad. Sólo el 7.6 por ciento de las fotografías mostraron perros que se sentían cómodos siendo abrazados. El 10.8 por ciento restante mostró respuestas neutrales o ambiguas a esta forma de contacto físico.
En ese momento, mi estudio provocó una explosión de respuestas del público en general, ya que la gente insistía en que yo estaba equivocado y que a sus perros realmente les encantaba que los abrazaran. Para demostrarlo, me enviaron o publicaron fotos de ellos abrazando a sus perros, ignorando por completo el hecho de que estas imágenes a menudo contenían las mismas señales de estrés que yo había señalado en mi informe.
Información a partir de videos
Para esta investigación más reciente, los investigadores utilizaron videos en lugar de las fotografías estáticas que yo califiqué. Esto les dio una gama mucho más amplia de señales que podían interpretar, como jadear, parpadear o morder, que son fácilmente detectables por los movimientos y no se ven bien en una fotografía fija. Específicamente, realizaron tres estudios separados analizando videos de personas jugando con sus perros, acariciándolos y abrazándolos, analizando cada uno por separado. A continuación revisaré sus hallazgos sobre los comportamientos de abrazo que fueron grabados en video, ya que son los más interesantes.
Los investigadores revisaron los 80 videos más populares en las plataformas de medios encontrados buscando personas abrazando a sus perros. La forma en que calificaron sus datos fue diferente a la forma en que lo hice yo. En mi estudio, busqué el conjunto de comportamientos de estrés al que me dirigía, de modo que terminé con entradas de datos que indicaban que un perro mostraba, o no, estrés cuando lo abrazaban. En esta investigación más reciente, los comportamientos específicos se tabularon individualmente. Eso nos da un desglose más matizado. Sus datos mostraron que el 68.25% de los perros evitaron el contacto visual con el humano y apartaron la cabeza del que lo abrazaba, el 43.75% se lamió el labio o la nariz, se observó que el 81.25% parpadeaba, el 60% tenía las orejas aplanadas y el 42.5% jadeaba.
Quizás el aspecto más revelador de sus observaciones fue algo que no pude observar mirando imágenes estáticas. Es decir, en dos de cada tres videos que revisaron (67.5 por ciento), el perro mostró comportamientos de mordisco dirigidos al humano que lo abrazaba. ¡Esto ciertamente no es evidencia de que un perro esté respondiendo con alegría a nuestro acto humano de afecto!
Al resumir sus resultados, los investigadores escribieron: “Nuestros estudios piloto muestran muchos motivos de preocupación, ya que los humanos tienden a no comprender necesariamente el lenguaje corporal o las vocalizaciones de los perros cuando interactúan con ellos”.
En otras palabras, cuando abrazamos a nuestros perros no los hacemos felices; simplemente no notamos las señales que indican que nuestros abrazos afectuosos les están causando estrés y ansiedad.
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A version of this article originally appeared in English.