Estudia el lenguaje corporal de los demás durante las fiestas

Fuente: Leeloo Thefirst/Pexels

Los oradores profesionales son conocidos por estar listos para hablar en cualquier lugar, en cualquier momento (por el precio justo). He presenciado y escuchado muchas historias a lo largo de los años de actos heroicos que involucran helicópteros y viajes a campo traviesa en medio de la noche para llegar a una conferencia o una serie de conferencias.

Pero incluso los trabajadores más duros entre nosotros tienen que tomarse unas vacaciones de vez en cuando, así que aquí hay algunos consejos para las personalidades tipo A durante las fiestas: qué hacer para entretenerte mientras asistes a una fiesta navideña del vecindario o te sientas alrededor de una mesa festiva con tu familia.

Observar a las personas

El IRS (o tu autoridad fiscal local) debería permitirte descontar cualquier día festivo que implique observar a la gente. Ya sea que estés esperando en un aeropuerto o mezclándote en una fiesta de cocteles, puedes aprender mucho sobre el lenguaje corporal simplemente observando a las personas interactuar.

Aquí hay un par de cosas que puedes buscar: el interés generalmente significa acercarse el uno al otro. Así que observa a las personas mientras se encuentran, platican y se despiden. ¿Están completamente conectadas con la otra persona o el grupo? ¿O están a medio camino, con un lenguaje corporal que indica el deseo de pasar a lo que sigue? Comprender los mensajes mixtos que las personas envían con sus rostros y cuerpos puede profundizar en gran medida tu capacidad para leer a los demás. Los adultos tienen mucha práctica en controlar sus rostros, pero son menos capaces de controlar el resto de sus cuerpos, así que mira los pies y las manos para ver qué tan interesado está alguien en la conversación.

Estar presente

El arte del carisma es el arte de enfocarse en el momento y enfocar la emoción en el momento. Las fiestas son un buen momento para practicar ese enfoque difícil de alcanzar.

Piensa en ese vaso de ponche o rompope que tienes en la mano, piensa en ese vaso excluyendo todo lo demás. Ahora, trata de ignorar los gritos de los niños en la otra habitación, el zumbido de la voz molesta de tu tío y el olor de la cena con dos horas de retraso... Ese es el enfoque, y ese es el comienzo del trabajo de estar en el momento. No hay mejor momento para practicar el arte de la presencia que cuando alguien está relajado, tiene poco más en qué pensar y con algo atractivo para reflexionar.

Luego, encuentra una emoción y practica invocar esa emoción excluyendo todo lo demás. Recuerda un momento en el que sentiste esa emoción con fuerza y ​​naturalidad, y profundiza en ese recuerdo. ¿Cómo olía, sabía, se sentía, se veía y sonaba? ¿Qué pasó y en qué orden? Recrea la escena para sentir la emoción. Es mucho más fácil de hacer cuando no estás bajo presión, así que deja esa novela aburrida y ponte a trabajar (emocionalmente).

Encontrar tu voz

La vida a veces nos deja sin aliento, y la rutina diaria puede desgastarnos. Para eso son las fiestas, por supuesto: para recargar baterías y llenarnos de la energía y el entusiasmo que necesitamos para volver al trabajo con un renovado sentido de propósito. Cuando estás sobrecargado de trabajo y estresado, saber quién eres y cuál es tu misión puede ayudar a liberar la tensión. Te mantiene cuerdo y encaminado.

Así que pasa tu tiempo de inactividad pensando (sin hacer nada) sobre por qué haces lo que haces. ¿Cuál es tu esencia? ¿Qué es lo que realmente te hace funcionar? ¿Puedes resumirlo en uno o tres minutos interesantes? Trabaja en eso ahora, y estarás listo para chatear con tu compañero de asiento en ese vuelo a casa la próxima vez.

Es un día festivo. Disfrútalo. Pero si eres Tipo-A, y sé que lo eres, también puedes hacer que rinda frutos en el futuro. ¡Feliz relajación!