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Verificado por Psychology Today

Perdón

En defensa de la vergüenza

La vergüenza no es el enemigo. Puede estimular un cambio positivo.

Los puntos clave

  • Estudios demuestran que la vergüenza es útil, incluso cuando es dolorosa.
  • La vergüenza puede motivar a las personas a cambiar ciertos aspectos de sí mismas.
  • Las personas que describen la vergüenza como “peligrosa” están entendiendo mal la ciencia.
Сергей Корчанов / Pixabay
Source: Сергей Корчанов / Pixabay

¿Qué tiene de malo la vergüenza?

La vergüenza tiene mala reputación estos días. Parece ser una especie de chivo expiatorio psicológico. Supuestamente, la vergüenza puede explicar por qué las personas se sienten realmente mal todo el tiempo o tienen malas relaciones. Podría ser un signo de fanatismo religioso. El “paseo de la vergüenza” se considera una consecuencia de la promiscuidad sexual. Algunas personas influyentes llegan incluso a etiquetar la vergüenza como “peligrosa”.

Voy a dar un giro aquí y haré la afirmación contraria. La vergüenza es útil. Es beneficiosa. Y es necesaria para un desarrollo social saludable.

Pero ¿qué es exactamente la vergüenza? La vergüenza surge de nuestra conciencia moral. Es una señal que se activa cuando hemos hecho algo mal en contextos sociales. Cuando se descubre a las personas infringiendo una regla o violando una norma, es posible que, como resultado, sientan vergüenza.

Hacemos todo lo posible para evitar sentirnos avergonzados. Es doloroso por una razón: mantiene nuestros impulsos oscuros bajo control. Es la forma que tiene nuestra mente de hacernos saber cuando hemos hecho algo malo, en parte porque nos preocupamos por nuestra reputación social y no queremos que otros nos vean de manera desfavorable. Sin vergüenza, la gente se comportaría como loca. Cuando describimos a alguien como “desvergonzado”, lo decimos como un peyorativo.

¿Cuál es la diferencia entre la vergüenza y la culpa?

Algunos podrían rechazar mi afirmación señalando que la culpa (no la vergüenza) es en realidad la emoción que ocurre después de haber hecho algo malo y que la vergüenza es diferente porque se trata de los sentimientos de autoestima de uno como persona en su totalidad. Otros podrían postular que la vergüenza es una emoción más “pública” que ocurre cuando otros nos juzgan y nosotros interiorizamos este juicio, mientras que la culpa es una emoción más “privada” que ocurre cuando las personas sienten que han violado sus propios estándares personales.

No estoy de acuerdo con ambos enfoques.

Las investigaciones sugieren que la vergüenza se puede experimentar interna y externamente, pero que en la mayoría de los casos, las personas sienten estas emociones públicamente. Los sentimientos privados de vergüenza o culpa son menos comunes. En su mayoría, las personas experimentan estos sentimientos en presencia de otras personas que conocen bien (por ejemplo, personas importantes, familiares), aunque la vergüenza tiende a ser más común frente a conocidos o extraños.

Los estudios muestran que la vergüenza y la culpa se superponen de manera sustancial. La gente generalmente los califica como sentimientos intensos y desagradables que duran un tiempo y se producen en situaciones muy graves. Los participantes que describieron sus experiencias con cada emoción dijeron que se sentían personalmente responsables de sus acciones (incorrectas), un sentido de responsabilidad y un deseo de enmendar las cosas. También sintieron otras emociones concurrentes, como ira y disgusto, que estaban dirigidas hacia adentro.

Eso significa que las personas sintieron una gran excitación negativa como resultado de sus propias acciones, lo que les garantizó mostrar humildad y buscar el perdón. Las personas también eran más duras consigo mismas de lo que creían que los demás sentían hacia ellas. En general, la evidencia sugiere que las experiencias psicológicas de culpa y vergüenza son más similares que diferentes.

¿La vergüenza es realmente útil?

Bien, entonces la vergüenza y la culpa son emociones comparables y ocurren principalmente en presencia de otras personas. ¿Pero eso significa que son útiles? ¿Qué quiere hacer la gente con estos sentimientos?

Para responder a esto, los investigadores preguntaron a las personas sobre los casos en los que se sintieron culpables, avergonzadas, arrepentidas o incómodas y también preguntaron a los participantes qué querían hacer en respuesta a esas emociones. Descubrieron que las personas reportaban fuertes motivaciones no sólo para la reparación social (por ejemplo, pedir disculpas) sino también para mejorar (por ejemplo, “entí la necesidad de ser una mejor persona”). Esta motivación para la superación personal era incluso más fuerte tras la vergüenza que ante la culpa, el bochorno o el arrepentimiento.

Los investigadores observaron que, en algunos casos, la culpa se puede aliviar simplemente disculpándose, pero no necesariamente cambiando el comportamiento en el futuro. La razón por la que la vergüenza puede parecer más pesada y difícil de aliviar es porque no desaparece con una simple disculpa: requiere un autodesarrollo holístico. La vergüenza hace que las personas quieran ser mejores humanos. ¡Y eso no es fácil! A pesar de la angustia, la vergüenza tenía el mayor potencial para promover el crecimiento, en comparación con otras emociones. Esto convierte la vergüenza en un arma de doble filo.

Los autores del estudio terminaron su artículo con una cita atribuida a Blaise Pascal: “La única vergüenza es no tener ninguna”. Sugiero que todos hagamos una pausa para considerar esta idea.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Dylan Selterman Ph.D.

El Dr. Dylan Selterman, es Profesor Asociado en la Universidad de Johns Hopkins University en el Departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro. Imparte cursos y conduce investigaciones en rasgos de personalidad, felicidad, relaciones, ética/moral, teoría del juego, psicología política y más.

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