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Verificado por Psychology Today

Medios de comunicación

Cómo mejorar tu relación con el éxito

Tres pasos para recalibrar tus expectativas.

Markus Winkler/Unsplash
Source: Markus Winkler/Unsplash

Todos adoramos en el altar del éxito.

Si lo dudas, considera cómo tratamos a los estudiantes adolescentes. Están experimentando una inmensa presión para sobresalir. Los padres presionan por la excelencia académica y los entrenadores los tratan como atletas profesionales mientras están bajo la presión de sus compañeros para encajar. Para algunos, el tiempo libre es inexistente. Dedican las noches y los fines de semana a actividades extracurriculares mientras preparan sus hojas de vida para la admisión a la universidad.

Los estudios muestran que 3 de cada 10 adolescentes tienen algún problema con el perfeccionismo. La investigación realizada por la Fundación Robert Wood Johnson señaló que las principales fuerzas ambientales que, según se informa, están perturbando el bienestar de los adolescentes son la pobreza, el trauma, la discriminación, las redes sociales y la presión para sobresalir. Esta tendencia solo continúa en la edad adulta. Los investigadores han reportado evidencia de que el perfeccionismo está aumentando entre los estudiantes universitarios. Cuando finalmente completamos nuestros estudios, esperamos obtener un ingreso saludable, sobresalir profesionalmente, criar hijos perfectos, tener una casa hermosa, tener una agenda social con muchas actividades y ser pilares de nuestras comunidades.

El aumento del perfeccionismo tiene un costo. El perfeccionismo está relacionado con la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental. No debería sorprendernos que la ansiedad esté aumentando. Una encuesta de 2018 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría mostró que casi el 40% de los estadounidenses adultos estaban más ansiosos que el año anterior.

¿Por qué estamos arriesgando nuestra salud mental y nuestras relaciones en aras de cumplir altos estándares?

La respuesta se puede encontrar en nuestra tendencia a realizar comparaciones sociales. La teoría de la comparación social sugiere que determinamos nuestra autoestima en función de cómo nos comparamos con los demás.

El problema es que las redes sociales se han apoderado de nuestra capacidad para realizar comparaciones sociales. Ya no usamos una vara de medir justa.

Cuando me mudé a los Estados Unidos desde Grecia durante mi segundo año de secundaria, me destaqué. Yo era el estudiante extranjero con fuerte acento. No hace falta decir que tenía muy pocos amigos. No podía evitar sentirme inadecuado cada vez que no me invitaban a eventos sociales o bailes escolares.

Sin embargo, hubo una gracia salvadora durante este momento difícil de mi vida. Asistí a la escuela secundaria antes de la llegada de las redes sociales. Cuando estaba en casa, no había teléfonos inteligentes ni redes sociales que me bombardearan con imágenes y videos de bailes escolares que mostraran la diversión que me estaba perdiendo.

La proliferación de las redes sociales ha eliminado esos límites. Con solo presionar un botón, podemos vernos inundados de imágenes de lo perfecta que es la vida de todos. Podemos conocer su último ascenso laboral o publicación académica. Podemos ver cuánto se divirtieron los demás en sus últimas vacaciones. Proyectan riqueza, éxito y felicidad a través de sus publicaciones en las redes sociales.

Estas presentaciones son una fachada, ya que las personas tienden a mostrar sus logros en lugar de sus fracasos. Sin embargo, esto es fácil de olvidar mientras nos desplazamos sin rumbo fijo por las redes sociales. Como resultado, caemos en la trampa de comparar nuestra vida auténtica con la presentación idealizada de la vida de alguien. Esta es una comparación desigual y perderemos cada vez.

Reconozcamos que las comparaciones desiguales son constantes en las redes sociales. Al desplazarnos por las redes sociales, no solo estamos comparando nuestra vida con otra vida. Estás comparando tu vida con un flujo interminable de vidas que son glamorosas cuando aparecen en tu pantalla. Piensa en el aluvión de comparaciones sociales injustas a las que estás expuesto, consciente o inconscientemente, cada vez que inicias sesión en las redes sociales.

Estas comparaciones desencadenan sentimientos de ansiedad, envidia y vergüenza. Para compensar, parece que no hay otra opción que unirse a la carrera y esforzarse por lograr más. No mantenerse al día significa solo una cosa: ¡no eres lo suficientemente bueno!

Nuestra sociedad está llena de personas orientadas al éxito que priorizan el éxito sobre cualquier otra cosa. El prototipo de persona exitosaes fácil de identificar. Se pierden las cenas familiares y las actividades extracurriculares de sus hijos porque se quedan hasta tarde por estar trabajando. Pueden estar pegados a su correo electrónico del trabajo los fines de semana y perder un tiempo precioso con sus seres queridos. Es posible que renuncien al ejercicio o al sueño para mantenerse al día con el trabajo.

A veces, los grandes triunfadores son más sutiles. Puede ser el padre que, mientras trabaja desde casa y educa a sus hijos en casa debido a la pandemia, también espera mantener una casa ordenada, tener la ropa perfectamente doblada, llevar a sus hijos a la práctica de fútbol y preparar la cena todas las noches.

Hemos elevado nuestro nivel de expectativas a niveles poco realistas e insostenibles. Sin embargo, hay formas de recalibrar estas expectativas por el bien de nuestro bienestar y nuestras relaciones.

El primer paso es admitir que estamos demasiado dispersos. Para hacer esto, imagina que una persona a la que amas ha puesto sus expectativas al mismo nivel que tú. Está luchando para hacer malabares con múltiples roles y responsabilidades. Imagina que te dice que se siente estresada y abrumada. ¿Qué le dirías? Le darías permiso para ceder en algunas de sus responsabilidades.

Si ofreces ese consejo, ¿por qué no vivir de acuerdo con él? En otras palabras, ¿por qué el doble rasero? Date la misma gracia que le das a tus seres queridos.

Una estrategia adicional consiste en sustituir las comparaciones sociales por comparaciones personales que se centren en tu progreso individual. Reconoce que el éxito o el fracaso de otra persona no tiene nada que ver contigo. Tenemos diferentes metas y definiciones de éxito. En cambio, concéntrate en dónde has estado, dónde estás y hacia dónde te diriges en tu viaje personal.

Finalmente, mantén límites saludables con las redes sociales. Si decides desplazarte sin rumbo fijo por las redes sociales, te estás volviendo susceptible a innumerables comparaciones sociales que pueden afectarte negativamente.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Dimitrios Tsatiris M.D.

Dimitrios Tsatiris, Médico, es psiquiatra certificado especializado en el campo del manejo de la ansiedad. Es Profesor Clínico Asistente de psiquiatría en Northeast Ohio Medical University.

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