Una mejor salud mental podría no significar exactamente lo que crees

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En mi primera sesión con nuevos clientes, les pregunto cuáles son sus metas para la terapia. Para casi todos ellos, la primera respuesta es comprensiblemente alguna versión de: "quiero sentirme menos ansioso". Esto tiene sentido; están sufriendo mucho y quieren sentir alivio. Pero ese objetivo proviene de una visión errónea de lo que es la salud psicológica en realidad, que es muy frecuente en nuestra sociedad.

Cuando un cliente busca mi ayuda con un trastorno de ansiedad, generalmente cree que el problema es que simplemente tiene demasiada ansiedad y que la solución es encontrar una manera de reducir la ansiedad a lo que consideran una intensidad y frecuencia "normales".

Piensa que su problema es que tiene demasiada ansiedad con demasiada frecuencia.

Todo el mundo viene a terapia con ganas de mejorar su salud mental. Pero para hacer eso, necesitamos una definición viable de lo que realmente es una buena salud mental. El punto de vista anterior se basa en la idea de que una buena salud mental es tener niveles "normales" o "promedio" de emociones "negativas". Esto es inexacto (las personas mentalmente sanas pueden tener muchas de estas emociones) e inútil (porque de hecho, tratar de reducir una emoción te hace sufrir más, no menos).

La definición de buena salud mental

En cambio, aquí hay una definición más precisa y pragmática de la salud mental a la que atribuyo:

La definición de buena salud mental es estar dispuesto a experimentar cualquier pensamiento o cualquier sentimiento en cualquier momento, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia, en cualquier intensidad, por cualquier duración... sin defensa.

Las personas que hacen esto son psicológicamente a prueba de bombas. No carecen de sentimientos y sufren. Pero no empeoran nada combatiéndolos, que es el verdadero problema.

Una de las mayores constantes en la historia de la literatura de investigación sobre psicología clínica es que evitar partes de tu experiencia causa problemas psicológicos, mientras que aumentar la consciencia, la aceptación y el contacto con esas partes evitadas de su experiencia mejora los problemas psicológicos. Esta es una característica común entre todos los enfoques de tratamiento eficaces. Incluso los métodos de Freud hace 130 años se basaban en este hecho.

Muévete hacia tus emociones no deseadas

Lee mi definición de buena salud mental de nuevo. Esa última parte, "sin defensa," es la clave.

Las personas que no se defienden de las emociones no deseadas aceptan las cosas que no pueden controlar (como los pensamientos y las emociones). No tratan las emociones como la ansiedad como un problema y, por lo tanto, paradójicamente, esas emociones no pueden convertirse en problemas.

La ansiedad sigue ahí; nadie tiene una ausencia completa de ansiedad. Pero si es aceptada y experimentada voluntariamente, no perjudica el funcionamiento y no detiene a la persona de hacer nada.

Más asombrosamente y otra vez, paradójicamente, así es en realidad como disminuye la ansiedad. Así que cuando mis clientes me dicen que su objetivo es reducir su ansiedad, les digo que es de hecho posible y de hecho el resultado típico de la terapia, pero la forma en que llegamos allí es en realidad renunciando a ese objetivo y permitiendo que ocurra la ansiedad. Si establecemos nuestros objetivos más en torno a los comportamientos cambiantes a pesar de la ansiedad, incidentalmente terminamos con la reducción de la ansiedad. Pero si nos esforzamos por reducir la ansiedad, no lo conseguiremos.

Entonces, ¿cómo estás dispuesto a tener tus pensamientos y sentimientos ansiosos? Es muy difícil, pero también muy simple: deja de hacer lo que estés haciendo para evitar tus sentimientos de ansiedad y las situaciones que te ponen ansioso. Haz lo que más de un siglo de investigación psicológica dice que funciona: muévete hacia las emociones no deseadas, no lejos de ellas.

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