Engaño
¿Qué tan buenos somos detectando mentirosos?
No sabemos realmente lo que dice el otro hasta que comprendemos la intención.
14 de agosto de 2024 Revisado por Davia Sills
Los puntos clave
- Las personas no saben realmente lo que dice el otro hasta que comprenden la intención y el contenido.
- Una de las áreas más debatidas sobre la intención es descifrar si alguien miente o no.
- Un estudio sobre mentiras determinó que los humanos tienen solo 54% de precisión detectando mentirosos.
- No te concentres demasiado en gestos específicos; deja que la mente inconsciente capte la situación general.
¿Qué tan buenos somos para leer el lenguaje corporal de los demás? Esta es una pregunta esencial para la comunicación, ya que transmitimos contenido con nuestras palabras, principalmente, e intención con nuestro lenguaje corporal (contorsiones faciales, gestos de las manos, movimiento, etc.). Y a los humanos nos importa la intención incluso más que el contenido porque la intención puede reforzar o subvertir el contenido.
No sabemos realmente lo que dice el otro hasta que entendemos la intención y el contenido. Por ejemplo, uno puede decirle a un colega: “Buen trabajo” y significar toda una gama de intenciones con ese simple comentario, desde “e gustó lo que hiciste” hasta “dié lo que hiciste”. La intención es crucial.
Una de las áreas más debatidas de la intención es descifrar si alguien miente o no. Se ha invertido una enorme cantidad de esfuerzo humano en aumentar nuestra capacidad para detectar mentirosos. Se han realizado toneladas de investigaciones; el FBI y la CIA (y sin duda los programas de inteligencia de la mayoría de los países) han estudiado el problema en profundidad, el gran Paul Ekman dedicó gran parte de su investigación a ello y se han desarrollado numerosos programas de formación que pretenden aumentar nuestra precisión a la hora de detectar mentiras.
¿Cuál ha sido el resultado de toda esta investigación? Un estudio sobre estudios acerca de mentiras determinó que los humanos, después de todo el esfuerzo, sólo tenemos un 54 por ciento de precisión a la hora de detectar a los mentirosos. Eso es apenas un poco mejor que adivinar al azar o lanzar una moneda al aire.
Los mismos investigadores hicieron pruebas a sujetos de investigación que vieron videos en los que algunos de los oradores mentían y otros decían la verdad. Los voluntarios atraparon a los mentirosos sólo el 43 por ciento de las veces y verificaron a los que decían la verdad sólo el 48 por ciento de las veces. ¡Eso es peor que lanzar una moneda al aire!
Luego, los investigadores probaron las lecturas inconscientes de los voluntarios midiendo la probabilidad de que asociaran a las personas que habían visto en los videos con palabras relacionadas con la mentira o con la verdad. Los sujetos lo hicieron mucho mejor. Cuando tu inconsciente se pone a trabajar, los resultados son mucho más contundentes. Tienes una probabilidad mayor que la del azar de asociar palabras mentirosas con mentirosos y palabras que dicen la verdad con personas que dicen la verdad. Tu mente inconsciente es mucho mejor en esto que tu mente consciente.
A continuación, se muestra una forma rápida de sistematizar el trabajo de la mente inconsciente para que puedas comenzar a trabajar de inmediato en la mejora de tu detección de mentiras. En primer lugar, no busques “señales” específicas. Mira todo el rostro y el cuerpo, con un enfoque suave, y pregúntate: ¿sincero o no sincero? Luego, deja que tu inconsciente se ponga a trabajar.
Estás tratando de detectar si la imagen completa suma una expresión consistente o revela alguna tensión interna, alguna incomodidad. Por ejemplo, ¿la boca está sonriendo, pero los ojos están fríos? No sincero. ¿Están los ojos fijos en ti con una quietud cautivadora, pero las manos se entrelazan nerviosamente? No sincero. Pero, de nuevo, no busques esos gestos específicos porque el lenguaje corporal es infinitamente variado. Busca la imagen total, la impresión general. No debes concentrarte demasiado en gestos específicos, sino dejar que tu mente inconsciente capte la situación general. Si miras demasiado a los ojos, por ejemplo, puedes pasar por alto el hecho de que la cabeza está girada hacia abajo y hacia un lado. Así que, de nuevo, pregúntate: ¿Esta persona es sincera o no sincera? Y luego observa a la persona en su totalidad. Podrás saberlo la mayoría de las veces.
A version of this article originally appeared in English.