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Verificado por Psychology Today

Relaciones

Qué significa realmente estar enamorado

Supera tus propias defensas y aprende a construir una relación de verdad.

Pressmaster/Shutterstock
Fuente: Pressmaster/Shutterstock

Mientras muchos de nosotros lo podríamos haber intuido, ahora hay ciencia detrás de la famosa declaración, "el amor es todo lo que necesitas." Un estudio longitudinal de 75 años realizado por investigadores de Harvard sugiere que el amor es efectivamente la llave a una vida feliz y satisfactoria.

Mientras que el amor parece ser un atributo universalmente valorado, defenderlo en términos de comportamiento puede ser un desafío. Como escribió el investigador principal del estudio de Harvard, George Vaillant, acerca de los hallazgos de su equipo, se ha demostrado que dos ingredientes esenciales están corelacionados con una existencia feliz: "una es el amor. La otra es encontrar una manera de lidiar con una vida que no aleje al amor."

Mientras que muchos de nosotros creemos que nos gustaría estar enamorados, nos enfrentamos a muchos obstáculos para llevar a cabo acciones que le permitan al amor fluir libremente en nuestras vidas y relaciones. Tenemos muchas maneras de defendernos contra el amor y podemos batallar con dar y recibir amor con facilidad, así como mostrar apertura y vulnerabilidad.

Con el amor tan fuertemente ligado al significado y la satisfacción, es valioso que cada uno de nosotros definamos el amor como una acción o serie de acciones que podemos llevar a cabo para acercarnos a las personas que valoramos. En un contexto romántico, algunas características esenciales que encajan con la descripción de una relación amorosa incluyen:

  • Expresiones de afecto tanto físicas como emocionales.
  • Un deseo de ofrecer placer y satisfacción mutua.
  • Compasión, sensibilidad y compasión para las necesidades del otro.
  • Un deseo de compartir actividades y objetivos.
  • Un nivel apropiado de compartir posesiones.
  • Un intercambio constante y honesto de los sentimientos individuales.
  • El proceso de ofrecer preocupación, alivio y asistencia externa para lograr las aspiraciones del ser querido.

El amor incluye sentimientos hacia la otra persona que van más allá del egoísmo y egocentrismo por parte del ser amado. Como tal, el amor alimenta y tiene un efecto positivo en el autoestima y bienestar de cada persona. El amor nunca involucra engaños, porque engañar a otra persona fractura su sentido de la realidad.

  • ¿Ambos nos comportamos de maneras que hagan al otro sentirse cuidado?
  • ¿Ambos llevamos a cabo acciones para que el otro se sienta bien?
  • ¿Consideramos hacer cosas que alegren a la otra persona, aparte de nuestros propios intereses?

Con demasiada frecuencia, pensamos en el amor como un estado casi pasivo, en lugar de la elección consciente que hacemos. Cuando consideramos al amor como algo que simplemente nos pasa, es muy fácil que caigamos en rutinas con la persona que valoramos o perdamos nuestro sentido de separación y respeto. En su lugar, percibimos a la persona como una parte de nosotros. Entonces, corremos el riesgo de crear un lazo de fantasía, una ilusión de fusión en la que los sentimientos de afecto y atracción son reemplazados por la manera de estar en una relación. En otras palabras, llegamos a percibirnos a nosotros mismos y a nuestra pareja como una unidad. Entonces caemos en papeles en lugar de apreciarnos mutuamente como individuos y experimentar los emocionantes sentimientos amorosos resultantes.

Un lazo de fantasía ofrece un sentimiento falso de seguridad, la ilusión de que ya no estamos solos. Sin embargo, cuando nos conectamos con alguien de esta manera, perdemos nuestra sensación de vitalidad y renunciamos a aspectos significativos de nuestra relación. Las operaciones de comportamiento del amor son reemplazadas por la fantasía de estar enamorados, lo que no alimenta a ninguno de los dos.

Las relaciones tienden a irse en picada cuando dejamos de llevar a cabo acciones que nuestra pareja percibiría como amorosas y en su lugar empezamos a buscar a nuestra pareja solamente para satisfacer nuestras propias necesidades. Es importante distinguir el hambre emocional del amor verdadero. ¿Algunas vez han presenciado a un padre abrazando a su hijo y se han preguntado si el abrazo era para reconfortar al niño, para ofrecerle cuidado y tranquilidad, o para tranquilizar al padre, quitándole algo al niño? Cuando nos acercamos a nuestra pareja, puede ser valioso examinar si nuestros comportamientos son para ellos o para nosotros. ¿Estamos esperando que ellos nos satisfagan de alguna manera que sea injusta para ellos? ¿Estamos esperando que compensen un vacío o dolor de nuestro pasado?

Una pareja con la que trabajé reconoció un ejemplo de esta dinámica. La esposa le decía frecuentemente cumplidos a su esposo, pero él rara vez reconocía sus palabras. Cuando ella hizo el recuento de algunos de los comentarios que había hecho recientemente se dio cuenta de que eran menos un reflejo de él y más un reflejo de ella. Decía cosas como, "'¿verdad que estoy casada con un hombre alto y bien arreglado?" y "¿verdad que elegí a un ganador?", que no capturaban cualidades importantes para él. Eran características que ella valoraba en una pareja y confirmaban su propia autoestima y sentido de autovaloración.

El amor nunca debería ser un acto de manipulación. No es una marca de propiedad sobre otra persona, sino exactamente lo contrario, una apreciación genuina de una persona como individuo aparte. Cuando vemos a una persona de esta manera, nos permitimos valorarla por completo por lo que es y por la felicidad que le trae a nuestras vidas. Nos sentimos impulsados para ser generosos hacia esa persona, mostrarle compasión y amabilidad de una manera en la que ella y el mundo exterior perciba como amorosa.

Por supuesto, hay muchas barreras que colocamos que no solamente evitan que encontremos este tipo de relación, sino que logramos tenerla con la persona que amamos. Una de las razones por las que terminamos en relaciones menos que amorosas son las maneras en las que nos trataron en el pasado. Tal vez nos familiarizamos con dinámicas en las que éramos rechazados o pisoteados, en cuyo caso tendemos a buscar o recrear estas mismas dinámicas en nuestras relaciones adultas. Volvernos más amorosos significa reconocer las maneras en las que nos autosaboteamos: ¿cómo estamos recreando heridas pasadas en nuestras relaciones actuales?

Conforme reflexionamos sobre estos comportamientos, aprendemos mucho, no solo sobre cómo interferimos con nuestros sentimientos naturalmente amorosos hacia otros, sino también sobre las maneras negativas en las que nos sentimos sobre nosotros mismos. Es difícil expresar amor hacia afuera si no estamos en contacto con nuestros propios sentimientos de autovaloración. Una de las razones principales por las que excluimos al amor es porque nos sentimos indignos o nos gusta negarnos a nosotros mismos. Por lo tanto, para tener una relación amorosa, debemos desafiar nuestro autoconcepto negativo, también conocido como voz interior crítica. Cuando hacemos esto y llevamos a cabo acciones amorosas para contradecir nuestra autoimagen crítica, mejoramos nuestra propia sensación de autovaloración y somos capaces de acercarnos más a las personas que amamos.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Lisa Firestone Ph.D.

La Dra. Lisa Firestone, es psicóloga clínica, autora y Directora de Investigación y Educación para la Glendon Association.

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