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Si eres una mujer que ha participado en algún estudio sobre excitación sexual, probablemente sabes cómo es la cosa: ver películas eróticas (heterosexuales, homosexuales, bisexuales, bestiales) mientras usas un pletismógrafo, un instrumento para medir el flujo de sangre a la vagina. Bajo esas circunstancias, no podrías esperar ponerte sumamente caliente “ahí abajo” ni tener ganas de entrar en acción. Pero, según el dispositivo entre tus piernas, todo indicará que sí lo estás.
Y aún así, si eres como la mayoría de las mujeres a las que se les ha preguntado qué tan excitadas creen estar al ver estas escenas eróticas: orgías en Tijuana, extraños enmascarados en trenes, vacas con toros, sementales con yeguas, podrías decir que no estás excitada para nada. Incluso, podrías decir (airosamente) que todo eso te parece repugnante.
Entonces, ¿qué está pasando? ¿Las mujeres siquiera saben lo que las excita?
Esa es la pregunta que ha plagado a los investigadores sexuales por décadas. Y es un tema que la psicóloga clínica Meredith Chivers y sus colegas atendieron en un metanálisis de 132 ensayos sobre las mediciones genitales de la excitación sexual.
¿Por qué las respuestas genitales y subjetivas de las mujeres no se ponen de acuerdo?
Estas son algunas teorías introducidas por los investigadores en el estudio:
Las respuestas genitales de las mujeres están ocultas a la vista y producen menos “señales somatosensoriales”. Mientras que los hombres pueden excitarse al sentir una erección, las mujeres no. Sin embargo, los estudios han encontrado que incluso cuando las mujeres recibían retroalimentación sobre su nivel de engrosamiento vaginal, las correlaciones (entre la excitación genital y subjetiva) eran bajas y estadísticamente insignificantes. En otras palabras, que nos digan que nos estamos excitando no necesariamente nos excita.
Las mujeres pueden editar su monólogo interior de sentimientos de excitación sexual debido a respuestas socialmente deseables. Una influencia positiva dirige la atención hacia estímulos eróticos, incrementando así la respuesta sexual, mientras que una influencia negativa interfiere en el procesamiento de las señales sexuales, lo que resulta en una respuesta sexual más baja. Una concordancia más baja entre las mujeres podría reflectar su experiencia de influencia negativa mientras observan la erótica convencional disponible de manera comercial que se produce principalmente para hombres.
Resulta interesante que los autores también sugieren que:
La respuesta genital a estímulos sexuales puede ser un mecanismo de autoprotección evolucionado. La respuesta genital es un reflejo automático provocado por estímulos sexuales que produce lubricación vaginal, incluso si la mujer no se siente subjetivamente excitada. La respuesta genital femenina involucra un incremento en la vasocongestión genital, necesaria para la producción de la lubricación, y a su vez puede reducir la incomodidad y la posibilidad de lesiones durante la penetración vaginal.
Las mujeres ancestrales que no mostraban una respuesta vaginal automática a impulsos sexuales pueden haber tenido más probabilidades de experimentar lesiones que resultaban en enfermedades, infertilidad o incluso la muerte, después de una penetración vaginal inesperada o indeseada, y así tendrían menos probabilidades de heredar este rasgo a sus crías… Los informes de la respuesta genital y orgasmo de las mujeres durante ataques sexuales sugiere que las respuestas genitales sí les ocurren a mujeres bajo condiciones de amenaza sexual.
Que las mujeres puedan experimentar una respuesta genital durante sexo indeseado o al ver imágenes de ataques sexuales sugieren que la respuesta de vasocongestión de las mujeres se inicia automáticamente ante la exposición a estímulos sexuales, ya sea que estos estímulos sean preferidos, y sin una evaluación subjetiva de estos estímulos como deseables o sexualmente excitantes.
Durante el procesamiento de estímulos sexuales, se activan las áreas del cerebro asociadas con la inhibición emocional.
La corteza cingulada anterior (CCA) es una región del cerebro donde se procesan las respuestas subjetivas a los estímulos sexuales. [La CCA parece influir en las respuestas subjetivas pero no en las respuestas genitales, lo que ayuda a explicar la desconexión entre “arriba y abajo”. Incidentalmente, La CCA de las mujeres está más activa cuando estamos ovulando y nos sentimos atraídas hacia hombres machos con mucha testosterona. La CCA se activa cuando estamos en conflicto con algo. ¿La CCA también estará actuando como un mecanismo de autoprotección advirtiéndonos que procedamos con cautela?]
Conclusiones: La excitación física no es evidencia de que una mujer esté realmente excitada. Para que una mujer esté caliente y deseosa, debes empezar desde arriba.
A version of this article originally appeared in English.
