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Verificado por Psychology Today

Michelle McQuaid Ph.D.
Michelle McQuaid Ph.D.
Carrera

La superherramienta de bienestar en el trabajo

El factor sorprendente que hace mucho más fácil cuidar de nuestro bienestar.

Los puntos clave

  • Quienes reportan altos niveles de prosperidad en el trabajo a menudo practican la autocompasión.
  • Las amenazas a nuestro autoconcepto pueden desencadenar rápidamente respuestas de defensa del cerebro.
  • Quienes practican la autocompasión más probablemente evitan juzgarse y resisten la identificación excesiva.

¿Alguna vez te has preguntado qué hacen las personas con los niveles más altos de bienestar en el trabajo de manera diferente al resto de nosotros? ¿Son más fuertes mentalmente? ¿Beben más batidos verdes? ¿O son ninjas de la meditación?

Una nueva investigación que recopilamos recientemente de más de 1,000 trabajadores australianos seleccionados al azar encontró que la mayor diferencia entre aquellos que reportaron niveles altos o bajos de prosperidad era la práctica de la autocompasión.

"Enfrentarse a nuestras limitaciones, no alcanzar nuestros ideales, afrontar reveses y reconocer nuestros errores o fracasos puede resultar extremadamente estresante, especialmente en el trabajo", explicó la psicóloga Danielle Jacobs, cofundadora de The Wellbeing Lab. "La autocompasión nos ayuda a desarrollar las creencias y habilidades que necesitamos para cuidarnos de manera segura y exitosa a medida que aprendemos y crecemos juntos en el trabajo".

Por ejemplo, para ayudarnos a sentirnos socialmente seguros en el trabajo, los investigadores han descubierto que nuestro cerebro puede fluctuar entre distorsiones egoístas y ser criticarnos en exceso y cruelmente a nosotros mismos. Desafortunadamente, con el tiempo se ha descubierto que estos enfoques de autoprotección nos dejan plagados de inseguridades y atormentados por el temor de que eventualmente otros descubran que “no somos lo suficientemente buenos”, “no lo suficientemente inteligentes” y “no lo suficientemente agradables”.

Como resultado, la más mínima amenaza a nuestro autoconcepto puede desencadenar rápidamente las respuestas de defensa contra amenazas de nuestro cerebro, lo que nos hace luchar contra nosotros mismos (más autocrítica), huir de los demás (aislamiento) o congelarnos (rumiar y sobreidentificarnos). Pero cuanto más nos reprendemos a nosotros mismos, nos alejamos de los demás o dudamos de nosotros mismos, más vulnerables, ansiosos y estresados nos sentimos y menos probabilidades tenemos de prosperar.

Por el contrario, el estudio de trabajadores australianos encontró que aquellos que practicaban la autocompasión tenían significativamente más probabilidades de:

  • Renunciar a la autocrítica. En lugar de reprenderse a sí mismos por los fracasos que habían cometido cuando las cosas no iban bien, reconocieron que todavía no estaban donde querían estar y se animaron a seguir intentándolo. Fueron amables consigo mismos, en lugar de autocríticos.
  • Rechazar el aislamiento. En lugar de esconderse cuando cometían errores para que los demás no fueran testigos de su vergüenza, eran lo suficientemente vulnerables como para pedir ayuda y apoyo a los demás. Aceptaron que eran perfectamente imperfectos como todos los demás y utilizaron este conocimiento para conectarse con confianza con los demás.
  • Resistir la sobreidentificación. En lugar de sentirse abrumados cuando se enfrentaban a desafíos difíciles, buscaron conscientemente oportunidades para aprovechar sus fortalezas (las cosas en las que eran buenos y disfrutaban hacer) a medida que aprendían y crecían. Eran conscientes de cómo sus sentimientos afectaban la forma en que abordaban su trabajo.

Como resultado, estos trabajadores no sólo informaron niveles más altos de bienestar, sino también niveles más altos de compromiso, desempeño y satisfacción laboral.

"Las prácticas de autocompasión ayudaron a reducir los niveles de ansiedad y estrés de los trabajadores", explicó Danielle. "También ayudaron a promover los niveles de bienestar de las personas al hacer que fuera más probable que continuaran experimentando de manera divertida con diferentes enfoques hasta que encontraran lo que funcionaba mejor para ellos".

Por ejemplo, los estudios de la Dra. Kristin Neff y sus colegas han descubierto que estos comportamientos autotranquilos activan los sistemas de cuidado y autoconciencia de nuestro cerebro, lo que nos facilita creer que somos capaces y dignos, y nos hace menos autosuficientes, conscientes, menos propensos a compararnos con los demás y menos propensos a sentirnos inseguros. También se ha descubierto que son un medio eficaz para mejorar nuestra motivación, rendimiento y resiliencia para que podamos tomar decisiones informadas sobre cuándo es seguro persistir, cuándo debemos probar un camino diferente y cuándo dejarlo ir.

¿Cómo practicas la autocompasión en el trabajo?

A version of this article originally appeared in English.

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