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Las enfermedades empáticas son aquellas en las que manifiestas síntomas que no son tuyos. Muchos pacientes han venido a mí etiquetados como "agorafóbicos" con trastornos de pánico, depresión crónica, fatiga, dolor o dolencias misteriosas que responden solo parcialmente a medicamentos o psicoterapia. Algunos estuvieron casi confinados o enfermos durante años. Me decían, "temo estar en multitudes. La ira, el estrés y el dolor de otras personas me drenan, y necesito mucho tiempo a solas para recargar mi energía”. Cuando hice un historial cercano de todos estos pacientes, descubrí que eran lo que llamo "empáticos físicos", personas que son tan porosas que absorben los síntomas de los demás. Me relaciono porque yo también lo soy.
Los empáticos físicos no tienen las defensas que otros tienen para filtrar las cosas. Como psiquiatra, saber esto cambió significativamente la forma en que trataba a estos pacientes. Mi trabajo se convirtió en enseñarles a centrarse y protegerse a sí mismos, establecer límites saludables y dejar ir la energía que recogieron de los demás.
Para determinar si eres un empático físico toma la siguiente prueba.
Test: ¿Soy un empático físico?
Pregúntate:
- ¿Me han etiquetado como demasiado sensible o hipocondríaco?
- ¿Alguna vez me senté al lado de alguien que parecía agradable, pero de repente mis párpados se pusieron pesados y sentí ganas de tomar una siesta?
- ¿Me siento incómodo, cansado o enfermo en las multitudes y las evito?
- ¿Siento la ansiedad o el dolor físico de otra persona en mi cuerpo?
- ¿Me siento agotado por personas enojadas u hostiles?
- ¿Corro de médico en médico para pruebas médicas, pero me dicen : "Estás bien”?
- ¿Estoy crónicamente cansado o tengo muchos síntomas inexplicables?
- ¿Con frecuencia me siento abrumado por el mundo y quiero quedarme en casa?
Si respondiste "sí" de 1 a 3 preguntas, eres al menos en parte empático. Responder sí a 4 o 5 preguntas indica que tienes un grado moderado de empatía física. Un sí en 6 a 7 indica que tienes un alto grado de empatía. Marcar sí a ocho indica que eres un empático en toda regla.
Descubrir que eres un empático físico puede ser una revelación.Ten la seguridad: no estás loco. No eres un enfermo fingido o un hipocondríaco. No estás imaginando cosas, aunque tu médico podría tratarte como una molestia. Eres una persona sensible con un don que debes desarrollar y manejar con éxito.
Estrategias para dejar la energía tóxica
La empatía física no tiene que abrumarte. Ahora que puedo centrarme y abstenerme de asumir el dolor de otras personas, la empatía ha hecho que mi vida sea más compasiva, perspicaz y más rica. Aquí hay algunos secretos para prosperar como la empática física que soy y he aprendido para que no afecten mi salud.
9 estrategias para que los empáticos dejen de absorber la enfermedad y el dolor de otras personas
Evaluar. Primero, pregúntate: ¿este síntoma o emoción es mío o de alguien más? Podrían ser las dos cosas. Si la emoción, como el miedo o la ira, es tuya, confronta suavemente lo que la está causando por tu cuenta o con ayuda profesional. Si no es tuya, intenta localizar la fuente obvia.
Aléjate. Cuando sea posible, distánciate por lo menos 6 metros de la fuente sospechosa. Ve si sientes alivio. No dudes por el lado de no querer ofender a extraños. En un lugar público, no dudes en cambiar de asiento si sientes una sensación de "enfermedad" que se te impone.
Conoce tus puntos vulnerables. Todos tenemos una parte del cuerpo que es más vulnerable a absorber el estrés de los demás. La mía es el instinto. Escanea tu cuerpo para determinar la tuya. ¿Es tu cuello? ¿Te duele la garganta? ¿Dolores de cabeza? ¿Infecciones de la vejiga? Al inicio de los síntomas en estas áreas, coloca tu palma allí y sigue enviando bondad amorosa a esa área para aliviar el malestar. Para la depresión o el dolor de larga data, usa este método diariamente para fortalecerte. Es reconfortante y crea una sensación de seguridad y optimismo.
Ríndete a tu aliento. Si sospechas que estás captando los síntomas de otra persona, concéntrate en tu respiración durante unos minutos. Esto se centra y te conecta con tu poder.
Practica la meditación de guerrilla. Para contrarrestar la angustia emocional o física, actúa rápido y medita durante unos minutos. Haz esto en casa, en el trabajo, en fiestas o conferencias. O, refúgiate en el baño. Si es público, aléjate un poco. Medita allí. Cálmate. Enfócate en la positividad y el amor.
Establece límites y fronteras saludables. Controla cuánto tiempo pasas escuchando a personas estresantes y aprende a decir “no”. Recuerda, “no” es una oración completa.
Visualiza la protección a tu alrededor. Visualiza un sobre de luz blanca alrededor de todo tu cuerpo. O con personas extremadamente tóxicas, visualiza un feroz jaguar negro patrullando y protegiendo tu campo de energía contra intrusos.
Desarrollar la visión de rayos X. Los espacios entre las vértebras en la parte baja de la espalda (columna lumbar) son propicios para eliminar el dolor del cuerpo. Es útil aprender a dirigir conscientemente el dolor fuera de estos espacios visualizándolo saliendo de tu cuerpo. Dile adiós al dolor ya que se mezcla con la matriz energética gigante de la vida.
Toma un baño o ducha. Una forma rápida de disolver el estrés es sumergirte en agua. Mi baño es mi santuario después de un día ajetreado. Se lleva todo, desde estar en el autobús, a largas horas de viaje en avión hasta los molestos síntomas que he tomado de otros. Sumergirse en manantiales minerales naturales purifica todo lo que enferma.
Sigue practicando estas estrategias. Al protegerte a ti mismo y a tu espacio, puedes crear una burbuja mágica segura a tu alrededor que te nutra, mientras al mismo tiempo ahuyentas a las personas negativas. No te asustes si ocasionalmente sientes dolor o algún otro síntoma desagradable. Sucede. Con estrategias para renunciar a los síntomas de otras personas, puedes tener respuestas más rápidas a las situaciones estresantes. Esto te hará sentir más seguro, más saludable y tus sensibilidades pueden florecer.
A version of this article originally appeared in English.
