¿El sexo y la masturbación son lo mismo?

Tanto el sexo en pareja como la masturbación llevan a orgasmos, ¿eso los hace intercambiables?

Si alguien en una relación se masturba, ¿significa que está insatisfecho con su pareja?

Escucho estas preguntas en mi oficina todo el tiempo, a veces con opiniones muy fuertes y sentimientos heridos. Si alguien tiene la creencia de que el sexo en pareja y la masturbación son efectivamente equivalentes, entonces tiene sentido que perciban las actividades en solitario como un tipo de comentario (negativo) en la vida sexual compartida de una pareja. Después de todo, ¿por qué harías algo por tu cuenta si lo podrías estar haciendo con tu pareja?

Esta línea de pensamiento asume que la pareja de uno está disponible e interesada siempre al mismo tiempo. Es probable que no lo esté. Y aunque puede ser reconfortante saber que toda la energía sexual de tu pareja está dirigida hacia ti, puede ser una espada de doble filo si por ello sientes la obligación de satisfacer esos deseos cada vez o si tu pareja siente resentimiento y rechazo cuando no estás de humor. Esta dinámica puede ser especialmente problemática cuando las parejas tienen impulsos sexuales considerablemente distintos lo que prácticamente garantiza que la pareja con menos deseo se sentirá asediada y la persona con más deseo se sentirá rechazada.

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Pero echemos un vistazo a si el sexo y la masturbación en realidad son lo mismo. Mientras que ambos pueden llevar al placer sexual y liberación, ¿el resultado final necesariamente debe definirlos? Si es así, ¿pasar por pizza de camino es lo mismo que compartir una cena romántica con tu pareja? Después de todo, en ambos casos se satisface el apetito, pero buena suerte convenciendo a tu pareja que una puede reemplazar a la otra. Si esta intercambiabilidad no aplica al apetito, ¿por qué algunas personas creen que aplica al deseo sexual?

La masturbación presenta una contradicción interesante, un porcentaje sumamente grande de la población en relaciones comprometidas se masturban al menos algunas veces, pero demasiadas parejas no hablan de ello entre sí. Si no conoces los hábitos de masturbación de tu pareja, por no decir lo que disfrutan al respecto, entonces es fácil asumir que el sexo y la masturbación son lo mismo para ellos. Pero, ¿es válida esta asunción? Si estás feliz con tu relación y vida sexual, entonces tal vez no importa mucho lo que hace tu pareja en privado, pero si la masturbación conocida o sospechada de tu pareja te incomoda o si sientes la necesidad de ocultar que lo haces, entonces tal vez ambos se beneficiarían de hablarlo y reemplazar lo que asumen con información precisa. Por ejemplo, si encontrar evidencias de que tu pareja se masturba te hace dudar de tus habilidades sexuales o de tu aspecto, entonces lo mejor sería averiguar la razón por la que tu pareja se masturba ocasionalmente. Tal vez simplemente disfruta de tomarse un tiempo para sí sin sentir ninguna responsabilidad por alguien más. Tal vez solo estaba aburrida, o cansada o estresada. Tal vez estaba caliente y se impacientó al respecto. No puedes saber con certeza a menos de que preguntes.

Puede valer la pena pasar algo de tiempo reflexionando sobre la manera en la que la masturbación encaja en tu vida y relación en general, y luego hablar al respecto con tu pareja. Estas son algunas preguntas que podrían considerar:

• ¿Qué has aprendido de la masturbación?
• ¿Cómo cambia tu percepción de la masturbación cuando estás soltero o en una relación?
• ¿Cómo te sientes respecto a la masturbación, la propia y la mutua?
• ¿Tú y tu pareja saben de las actividades a solas, (la frecuencia, lugar, ocasión, razón y ejecución? Si no, ¿por qué no?
• ¿Cómo te sientes respecto a estas actividades en solitario? ¿Te gustaría saber más?
• ¿Cómo es similar o distinta la masturbación a las actividades en pareja para cada quién?
• ¿Cómo aumenta o disminuye la masturbación tu interés en las actividades en pareja?
• ¿Qué pueden hacer tu pareja y tú en cuanto a la masturbación para mejorar su satisfacción sexual general?

La meta aquí no es decir que deberías masturbarte o que no deberías, sino que deberías sentirte bien con la elección que tomes y que tu pareja y tú estén de acuerdo con ello. Hacer esto requiere una discusión abierta y honesta. Hablar sobre la masturbación, cosas que te excitan y fantasías sexuales puede sentirse sumamente vulnerable y revelador, así que pueden ser conversaciones difíciles, pero si persisten y lo manejan bien, su relación en general probablemente se beneficiará.

Esto podría ser especialmente cierto en esas relaciones en las que alguien está usando la masturbación como una forma de atenderse con el fin de evitar lidiar con los problemas sexuales o de relación con su pareja. Mientras que es comprensible, probablemente sea mejor a largo plazo lidiar directamente con esos problemas. Si con frecuencia o siempre alguien usa la masturbación cuando tiene una pareja generalmente interesada y disponible, entonces hay que preguntarse por qué pasa eso. ¿Qué está evitando? ¿Qué deseo sexual no se está cumpliendo con su pareja y qué evita que lo discutan? ¿Se sienten avergonzado por ello o preocupado por la reacción de su pareja...o ambas?

La meta de todo esto es transformar la masturbación, si es que tu pareja o tú la llevan a cabo, en una adición positiva a su vida sexual y relación.