El debate continúa: alcohol vs. marihuana

Cada año me hacen la misma pregunta sobre el alcohol y la marihuana: ¿Cuál es más peligroso consumir? En realidad, es una pregunta difícil de responder porque ambas drogas tienen acciones muy diferentes y complejas en el cerebro. Además, es difícil definir qué significa realmente “más peligroso” en relación con el cerebro, en particular si se compara con las conocidas consecuencias del consumo de alcohol en el cuerpo.

La Organización Mundial de la Salud concluyó recientemente que ningún nivel de consumo de alcohol es seguro para nuestra salud. El alcohol es una sustancia tóxica, psicoactiva y que produce dependencia y ha sido clasificada como carcinógeno del Grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer hace décadas; este es el grupo de mayor riesgo, al que también pertenecen el amianto, la radiación y el tabaco. El debate sobre el alcohol parece haberse zanjado.

¿La marihuana es segura o beneficiosa?

Los estudios en animales y los datos recopilados a partir de estudios epidemiológicos respaldan firmemente el uso de la marihuana para el tratamiento del dolor crónico o en enfermedades con síntomas producidos por la inflamación. Por lo tanto, si estás pensando en obtener una recomendación para tratar tus síntomas asociados con la encefalopatía traumática crónica, la enfermedad de Crohn, la fibromialgia, el glaucoma, la enfermedad inflamatoria intestinal, la esclerosis múltiple, el dolor crónico o severo, una lesión de la médula espinal, una lesión cerebral traumática o colitis ulcerosa, puedes experimentar un alivio significativo. Actualmente, no hay evidencia confiable de que la marihuana pueda curar ninguna de estas afecciones; solo puede reducir la gravedad de algunos de los síntomas.

Los riesgos y beneficios del cannabis dependen de la edad.

El cerebro prenatal es muy vulnerable a la presencia de cannabis. En general, la evidencia disponible indica que el cerebro adolescente todavía es vulnerable a los cannabinoides exógenos. Esencialmente, el cannabis altera la trayectoria normal de la maduración cerebral, aunque las consecuencias parecen ser menos graves que las de la exposición prenatal. La evidencia combinada de numerosos estudios en humanos y animales sugiere que la exposición al cannabis durante la adolescencia tiene el potencial de producir alteraciones sutiles, pero duraderas, en la función y el comportamiento cerebral. La gravedad difiere según la duración del uso, la edad del primer uso y las vulnerabilidades genéticas subyacentes que es más probable que aparezcan durante la adolescencia, como varias psicopatologías.

El consumo de cannabis es cada vez más común entre las personas mayores. La mayoría de los usuarios de este grupo, principalmente entre 50 y 60 años, informan que su razón más común para recurrir al cannabis es la reducción del dolor debido a una enfermedad o lesión. La mayoría de los pacientes informan que, aunque el cannabis no es más efectivo, tiene menos efectos secundarios desagradables que los analgésicos de venta libre o recetados. Un estudio reciente evaluó la relación entre el uso prolongado de cannabis medicinal y la función cognitiva en una muestra de pacientes de mediana edad y mayores con dolor crónico. Sus resultados sugieren que el uso de cannabis medicinal de la planta entera no daña la cognición en pacientes mayores. Es fundamental tener en cuenta que este estudio, así como la mayoría de los demás estudios epidemiológicos, utilizaron la planta entera en lugar de extractos específicos. Los beneficios de los componentes específicos de la planta aún no se han definido por completo. De hecho, es posible que descubramos que los mayores beneficios solo se obtengan de las acciones agregadas de todos los componentes de la planta. La investigación en mi laboratorio ha demostrado que una dosis baja diaria de cannabis puede reducir significativamente la inflamación cerebral y restaurar la neurogénesis en los ancianos.