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Verificado por Psychology Today

Enfermedad Coronavirus 2019

El coronavirus no es el apocalipsis zombie

Es momento de respirar profundo y bajarle a la histeria.

Stock photo by Yaa/Shutterstock
Fuente: Stock photo by Yaa/Shutterstock

De ninguna manera quiero minimizar la seriedad del coronavirus y su expansión alrededor del mundo. Hay gente muriendo por ello y cada muerte es una tragedia. Pero no es el fin de la civilización como la conocemos, a diferencia de lo que algunos medios están diciendo, arriesgando causar pánico y alarma innecesarios. Hay titulares sumamente ominosos: "Wuhan es la zona cero para el mortal Coronavirus." "La situación en China es mortal."

Un periódico estadounidense tenía una imagen de un médico de Wuhan llorando. Otro periódico, también de Estados Unidos, presentaba una pila de cadáveres que resultó ser falsa. Incluso el Daily Mail tenía un reporte citando a un investigador: "'Esta vez tengo miedo', advierte experto que ayudó a derrotar al SRAG." Otro científico supuestamente simuló una epidemia similar y proyectó que mataría a 65 millones de personas. Lo que el encabezado omitió fue que este era un escenario en el peor de los casos para un virus más mortal que el SRAG y más fácil de contagiar que la gripe, un escenario sumamente improbable.

Es importante poner el riesgo en perspectiva. La clave del Coronavirus está en que no hay vacuna, y es probable que pasen meses antes de que se desarrolle una. Suena más desalentador y siniestro porque parece nuevo y misterioso y origina de un país lejano. Además, su origen sospechado, un mercado de animales exóticos en la ciudad de Wuhan donde se puede comer de todo, desde cabezas de vaca hasta camellos, zorros, tejones y una variedad de rata y reptiles.

Es aterrador ver las noticias de reportes de oficiales de salud en el mundo con guantes de látex, máscaras quirúrgicas y trajes para materiales peligrosos tratando pacientes. Pero estas imágenes necesitan calibrarse con la realidad. Cada año, decenas de miles de personas mueren a causa del virus de la influenza. Los Centros de Control de enfermedades estiman que tan solo el año pasado, 40 mil estadounidenses murieron por un catarro. Hace dos años, el índice de muerte fue el peor en una década, con 61 mil muertos. La mayoría de las fuentes en línea dirán que esta figura estuvo más cerca a los 80 mil, pero el CDC revisó el número posteriormente y lo redujo. A pesar de esto, muchas de las historias originales nunca se actualizaron.

Durante la temporada de gripe de 2018-2019, alrededor del 75 por ciento de las muertes fueron de personas de más de 65 años. Casi el 17% estaban entre los 50 y 64 años. Estas dos categorías conforman el 91% de todas las muertes. Pero si vemos más de cerca vemos que muchas de ellas tenían una colección de condiciones pre existentes que los dejaban con sistemas inmunes debilitados. Los reportes iniciales de China hacen eco de esto: La mayoría de los muertos ya estaban en malas condiciones de salud. Un reporte preliminar indicaba que la edad media de muerte era de 75 años. Ser contagiado de Coronavirus no es una sentencia de muerte, pero los adultos mayores o aquellos con una condición subyacente deben tomar precauciones. Esos son los mismos consejos que dan los doctores cada año para la gripe.

Todos los indicadores señalan que el Coronavirus es más débil que sus dos primos, el SRAG y SRMO. Cuando el SRAG (Síndrome respiratorio agudo grave) surgió en China en el 2002, se rastreó su origen hacia gatos de civeta y tenía una mortalidad de alrededor del 10%. Hubieron 8 mil casos en 17 países. SRAG es una variante del nuevo Coronavirus. En 2012, otra variación del virus surgió en Oriente Medio y fue llamado Síndrome Respiratorio del Medio Oriente o SRMO. El virus tenía una mortalidad mucho más alta, de alrededor del 35%, pero solamente afectó a 2,500 personas y era más difícil de contagiar que el SRAG; la transmisión estaba ligada a carne de camello. Las buenas noticias son que mientras el nuevo virus parece esparcirse más fácilmente que sus dos predecesores, es mucho menos severo. Eso encaja con la regla general de que a más mortal es un virus, más difícil es contagiarse.

Tal vez el mayor problema al que se enfrentan las autoridades es que el nuevo Coronavirus es relativamente leve. Con SRAG y SRMO la gente se ponía muy enferma y eran fáciles de identificar. Con el nuevo virus, alguien podría tenerlo y ni siquiera saberlo. Con base en las estadísticas iniciales, la mortalidad del Coronavirus es de alrededor del 3%, pero el número real probablemente es mucho mucho menos dada la probabilidad de que mucha gente ya esté infectada pero no se han sentido lo suficientemente enfermos como para siquiera buscar tratamiento.

Cuidado con las redes sociales

En 1597, Francis Bacon escribió que "el conocimiento en sí es poder." A más sepamos acerca del Coronavirus, mejor. En 2020, tenemos más información a la punta de nuestros dedos de lo que Bacon podría haberse imaginado. El problema: La mayor parte de la información en internet no está verificada. Mientras que Bacon no estaba muy lejos de la Edad Oscura y vivió en una época en la que la medicina estaba en la infancia, tenía algunas ventajas que nosotros no, no tenía un teléfono inteligente y no había Facebook, YouTube o Twitter. Tampoco tenía a los medios modernos alimentando a un frenesí con el que lidiar. Como el sexo, las epidemias venden. Mientras que algunos noticieros han sido sumamente responsables en su manera de reportar, otros han sido descaradamente apocalípticos. Los encabezados tienden a referirse al "mortal" Coronavirus. Que sorpresa, los virus matan a la gente. La cuestión clave es: '¿Cómo es este virus distinto a los demás?'

Hay un peligro real de que las redes sociales esparzan miedo y confusión. Sus tentáculos pueden llegar hasta cada rincón del planeta en un parpadeo. Vivimos en lo que Marshall McLuhan describió como "aldea global". Desafortunadamente, la nueva Era de la Información está repleta de información falsa, rumores, noticias falsas, agendas políticas, teorías de la conspiración, falsedades e imágenes hechas en photoshop que esparcen el pánico más rápido que cualquier virus. Los medios virales pueden debilitar la credibilidad de las autoridades sanitarias y llevar a cosas como compras de pánico y acumulación hasta asaltos de banco y ventas de pánico en el mercado de inversión. Durante la epidemia de sarampión en Vietnam en el 2014, los rumores y declaraciones de que el gobierno estaba mintiéndole a la gente acerca de la gravedad del brote fomentó el pánico e hizo que fuera mucho más difícil controlar la epidemia.

¿Cómo apagamos el pánico? El antídoto al miedo y la incertidumbre es la transparencia y la información oportuna y precisa de fuentes confiables. El problema con esta estrategia es que estamos viviendo en una edad de desconfianza hacia los medios y el gobierno. La confianza hacia oficiales de gobierno está en un punto bajo récord. Abunda la suspicacia en muchas partes del mundo como demostraron las protestas anti gobierno y los disturbios desde América del Sur hasta Asia, Europa y África. Muchos expertos le atribuyen esta oleada a las redes sociales y su habilidad para diseminar información. Muchos de estas declaraciones como "Las vacunas son malas para ti" han llevado a un resurgimiento de enfermedades que se pueden prevenir como el sarampión y el polio. Y luego está el sesgo de confirmación, en el que la gente tiende a gravitar y aceptar declaraciones que respaldan sus creencias previas.

Si Francis Bacon estuviera vivo actualmente, casi seguramente estaría impresionado por nuestro progreso científico y la cantidad de información que ha amasado la humanidad. Estaría igualmente perplejo por la cantidad de gente que fracasa en utilizarlo y parece estar más alineada con las creencias de su siglo que con la ciencia del siglo XXI. En palabras de Carl Sagan: "Done sea que tenemos emociones fuertes, somos propensos a engañarnos a nosotros mismos." La propensión humana de diseminar miedo e información falsa a través de medios virales podría causar más daño que el Coronavirus en sí.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Robert Bartholomew Ph.D.

El Doctor Robert Bartholomew, es sociólogo médico nacido en los Estados Unidos además de escritor, periodista y defensor de derechos humanos.

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