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Verificado por Psychology Today

Relaciones

¿De dónde viene la química?

¿Cuáles son los ingredientes que hacen posibles las comunicaciones interpersonales profundas?

Los puntos clave

  • Gran parte de nuestro bienestar depende de la calidad de nuestras conexiones interpersonales. 
  • Los intereses compartidos, la autorrevelación y sentirse "escuchado" son clave para la química interpersonal.
  • La química implica sincronía verbal, no verbal e incluso a nivel neuronal entre las personas.

"Cada uno de nosotros está lleno de demasiadas ruedas, tornillos y válvulas que nos permiten juzgarnos unos a otros por una primera impresión, o por dos o tres signos externos", escribió Anton Chejov. Sin embargo, con un mínimo de tiempo y esfuerzo, rutinariamente hacemos precisamente eso.

A menudo, nuestros datos se extraen de un breve flujo (o "rebanada fina") de la información disponible, como la apariencia o el comportamiento de nuestros interlocutores. En solo cinco minutos, formamos evaluaciones duraderas sobre las personalidades y la inteligencia de los demás, y elaboramos veredictos mentales sobre nuestra compatibilidad. En menos de 1 hora, tomamos la decisión de seguir o no una relación, tal vez como conocidos, amigos o amantes.

Estos juicios aparentemente intuitivos e involuntarios son facilitados por varias fuerzas, incluida la presencia o ausencia de una cierta chispa entre nosotros, que puede transformar mágicamente incluso las interacciones más mundanas en una experiencia de profunda conexión interpersonal.

CC0/Lars Peter Witt/Pixabay
Source: CC0/Lars Peter Witt/Pixabay

Características de la química interpersonal

Si dos personas se conocieran por primera vez, por ejemplo, en una cita a ciegas, ¿qué les dejaría la impresión de que tenían química? De acuerdo con la investigación de citas rápidas, dependería de la fuerza con la que los individuos sintieran una sensación de conexión y proximidad entre sí, cuán similares evaluaron que eran sus personalidades y si descubrían algún interés compartido durante el transcurso de su conversación. Otros predictores de la química interpersonal, ya sea en relaciones románticas o amistades, incluyen ser agradables y abiertos entre sí, tener valores y creencias similares, atracción física, amor, conexión instantánea y otros factores "indescriptibles".

El psicólogo Harry Reis ha estado estudiando el curioso funcionamiento de las relaciones humanas durante cinco décadas. Su mayor aportación ha sido sobre cuán consecuente es la conexión. "Desde la salud y el bienestar hasta la productividad y el éxito, todo depende de la fortaleza de las conexiones", dice. Según Reis, tanto la cantidad como la calidad de nuestras interacciones importan. Esto significa que, ya sea a través de nuestras relaciones más cercanas o de breves encuentros positivos con extraños, debemos encontrar formas de reponer continuamente nuestras reservas de "Vitamina S" (donde la "s" significa sociabilidad).

¿Qué podría ayudar a tejer un tapiz de conexiones con nuestros semejantes que se convierta en la base de una vida bien vivida? "Ser abierto, genuino y receptivo el uno al otro de una manera continua y a largo plazo; ser confiable y comprometido; sentir que la otra persona realmente entiende quién eres y qué es importante para ti y lo respeta", sugiere Reis.

Reis y sus colegas proponen un modelo conceptual que explora los dos lados de la química interpersonal: cómo se ve (comportamientos) y cómo se siente (percepciones).

El modelo de química interpersonal: cómo se ve la química

1. Emergiendo y en el cuerpo

Química, escribe Reis et al., (2022) es un fenómeno emergente. Gracias a su naturaleza "transaccional", se pone en movimiento con los repetidos intercambios de ida y vuelta entre los individuos en la interacción, a medida que las personas se turnan para expresar sus objetivos, sentimientos y deseos. Gran parte de la magia de la química interpersonal se produce a través de varios canales de comunicación no verbales, incluido el contacto visual, las expresiones faciales y las señales corporales. Esto le da a la química su sensación incorporada.

2. Espejear

Según los autores, forjar conexiones de alta química podría implicar la activación de neuronas espejo en nuestros cerebros. Por ejemplo, para reunir evidencia de que están en la misma página con su experiencia compartida, las personas pueden coordinar las emociones y los comportamientos al reflejar las expresiones faciales del otro. Este espejeo puede sincronizar la actividad neuronal entre las personas, permitiendo a su vez la comunicación.

3. Revelarse a sí mismo y sentirse "escuchado"

Otro factor que juega un papel importante en el fomento de la química es la forma en que las personas reciben la autorrevelación mutua. Aquí, dos características de la comunicación son clave: capacidad de respuesta percibida de la pareja y reciprocidad. La primera surge cuando los interlocutores comparten sus sentimientos, necesidades y objetivos, y se satisfacen con una respuesta comprensiva y apreciativa.

La investigación muestra que la capacidad de respuesta percibida puede contribuir al bienestar de las relaciones, gracias a un ciclo de reciprocidad que fomenta un sentido de cuidado mutuo, confianza y seguridad psicológica: la persona se abre, se encuentra con una pareja que la apoya, se siente "escuchada" y "vista", y corresponde. De acuerdo con Reis et al., (2022), estos momentos de "interacción receptiva" fomentan conexiones profundas y proporcionan un terreno fértil para que florezca la química. La reciprocidad, por otro lado, se fortalece cuando las personas expresan sentimientos y objetivos compatibles.

4. Sincronía

A medida que los interlocutores se turnan para hablar, escuchar y sintonizarse entre sí, la sincronía evoluciona entre ellos. Esta sincronía puede incluir hacer coincidir comportamientos no verbales, ajustarse al tono y ritmo de voz del otro, así como expresar ideas similares. Estas secuencias sutiles, y a menudo fuera de la conciencia, de comportamientos armonizados pueden desarrollarse muy rápidamente y sumarse a momentos de conexión sentidos. Los investigadores creen que para que un sentido de la química se desarrolle más plenamente, estas "ráfagas episódicas" de conexión debe acumularse a lo largo de interacciones continuas.

5. Factores individuales

Aunque la química tiene un "efecto a nivel de relación", es algo que se experimenta dentro de conexiones "especiales" particulares, los factores individuales pueden influir en varios aspectos de la misma. Estos pueden incluir cómo las personas experimentan o expresan la química, cómo perciben a sus parejas y cómo responden a ellas, y por quién se sienten atraídas.

Otros factores que pueden facilitar o dificultar la química en las interacciones podrían ser qué tan responsiva es la persona (por ejemplo, ¿tiene buenas habilidades para escuchar y tomar perspectiva? ¿Es cálida y confiable?), o cuán compatibles son sus objetivos con sus interlocutores. Incluso los aspectos exteriores de la interacción (ritmo, tenor) y cómo los interlocutores los perciben pueden afectar la "creación" de la química.

El modelo de química interpersonal: cómo se siente la química

Las percepciones de la química tienen componentes cognitivos, afectivos y conductuales.

El componente cognitivo se refiere a cómo las personas perciben la similitud y la complementariedad entre ellas y sus parejas cuando se trata de sus objetivos, valores y personalidades. Los objetivos compartidos pueden ayudar a las personas a sentirse comprometidas entre sí (Kelley y Thibaut, 1978) y crear la sensación de que la relación es una "unidad". Por ejemplo, en las relaciones románticas de alta química, las personas pueden formar una identidad de "pareja"; en los equipos deportivos, puede surgir un espíritu de pertenencia colectiva.

CC0/Natalia Lavrinenko/Pixabay
Source: CC0/Natalia Lavrinenko/Pixabay

El componente afectivo de la química se refiere a sentir emociones positivas, incluido el gusto, la atracción y la sensación de sentirse "atraídos el uno al otro". A menudo, las similitudes entre la pareja pueden marcar el comienzo de una serie de sentimientos positivos de uno hacia el otro, a su vez, fomentando un sentido de ser comprendidos y recibir cuidados.

El componente del comportamiento tiene que ver con cómo las parejas de interacción perciben que pueden coordinar sus comportamientos para lograr sus objetivos mutuos. Sentir química implica la percepción de la interacción como "algo más que la suma de sus contribuciones separadas", escriben Reis et al., (2022). Por lo tanto, en las conexiones de alta química, las personas tienden a creer que tendrían más éxito si pudieran perseguir sus objetivos compartidos juntos, en lugar de solos.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Marianna Pogosyan Ph.D.

La Doctora Marianna Pogosyan, es catedrática en Psicología Cultural y consultora especializada en transiciones transculturales.

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