Hemisferio izquierdo - Hemisferio derecho
Cómo mantener la agilidad mental después de los 95 años
Los adultos mayores sin demencia muestran una conectividad cerebral más fuerte.
28 de mayo de 2024 Revisado por Gary Drevitch
Los neurocientíficos en Australia investigaron recientemente las características cerebrales de los centenarios libres de demencia (95-104 años de edad) usando resonancias magnéticas. Su pregunta de investigación era: “¿hay algo especial en la conectividad funcional cerebral de los centenarios que les ayuda a preservar la función cognitiva al entrar en su onceava década de vida?”
Los investigadores encontraron que las personas de más de 95 años sin demencia tienden a tener una mejor conectividad funcional entre el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro y una sincronización bilateral más robusta entre los hemisferios cerebrales. Este estudio (Jiang et al., 2020) se publicó en la revista digital NeuroImage.
“La conectividad bilateral funcional de la red de control frontoparietal (FPCN) se asoció con una mejor cognición, especialmente en los dominios visuoespaciales”, declararon los autores. Esta investigación pionera sugiere que la conectividad bilateral FPCN puede ser clave para compensar el declive cognitivo relacionado con la edad en los centenarios y casi centenarios.
Este estudio con base en Australia fue liderado por Jiyang Jiang de la Universidad de New South Wales en Sydney. Jiang es estudiante de postdoctorado con una beca en el Centro de Envejecimiento Cerebral Saludable.
Para este estudio, Jiang y sus colegas compararon una cohorte de 57 participantes libres de demencia que tenían más de 95 años de edad con una docena de participantes más jóvenes con daños cognitivos entre los 76 y 79 años de edad: “nuestros hallazgos sugieren que, en comparación con los controles jóvenes-viejos, los centenarios mostraron más activación sincronizada en las redes de control frontoparietales derechas e izquierdas,” dijo Jiang en una conferencia de prensa. “En los centenarios y casi centenarios, esta activación emparejada de redes de control frontoparietal bilaterales contribuyeron a un mejor desempeño en las tareas cognitivas visuoespaciales”.
“Este ensayo es un excelente ejemplo de cómo el estudio de centenarios puede revelar los secretos para el envejecimiento saludable, y cómo el cerebro se adapta a los cambios relacionados con la edad y sigue desempeñándose tan bien en estos individuos excepcionales”, añadió el coautor del ensayo, Perminder Sachdev.
El ejercicio de baja intensidad podría fortalecer la conectividad funcional frontoparietal bilateral
A pesar de que este estudio reciente no ofrece consejos prescriptivos sobre cómo optimizar la conectividad funcional entre los hemisferios del cerebro conforme envejecemos, algunas investigaciones previas (Schmitt et al., 2019) encontraron que el ejercicio de baja intensidad (como caminar) impulsa la conectividad entre las redes cerebrales frontoparietales.
Un estudio realizado por Angelika Schmitt y sus colegas en la Universidad Hospital Bonn en Alemania utilizó resonancias magnéticas para evaluar los cambios en la conectividad cerebral después de que los participantes del estudio caminaran o corrieran en una caminadora. Los hallazgos de Schmitt en la manera en la que el ejercicio físico de diferentes intensidades influye en la conectividad cerebral se publicaron en una edición especial del diario Brain Plasticity.
“La red frontoparietal juega un papel fundamental en el monitoreo de la atención, el procesamiento cognitivo y el control motor de alto orden. Nuestros datos revelan un incremento en la conectividad funcional en el estado de descanso después del ejercicio de baja intensidad en la red frontoparietal derecha e izquierda”, escribieron Schmitt y sus coautores. “Es sumamente interesante que la fortaleza de la conectividad dentro de la red frontoparietal se incrementó después de hacer ejercicio físico de baja intensidad”.
Investigaciones futuras profundizarán en los mecanismos subyacentes que causan que el ejercicio físico fortalezca la conectividad funcional bilateral de la red frontoparietal y el refinamiento de la “dosis” óptima (intensidad/duración) de la actividad semanal necesaria para evitar el declive cognitivo relacionado con la edad.
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A version of this article originally appeared in English.