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Verificado por Psychology Today

Productividad

Cómo encontrar tiempo para escribir

Lo que hacemos antes de escribir es tan crucial como lo que hacemos después.

Los puntos clave

  • La buena escritura es una tarea multifacética, implica dominar varias habilidades: gramática, estilo y edición
  • Sin embargo, una faceta que a menudo se pasa por alto es la determinación del momento óptimo para escribir.
  • Hace falta introspección para identificar sus períodos de escritura más productivos y reveladores.
  • La lectura y las experiencias personales son dos buenos factores para inspirar una escritura eficaz.

He estado escribiendo en inglés como segundo idioma desde 2016, es decir, durante los últimos siete años. Cuando comencé, tenía muy pocos conocimientos del idioma inglés. En consecuencia, experimenté numerosos comienzos en falso. Me embarqué en un viaje de experimentación, tanto escribiendo como publicando, principalmente mediante prueba y error. Fue aprendiendo de mis errores que descubrí multitud de conocimientos sobre el arte de escribir.

Escribir es una tarea compleja, y cuando digo compleja, quiero decir que lograr la excelencia en la escritura implica dominar una multitud de habilidades, todas las cuales deben ejecutarse simultáneamente. Si bien una comprensión firme de las reglas gramaticales arcanas y contemporáneas es beneficiosa, por sí sola no es adecuada para producir una escritura excepcional.

Asimismo, tener un mentor en redacción, a pesar de sus posibles desafíos y costos, no es una panacea para lograr la excelencia en redacción. Aunque escribir de forma regular y prolífica ciertamente puede establecerte como escritor, no ofrece ninguna garantía de convertirte en un buen escritor. Además, consumir literatura de forma voraz e intensa ciertamente puede moldear sus aspiraciones literarias, pero, al igual que la gramática, es un componente necesario pero insuficiente de una escritura superior.

La importancia del tiempo

Reconociendo que la escritura es una tarea multifacética que exige el dominio simultáneo de varias habilidades, y habiendo profundizado en la extensa literatura sobre composición en inglés, que frecuentemente enfatiza aspectos como la gramática, la puntuación y el estilo, he llegado a la conclusión de que una de las facetas más frecuentemente pasadas por alto de una escritura eficaz tiene que ver con la cuestión del momento oportuno: ¿cuándo debemos escribir?

Dada la complejidad del proceso de escritura, existen numerosas actividades que lo preceden y muchas que siguen a su finalización. Los editores, incluidos tanto los editores de textos como los editores de desarrollo, suelen manejar las tareas posteriores a la redacción con mucho cuidado. Sin embargo, no existe un término similar para quienes ayudan en los preparativos previos al acto de escribir, aunque ocasionalmente se les llama mentores o coaches.

En consecuencia, es fundamental que los escritores estén en sintonía con sus ritmos personales de escritura, ya que cada escritor posee un ritmo único. Algunos escritores se sienten más productivos durante la noche, mientras que otros se inspiran por la mañana y otros experimentan estallidos de motivación en varios momentos intermedios. Comprender qué categoría se alinea con sus propias tendencias puede mejorar su arte de escribir.

Es importante reiterar que nadie nace escritor hábil. La escritura es inherentemente una habilidad que se aprende. Como ocurre con muchas habilidades humanas, algunos alumnos pueden sobresalir más que otros en este ámbito.

Por lo tanto, creo que es prudente que todo escritor realice un trabajo introspectivo para discernir su propio ritmo de escritura: el momento en el que es más productivo, perspicaz y prolífico. Algunos escritores establecen una rígida rutina de escritura diaria y se comprometen firmemente a escribir todos los días. Otros adoptan un enfoque más flexible, permitiendo que sus impulsos creativos idiosincrásicos guíen su agenda de escritura. Muchos escritores se encuentran en algún punto intermedio entre estos dos extremos. Independientemente de dónde encajes tú personalmente en este espectro, realizar este análisis introspectivo es un paso esencial para perfeccionar tu oficio como escritor.

En mi propia experiencia, he observado que mi escritura es mejor cuando realizo dos prácticas específicas.

Primero, tiendo a escribir mis escritos más inspirados después de sumergirme en un período prolongado de lectura. Por ejemplo, hubo un momento en que leí el libro Toma el mando: encuentra tu fuerza interior, construye relaciones duraderas y vive la vida que deseas. Este libro captó toda mi atención y lo leí de principio a fin en una sola sesión. Después de esta experiencia de lectura inmersiva, me sentí obligado a redactar una carta para uno de los autores, Joe Hart, expresando mi agradecimiento e iniciando una conversación con él.

Hart, quien actualmente se desempeña como director ejecutivo de Dale Carnegie and Associates y que, comprensiblemente, es un profesional ocupado, se sintió conmovido por mi carta. Se tomó el tiempo para responder e incluso aceptó reunirse conmigo virtualmente. Durante nuestra reunión, mencionó que recibe numerosas solicitudes de personas que buscan conectarse con él, la mayoría de las cuales normalmente ignora debido a su naturaleza genérica. Sin embargo, mi carta le llamó la atención.

En retrospectiva, creo que mi carta resonó en él porque reflejaba el espíritu de su libro, en el que yo me había sumergido antes de redactar la carta. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que la actividad más eficaz que realicé antes de escribirle la carta a Joe fue leer su libro y sumergirme en su mundo de palabras, preparándome así para invitarlo a mi mundo de palabras.

Es más, encuentro que a menudo escribo con eficacia cuando he tenido una experiencia conmovedora, lo que sirve como catalizador para la introspección sobre mis emociones. Este concepto se relaciona con la psicología. Basándome en mi experiencia como estudiante de psicología en la Universidad de Miami, reconozco que me inclino más hacia la introversión que hacia la extroversión. En consecuencia, cuando me encuentro con una experiencia significativa, tiendo a procesarla internamente en lugar de verbalmente.

La escritura sirve como un medio a través del cual no sólo puedo expresarme sino también profundizar en las profundidades de mis emociones. Cuando mi mente se ve inundada por una multitud de emociones, a menudo encuentra liberación mediante el acto de escribir, transformando mis pensamientos y sentimientos en palabras.

Esto me lleva a la intrigante intersección entre experiencia y teoría. Actualmente estoy cursando mi doctorado en la Universidad de Minnesota, así que, aunque trato de aprovechar mis experiencias para escribir de manera efectiva, mis estudios también me ubican firmemente en el ámbito de la teoría. La interacción entre teoría y experiencia puede compararse con el clásico dilema del huevo y la gallina.

En mi enfoque personal, tiendo a priorizar la experiencia sobre la teoría, inspirándome en las sabias palabras de Albert Einstein: “En teoría, la teoría y la práctica son lo mismo. En la práctica, no lo son”. Cuando me enfrento a una contradicción entre teoría y práctica, casi siempre doy prioridad a la experiencia práctica.

En conclusión, sin importar si apenas empiezas a embarcarte en el viaje de aprender el oficio de escribir o ya tienes experiencia y buscas mejorar tu productividad en la escritura, sostengo que es prudente prestar atención a tu ritmo personal de escritura, o al tiempo y las circunstancias que te permitirá escribir con mayor eficacia. Este aspecto de tu proceso de escritura es tan crucial como dominar otras habilidades de escritura como la gramática, el estilo, la puntuación y la edición.

Especialmente para los escritores experimentados, comprender y optimizar su tiempo de escritura puede ser la pieza que falta en el intrincado rompecabezas del arte y el oficio de escribir, o incluso publicar.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Abdulrahman Bindamnan

Abdulrahman Bindamnan es un estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Minnesota y académico de ICGC en el Interdisciplinary Center for ‎Global Change.

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