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Verificado por Psychology Today

Pornografía

4 Formas en las que el porno causa problemas

Una investigación sobre satisfacción sexual, soledad y estabilidad en relaciones

"El miedo es el gran enemigo de la intimidad. El miedo nos hace huir el uno del otro o aferrarnos el uno al otro, pero no crea una verdadera intimidad." Henri Nouwen

El impacto de la pornografía en las relaciones, la salud individual y la sociedad está en el ojo público más que nunca. El uso de la pornografía es generalizado, y a menudo problemático, y se ha demostrado que generalmente tiene un impacto negativo en las parejas y las relaciones de género, lo que lleva a hombres y mujeres a devaluarse mutuamente. Si bien puede haber excepciones en las que la pornografía representa una actividad sexual saludable y relaciones de género respetuosas, la regla es que la pornografía está dominada por el sexismo hostil, la violencia frecuente, la deshumanización en general y la objetivación. Debido a la manera en la que el sexo afecta el cerebro, la pornografía provoca esencialmente un cortocircuito en otros sistemas, volviéndose no solo adictivo, sino que también socava el apego seguro, la relación mutua y la intimidad. Al igual que con otros comportamientos similares, el consumo de la pornografía también puede ser estigmatizado, y ser objeto de juicios y críticas, en lugar de provocar curiosidad desde un punto de vista potencialmente más constructivo y sin prejuicios.

El porno a la alza

A medida que la pornografía evoluciona, se vuelve más fuerte, impulsada por el fácil acceso a Internet y la tecnología avanzada, aunque los tradicionales videos pregrabados siguen siendo la forma de pornografía más comúnmente utilizada. Cuando la realidad virtual y aumentada realmente despunten, la pornografía podría convertirse en un genio aún más poderoso, casi imposible de regresar a la botella. Al igual que sucede con tantas tecnologías, a pesar de la creciente investigación y conciencia, hay muy poca previsión para evitar daños futuros.

Especialmente para las generaciones más jóvenes, los llamados "nativos digitales", el riesgo presentado por la pornografía no controlada crece cada vez más. Si bien es posible imaginar que la realidad virtual y la realidad aumentada se utilizan para mejorar la intimidad y la sexualidad, la pornografía parece estar principalmente alejándonos cada vez más los unos de los otros. El sexo todavía está en el closet en gran medida, y la educación sexual es limitada. Las instituciones educativas y las familias a menudo pasan por alto el sexo, lo cual es un problema mayor hoy en día, ya que los niños a menudo tienen acceso gratuito y sin supervisión a Internet, y esto incluye que pueden encontrar rarezas de pornografía cada vez más temprano en el desarrollo psicosexual. Corresponde a los padres prestar atención a lo que los niños están haciendo, y ahora es más importante y más difícil que nunca.

Stokkete/Shutterstock
Fuente: Stokkete/Shutterstock

La pornografía es consumida por la mayoría de hombres y mujeres, aunque los hombres son los consumidores más frecuentes. Mientras que la pornografía es aceptada por algunas parejas y en algunas culturas más que otras, en general, su consumo dentro del contexto de una relación comprometida y a largo plazo se interpreta como una forma de infidelidad. El consumo más consistente de la pornografía generalmente se ve como un signo de insatisfacción sexual y en la relación, una forma de infidelidad para empezar, ya que las personas se alejan entre sí y aumentan las posibilidades de romper la relación mediante el consumo de la pornografía. Para algunas parejas, la pornografía puede estabilizar una vida sexual insatisfactoria, pero la investigación y la experiencia clínica sugieren que la pornografía, al menos en su forma actual, generalmente no es buena para las personas o las relaciones debido a cómo tiende a interferir con la intimidad y establecer expectativas con respecto a la sexualidad.

Nueva investigación

Cuatro estudios recientes proporcionan información útil sobre cómo la pornografía afecta las relaciones e investigan el papel de la pornografía en la satisfacción sexual, la soledad y el divorcio.

1. Satisfacción sexual

Examinando el efecto de la pornografía en la satisfacción sexual, Wright, Bridges, Sun, Ezzell y Johnson (2018) en Visualización de pornografía y la satisfacción sexual: un análisis cuadrático analizan una muestra de 1,500 adultos jóvenes para desarrollar una comprensión más refinada de cómo la "dosis" de consumo de pornografía se correlaciona con la satisfacción sexual. En general, encontraron que una visualización más frecuente de pornografíase asoció con una menor satisfacción sexual. Las herramientas estadísticas han tenido hallazgos interesantes para derivar una comprensión más granular de cómo la frecuencia de consumo se relaciona con la satisfacción sexual. Encontraron que las diferencias individuales se asociaron con diferencias en el impacto negativo del consumo de la pornografía. Esta investigación mostró que para ciertos factores que incluían el género masculino, estar en una relación comprometida y ser más religioso, la satisfacción sexual comenzó a disminuir con el consumo de pornografía varias veces al año. Para factores que incluían al género femenino, no estar en una relación y ser personas menos religiosas, la disminución de la satisfacción sexual comenzó a aparecer con el consumo de pornografía una vez al mes. En particular, bajo ninguna circunstancia el uso de pornografía se asoció con una mayor satisfacción sexual. Estos hallazgos, aunque correlacionales, sugieren que incluso el consumo infrecuente de pornografía tiene efectos negativos en la satisfacción sexual.

2. Porno Popular

¿Por qué la satisfacción sexual podría disminuir con el aumento del uso de pornografía? En Consumiendo Éxtasis: Representaciones del orgasmo masculino y femenino en la pornografía Séguin, Rodrige, y Lavigne (2018) revisaron los 50 videos más populares de Pornhub, un sitio popular con videos gratis y de paga, que se estima tiene más de 23 millones de visitas y 92 millones de videos visualizados solo en 2017. Los investigadores analizaron los videos de actos sexuales específicos, centrándose en cómo se representaron los orgasmos, y si se llegó a ellos. Dentro de los 50 videos más vistos, encontraron que 45 de ellos mostraban parejas heterosexuales, y los cinco restantes mostraron variaciones de grupo de sexo. La distribución de los actores era de 60 mujeres y 50 hombres. Solo el 18 por ciento de las mujeres fueron mostradas teniendo orgasmos, en contraste con el 78 por ciento de los hombres. (Los investigadores señalan que el orgasmo estaba implícito para la mayoría de los hombres, sin embargo, los videos sin orgasmos masculinos se editaron para excluir las escenas del clímax para alentar a los espectadores a acceder al contenido de pago.)

Para las mujeres, el orgasmo fue inducido por el coito vaginal el 45 por ciento de las veces, por coito anal el 35 por ciento de las veces, y por otros medios con menos frecuencia. Estos hallazgos sugieren varias razones por las cuales la pornografía puede resultar en una disminución de la satisfacción sexual. En primer lugar, las mujeres suelen experimentar más orgasmos a través de medios distintos o adicionales a las relaciones vaginales con penetración. Igualmente importante, la pornografía sugiere que las mujeres rara vez experimentan orgasmos, como lo representa el 18 por ciento de actrices femeninas experimentando orgasmos en los videos más populares. Si la pornografía se toma como un "manual" para el sexo, hace un mal trabajo, por decir lo menos. Cuando se trata de instruir a los espectadores sobre el placer sexual, la pornografía generalmente es inexacta y probablemente conduzca a tener sexo de baja calidad y al orgasmo infrecuente, especialmente para las parejas femeninas, tanto como el sexo unidimensional, probablemente insatisfactorio para los hombres.

3. Soledad

El uso de la pornografía engendra soledad y la soledad engendra el uso de la pornografía. En Pornografía Uso y Soledad: Un modelo bidireccional recursivo y una investigación piloto, Pereyra, Drap, y Skinner (2018) encuestaron a 1,247 participantes de países angloparlantes para desarrollar un modelo estadístico sofisticado de cómo varios factores estaban relacionados con la soledad y el consumo de pornografía. En general, encontraron que el consumo de pornografía se asoció significativamente con la soledad. Además, la soledad se asoció significativamente con el consumo de pornografía, lo que sugiere una relación bidireccional. De hecho, por cada "unidad" de consumo de pornografía, la soledad aumentó significativamente en un factor de 0.20. Por cada unidad de soledad, el consumo de pornografía aumentó en un factor de 0.16. Además, como se muestra en investigaciones previas, el consumo de pornografía fue mayor entre los hombres y fue menor entre las personas casadas. Una mayor religiosidad redujo el consumo de pornografía, y el nivel educativo más alto se asoció con una soledad reducida. Los autores discuten que el consumo de pornografía está asociado con la angustia en una relación, el apego interrumpido y la tensión en la unión de pares. El daño a las relaciones se debe al "guión sexual de la pornografía, que consiste en erotismo,

objetivación, promiscuidad y misoginia [que] está en su cara antitética para asegurar el apego ... conceptualmente vinculado a la soledad", una perspectiva respaldada por el análisis de la representación de la sexualidad en los videos de Pornhub.

Butler y sus colegas continúan describiendo la adicción a la pornografía como algo que surge de esfuerzos inadaptados para utilizar la pornografía como alivio de la soledad y otros sentimientos negativos. Desde este punto de vista, el consumo de pornografía es un proceso de dos fases de excitación y euforia durante la estimulación sexual, seguido del alivio y comodidad después de la finalización. La pornografía proporciona un alivio temporal, pero en última instancia induce mayores sentimientos de soledad y aislamiento, interrumpiendo el comportamiento de apego normal, lo que conduce a una mayor dificultad para formar relaciones estables y satisfactorias, y aumentando aún más la probabilidad de usar la pornografía como un sustituto de la intimidad con otros.

4. Divorcio

Finalmente, En ¿Hasta que el porno nos separe? Un examen longitudinal del uso de la pornografía y el divorcio, Perry y Schleifer (2018) realizaron un estudio longitudinal de individuos casados que abarca desde 2006 hasta 2014. Encuestando a 2,120 adultos casados, encontraron que, en general, la posibilidad de divorcio se duplicó tanto para hombres como para mujeres que comenzaron a consumir pornografía después de casarse. En toda la muestra, la tasa de divorcio fue del 6 por ciento para los usuarios que no consumían porno y del 11 por ciento para quienes consumían pornografía. Las tasas de divorcio con consumo de pornografía fueron más altas para las mujeres que comenzaron a consumir pornografía, casi triplicándose del 6 al 16 por ciento, mientras que para los hombres, el consumo de pornografía se asoció con un aumento del 5 al 10 por ciento en las tasas de divorcio. Detener el consumo de pornografía se asoció con un menor riesgo de divorcio solo para las mujeres. Para las mujeres que dejaron de consumir pornografía, la tasa de divorcio fue del 6 por ciento, en comparación con el 18 por ciento para las mujeres que continuaron informando el consumo de pornografía durante la duración del estudio.

Finalmente, los investigadores encontraron que la asociación entre el consumo de pornografía y el divorcio era mucho mayor entre las personas más jóvenes. La mitad de los veinteañeros que comenzaron a consumir pornografía después del matrimonio se divorciaron (versus el 6 por ciento que no consumieron pornografía), en el caso de los treintañeros el porcentaje fue de 28 por ciento y para personas en sus cuarenta fue del 12 por ciento. A los 50, el consumo inicial de pornografía no afectó significativamente la tasa de divorcio. Para aquellos que asistían a los servicios religiosos al menos una vez por semana, el consumo de pornografía no afectó la tasa de divorcio. Para aquellos que informaron sentirse más felices con la idea de casarse, el consumo inicial de la pornografía se asoció con mayores tasas de divorcio: con un porcentaje de 12 por ciento versus un porcentaje de 3 por ciento para aquellos que no comenzaron a consumir pornografía.

Si bien este estudio es correlacional y no prueba que comenzar a consumir pornografía haga que los matrimonios se rompan, sugiere que el consumo de pornografía es al menos un indicador de problemas maritales. Si tomamos este estudio junto con investigaciones previas, sugiere que comenzar el consumo de pornografía tiene al menos algún impacto directo y negativo en la estabilidad matrimonial y que controlar el consumo de pornografía puede, para algunas parejas (y especialmente cuando las mujeres comienzan a consumir pornografía), ser una intervención importante para prevenir el divorcio y mejorar la satisfacción de la relación. Los autores sugieren que especialmente para las mujeres, que consumen menos pornografía que los hombres en general, comenzar a consumir pornografía puede ser un indicador de insatisfacción matrimonial, infidelidad o ambas cosas. La investigación futura analizará las relaciones causales entre el consumo de la pornografía y la estabilidad de la relación, incluidos factores como qué tipo de pornografía se consume, el efecto diferencial por género, las parejas heterosexuales y homosexuales, la frecuencia con la que se consume pornografía, cómo se usa y se percibe por la pareja (por ejemplo, como una infidelidad versus algo para mejorar el placer sexual) y otros factores relacionados.

Alimento para el pensamiento

En la cultura estadounidense por ejemplo, siempre hay una tensión entre la libertad individual y la restricción social, un equilibrio difícil de atacar, y en este momento las cosas están especialmente agitadas. Las redes sociales y la tecnología de la información catalizan un cambio rápido y no regulado. Estamos en territorio desconocido, viviendo en un experimento en gran medida incontrolado, que hemos creado mediante la creación de tecnología que se mueve más rápido de lo que nuestras mentes pueden hacerlo. La pornografía es solo un área en la que estamos tratando de ponernos al día con nosotros mismos. La pornografía puede tener un papel en una vida sexual saludable, pero se asocia con muchos problemas.

La sexualidad y la intimidad son más importantes que nunca y, en todo caso, a pesar de comprender mejor la psicología y la biología de la sexualidad y el apego, son más problemáticas que nunca. Si bien algunas personas abogan por la pornografía y pueden usarla de manera saludable, la evidencia creciente es que, al menos en su forma actua, probablemente haga más daño y esté dirigiéndose en la dirección equivocada. Si bien pueden pasar muchos años, y si llegamos a ello, antes de que la sociedad en su conjunto aborde los problemas sin restricciones con la pornografía,- incluso si la adicción a la pornografía se convierte en una categoría de diagnóstico-, los padres y las instituciones educativas deben prestar mucha atención a lo que está sucediendo, y tomar las medidas apropiadas para prevenir las consecuencias de desarrollo negativas por el consumo de pornografía, tal y como sugiere un cuerpo cada vez más amplio de investigaciones, que dice que el acceso sin restricciones a la pornografía ya está impactando negativamente en las creencias y conductas de hombres y mujeres jóvenes, y en las relaciones de género.

Las parejas interesadas en la estabilidad a largo plazo y la cercanía harían bien en hablar regularmente y constructivamente acerca de su relación, discutiendo a detalle los problemas sexuales y no sexuales en la relación. Debido a que las personas tienden a evitar hablar sobre creencias, actividades y fantasías sexuales, es especialmente importante considerar el papel de la pornografía junto con otros factores de relación. Las personas que consumen pornografía con frecuencia, especialmente aquellas que se sienten solas y tienen dificultades cuando quieren acercarse a los demás, deben considerar fuertemente el impacto que la pornografía puede tener no solo en sus relaciones, sino también en su propia capacidad de vinculación y función sexual normal. Aquellos que consumen pornografía de manera excesiva o problemática pueden considerar buscar ayuda si no pueden controlar el uso por sí mismos, y las parejas y las personas que eligen consumir usar pornografía deberían considerarlo cuidadosamente.

En el directorio de Psychology Today puedes encontrar psicólogos si piensas que el consumo de pornografía está resultando problemático.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Grant Hilary Brenner MD, DFAPA

Med. Grant Hilary Brenner, psiquiatra y psicoanalista, ayuda a adultos con sus problemas de estados de ánimo y ansiedad, y trabaja en muchos niveles para ayudarlos a liberar todas sus capacidades y vivir y amar bien.

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