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Verificado por Psychology Today

Ansiedad

3 Consejos para volverte más paciente

La paciencia es un valor más fácil de predicar que de practicar.

Los puntos clave

  • Nuestra capacidad de practicar la paciencia aumenta con nuestro deseo de obtener la recompensa.
  • El optimismo poco realista, aunque motivador, puede generar expectativas irracionales o inalcanzables.
  • El hábito de pausar, reflexionar e introspeccionar puede ayudar a aumentar la paciencia durante situaciones estresantes.
Fuente: William Farlow/Unsplash
Fuente: William Farlow/Unsplash

Muchas personas acuden a terapia quejándose de que la espera les resulta demasiado difícil. Pueden decir cosas como estas:

  • “Sé que solo tengo que esperar a que él llame como dice que lo hará, pero igual termino llamándolo primero”.
  • “Si hubiera podido aguantar un poco más, ese ascenso hubiera sido mío”.
  • “No entiendo por qué tomaría tanto tiempo; es demasiado frustrante”.

Si bien intelectualmente podemos ser conscientes de que las cosas buenas se desarrollan con el tiempo, en la práctica, a menudo se nos dificulta detenernos y dejar que las cosas caigan en su lugar. La ira, la irritación y la frustración son un trío de emociones negativas que contribuyen al círculo vicioso de la desesperanza y el aumento de la impaciencia.

Aquí hay tres cosas para practicar si luchas por mantenerte en el lado correcto del tiempo.

1. Acepta la incertidumbre

Una verdad difícil de aprender para muchos es estar de acuerdo con ceder el control y aceptar las experiencias a medida que se presenten. La ausencia de previsibilidad puede llenarte de ansiedad y miedo a las oportunidades perdidas.

Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology sugiere que aunque practicar la paciencia puede ser una tarea insoportable, especialmente frente a puntos finales inciertos, todos somos mejores de lo que pensamos. Además, nuestra capacidad para practicar la paciencia aumenta al mismo ritmo que nuestro deseo de obtener la recompensa. En otras palabras, esperar por algo que realmente nos importa es más fácil que esperar por algo que solo nos importa a medias.

Por supuesto, la vida está llena de obstáculos y sorpresas para las que uno no siempre puede estar preparado. Algunas cosas que pueden ayudarlo a manejar su preocupación provocada por eventos inesperados son las siguientes:

  • Centrarte en lo que puedes controlar e influir en lugar de lo que no: cuando tomar el control de una situación puede no ser una opción, puedes optar por dar un paso atrás y reflexionar sobre tu elección de respuestas.
  • Mantener una perspectiva positiva sobre lo que la situación puede traer consigo: los cambios de última hora pueden traer incomodidad. Pero, con una visión a más largo plazo, uno puede aprender a encontrar el lado positivo.
  • Dejar ir las emociones difíciles que te impiden avanzar: aferrarte a la ansiedad, la inquietud y el miedo alimenta un ciclo negativo. En cambio, acepta la dificultad de la incertidumbre y aprende a fluir con ella para emerger más fuerte del otro lado.

2. Ten expectativas realistas.

La impaciencia surge cuando las cosas van en contra de nuestros planes “perfectos”. Esto se puede ver en tres contextos de la vida:

  • Cómo esperamos que el medio ambiente se ajuste a nuestras necesidades
  • La forma en que esperamos que la gente nos trate en espacios personales o profesionales
  • Expectativas que nos fijamos

La investigación publicada en el Journal of Personality and Social Psychology encontró que las personas son más optimistas sobre su futuro de lo que sugieren las estadísticas. Este optimismo poco realista, aunque motivador, puede generar expectativas irracionales o inalcanzables.

Manejar las expectativas ayuda a desarrollar la paciencia. Así es como puedes hacerlo por ti mismo:

  • consciente al establecer metas y plazos.
  • Comunica tus necesidades y límites para asegurarte de estar en sintonía con los demás y ayudarlos a establecer expectativas realistas para ti.
  • Mantén la apertura a adaptarte si es necesario y cuando sea necesario. Tener planes alternativos puede ayudarte a adaptarte a situaciones cambiantes.

3. Trabaja en tu estilo de apego

Parte del origen de la capacidad de esperar sin inquietudes ni prisas tiene sus raíces en el desarrollo de un estilo de apego seguro, afirma un artículo publicado en The Psychoanalytic Review. Una persona insegura y ansiosa tiende a buscar constantemente la tranquilidad de los demás.

Buscar la validación externa crea una dependencia de fuentes externas, lo que reduce la capacidad de uno mismo para calmarse y tranquilizarse. Algunas estrategias para ayudar a transformar la inseguridad en seguridad son las siguientes:

  • Sé consciente de tus pensamientos y respuestas corporales a la incomodidad. Tranquilízate enfocándote en algo placentero o deseable.
  • Practica la autocompasión y abstente de juzgar tu falta de paciencia en ocasiones.
  • Teb curiosidad acerca de tus propias respuestas y pregúntate: ”¿Estoy empeorando las cosas?” y “¿qué puedo hacer para que sea mejor para mí y para los demás?”

Crear el hábito de hacer una pausa, reflexionar e introspeccionar con un esfuerzo consciente puede ayudar a aumentar la paciencia durante situaciones estresantes.

Conclusión

Los resultados saludables son producto de retrasar la gratificación. Trabajar con un profesional de la salud mental que se especialice en el trabajo relacional y de autorreflexión puede ayudarte a conectar contigo y encontrar la paz interior en momentos de gran impaciencia y/o incertidumbre.

Para encontrar a un profesional de la salud mental cerca de ti, consulta el directorio de Psychology Today

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Mark Travers Ph.D.

El Dr. Mark Travers, es un psicólogo estadounidense con títulos de la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado Boulder.

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