Heurística
La heurística es un atajo mental que permite a un individuo tomar una decisión, juzgar o resolver un problema rápidamente y con un mínimo esfuerzo mental. Si bien las heurísticas pueden reducir la carga de la toma de decisiones y liberar recursos cognitivos limitados, también pueden ser costosas cuando llevan a las personas a perder información crítica o a actuar sobre sesgos injustos.
A medida que los humanos se mueven en el mundo, deben procesar grandes cantidades de información y tomar muchas decisiones con cantidades limitadas de tiempo. Cuando falta información o es necesaria una decisión inmediata, las heurísticas actúan como "reglas generales" que guían el comportamiento por el camino más eficiente.
Las heurísticas no son exclusivas de los humanos; los animales usan heurísticas que, aunque son menos complejas, también sirven para simplificar la toma de decisiones y reducir la carga cognitiva.
En general, sí. Navegar por la vida cotidiana requiere que todos tomen innumerables pequeñas decisiones dentro de un plazo limitado. La heurística puede ayudar a las personas a ahorrar tiempo y energía mental, liberando recursos cognitivos para esfuerzos de planificación y resolución de problemas más complejos.
El cerebro humano y todos sus procesos, incluida la heurística, se desarrollaron durante millones de años de evolución. Dado que los atajos mentales ahorran energía cognitiva y tiempo, probablemente proporcionaron una ventaja a quienes confiaron en ellos.
Las heurísticas que fueron útiles para los primeros humanos pueden no ser universalmente beneficiosas hoy en día. La heurística de familiaridad, por ejemplo, en la que se prefiere lo familiar sobre lo desconocido, podría dirigir a los primeros humanos hacia alimentos o personas que eran seguras, pero puede desencadenar ansiedad o sesgos injustos en los tiempos modernos.
El estudio de la heurística fue desarrollado por los renombrados psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky. A partir de la década de 1970, Kahneman y Tversky identificaron varios tipos diferentes de heurísticas, sobre todo la heurística de disponibilidad y la heurística de anclaje.
Desde entonces, los investigadores han continuado su trabajo e identificado muchos tipos diferentes de heurística, incluyendo:
- Heurística de Familiaridad
- Error Fundamental de Atribución
- Heurística de Representatividad
- Heurística de Satisfacción
La heurística de anclaje o sesgo de anclaje, ocurre cuando alguien confía más en la primera información obtenida al hacer una elección, incluso si no es la más relevante. En tales casos, es probable que el anclaje conduzca a que las personas se equivoquen.
La heurística de disponibilidad describe el atajo mental en el que alguien estima si es probable que ocurra algo en función de la facilidad con que vienen a la mente los ejemplos. La gente tiende a sobreestimar la probabilidad de accidentes aéreos, homicidios y ataques de tiburones, por ejemplo, porque los ejemplos de tales eventos se recuerdan fácilmente.
Las personas que hacen uso de la heurística de representatividad categorizan los objetos (u otras personas) en función de lo similares que son a entidades conocidas, asumiendo que alguien descrito como "tranquilo" es más probable que sea un bibliotecario que un político, por ejemplo.
La heurística de satisfacción es una estrategia de toma de decisiones en la que se selecciona la primera opción que satisface ciertos criterios, incluso si pueden existir otras mejores opciones.
Las heurísticas, aunque son útiles, son imperfectas; si se confía demasiado en ellas, pueden dar lugar a juicios incorrectos o sesgos cognitivos. Algunas son más propensas a guiar mal a las personas que otras.
Asumir, por ejemplo, que los secuestros de niños son comunes porque se informa con frecuencia de ellos en las noticias, un ejemplo de heurística de la disponibilidad, puede desencadenar miedo innecesario o prácticas de crianza sobreprotectoras. Comprender las heurísticas comúnmente inútiles e identificar situaciones en las que podrían afectar el comportamiento puede ayudar a las personas a evitar tales trampas mentales.
A veces llamado efecto de atribución o sesgo de correspondencia, el término describe una tendencia a atribuir el comportamiento de los demás principalmente a factores internos, como la personalidad o el carácter, al tiempo que atribuye el propio comportamiento más a factores externos o situacionales.
Si una persona pisa el pie de otra en un ascensor lleno de gente, la víctima puede atribuirlo al descuido. Si, por otro lado, ellos mismos pisan el pie de otro, es más probable que atribuyan el error a haber sido empujados por otra persona.
Escucha tu instinto, pero no confíes en él. Piensa metódicamente en los principales problemas, haciendo una lista de pros y contras, por ejemplo, o consultando con personas de tu confianza. Haz tiempo extra para pensar en tareas donde las decisiones instantáneas podrían causar problemas significativos, como tomar un vuelo importante.