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Verificado por Psychology Today

Relaciones

¿Tu pareja tiene demasiado poder sobre ti?

Cuando todo se enfoca solo en las necesidades de una persona.

Los puntos clave

  • Las relaciones saludables implican igualdad y respeto mutuo.
  • Cuando alguien tiene poder desproporcionado, sus metas y deseos pueden tener prioridad sobre los de su pareja.
  • Esto puede llevar al autosilenciamiento, la disculpa excesiva, la objetivación y las emociones negativas. 
Liza Summer/Pexels
Source: Liza Summer/Pexels

Una relación romántica no debería ser una lucha de poder. Si bien puede no ser realista sentirse perfectamente iguales todo el tiempo, las personas en relaciones saludables al menos se esfuerzan por alcanzar este objetivo. En lugar de tratar de maximizar su propio poder a expensas de su pareja, quieren que el otro se sienta empoderado para tomar decisiones.

Sin embargo, no todas las relaciones siguen este patrón. A veces, el equilibrio de poder está muy desequilibrado, con las necesidades y los objetivos de una persona como prioridad. La pareja poderosa puede beneficiarse de esta dinámica, pero el compañero impotente es más propenso a sufrir.

La investigación ha identificado una variedad de experiencias negativas asociadas con estar en un rol de menor poder, cinco de las cuales se describen aquí. Si te relacionas con estos, podría ser una señal de que hay un desequilibrio en tu relación que vale la pena examinar.

1. No sientes que puedes ser tú mismo con tu pareja

Las personas poderosas pueden sentirse más libres para expresarse, mientras que aquellos que carecen de poder pueden sentir presión para adaptar su comportamiento a las necesidades de los demás.

Un estudio encontró que las parejas románticas con menos poder (de acuerdo con declaraciones como, "Incluso si los expreso, mis puntos de vista tienen poca influencia") tenían más probabilidades de ocultar pensamientos y sentimientos negativos durante las interacciones diarias con sus parejas, mientras que era poco probable que sus parejas sintieran esta restricción.

Otro estudio encontró que incluso solo pensar en un momento en que alguien más tenía control o influencia sobre ellos hizo que la gente sintiera que era más difícil ser ellos mismos y compartir sus verdaderos sentimientos.

2. Siempre eres el que se disculpa

El poder puede reducir la motivación de las personas para disculparse por sus transgresiones. En una serie de estudios, las personas de mayor poder tenían más probabilidades de hacer "no disculpas," por ejemplo, minimizar la ofensa, poner excusas y culpar a la otra persona.

Aquellos en posiciones de bajo poder eran más propensos a pedir disculpas genuinas que implicaban asumir la responsabilidad, expresar remordimiento y hacer las paces, tal vez incluso cuando no eran los culpables.

De acuerdo con este patrón, la investigación sugiere que, en algunos casos, el poder puede hacer que las personas tengan menos probabilidades de sentir compasión por el sufrimiento de los demás.

3. Pueden burlarse de ti, pero tú no puedes burlarte de ellos

Una tercera bandera roja son las burlas asimétricas. Las burlas pueden ser divertidas e inofensivas, pero también pueden usarse para humillar o menospreciar. Los estudios han encontrado que las personas con mayor poder tienden a burlarse de los demás con más frecuencia y de maneras más directas y hostiles.

Aquellos con menor poder, por el contrario, son menos propensos a burlarse en primer lugar, y cuando lo hacen, es más probable que se entreguen de una manera amable y educada, presumiblemente porque temen una reacción negativa de la persona de mayor poder.

4. Te tratan como a un objeto

La investigación sugiere que las personas poderosas tienen más probabilidades de objetivar a los demás, evaluarlos en términos de su utilidad (es decir, cómo sirven a los intereses de la persona poderosa) y prestar menos atención a la humanidad de la otra persona.

Un conjunto de experimentos descubrió que esta objetivación puede ser literal: cuando los participantes heterosexuales estaban en posiciones de poder, era más probable que percibieran imágenes de personas del sexo opuesto utilizando procesos cognitivos similares a los utilizados al percibir objetos físicos, como si estuvieran viendo una colección de partes en lugar de una persona.

Otras investigaciones han encontrado que el efecto deshumanizante de asociar personas con objetos puede aumentar el riesgo de explotación sexual.

5. No te sientes bien cuando estás cerca de ellos

El poder crea lo que los investigadores han llamado un entorno rico en recompensas, uno en el que las personas se sientan libres de perseguir sus objetivos y se sientan seguras de que les llegarán cosas buenas.

En cambio, la baja potencia puede crear un entorno rico en amenazas, donde las personas deben permanecer vigilantes para evitar resultados negativos o castigos y sentirse limitadas en lo que pueden hacer o decir cómodamente.

En pocas palabras, tener poder tiende a sentirse bien, mientras que carecer de poder no lo hace. En un estudio, cuando las parejas de novios discutían temas relacionados con su relación, las parejas con menos poder sentían más emociones negativas, incluyendo vergüenza e incomodidad, mientras que sus parejas de mayor poder tenían emociones más positivas, como orgullo, felicidad y diversión.

¿Hay una salida?

Los desequilibrios de poder pueden crear un círculo vicioso en el que las consecuencias negativas del desequilibrio solo sirven para reforzarlo: cuanto más consciente de sí misma e inhibida se sienta la persona de menor poder, más difícil será defenderse y más fácilmente la persona poderosa podrá salirse con la suya en el futuro.

A veces, un desequilibrio puede rectificarse, especialmente si tu pareja está dispuesta a trabajar en ello, pero otras veces, terminar la relación puede ser el mejor curso de acción. Esto es especialmente cierto si hay señales de abuso. La investigación ha encontrado que un desequilibrio de poder es un factor de riesgo para el desarrollo de la violencia de pareja, por lo que es importante identificar y abordar esta dinámica desde el principio.

Incluso si una relación desequilibrada de poder no implica abuso, aún puede causar daño. Obtener el apoyo de seres queridos y profesionales de la salud mental puede ser útil para recuperar un sentido de poder y reevaluar la relación.

Por ejemplo, si tu enfoque ha estado en lo que tu pareja quiere y si estás haciendo un trabajo lo suficientemente bueno dándoselo, intenta cambiar las tornas y pregúntate qué quieres en una pareja y una relación. ¿Tu pareja tiene cualidades que valoras? ¿Te sientes feliz y satisfecho pasando tiempo con ella?

Estas pueden parecer preguntas obvias, pero cuando toda tu energía se dirige a tratar de complacer a otra persona, es posible que olvides preguntarles. Si bien es loable valorar la felicidad de tu pareja, mereces a alguien que haga lo mismo por ti.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Juliana Breines Ph.D.

La Dra. Juliana Breines, es psicóloga social y de salud cuya investigación examina cómo la autocompasión se relaciona con la reactividad al estrés, el cambio de conducta y la imagen corporal.

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