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Verificado por Psychology Today

Sesgo

Mala autopercepción: ¿porqué malentendemos nuestros motivos?

La evidencia que usamos para formar impresiones puede ser inexacta y engañosa.

Los puntos clave

  • Malentendidos científicos y opiniones amplificadas en redes distorsionan las percepciones de la realidad.
  • A menudo aceptamos la tradición cultural como sustituto de la evidencia científica.
  • La deseabilidad social nubla el significado y la interpretación del comportamiento.
Sora Shimazaki/Pexels
Fuente: Sora Shimazaki/Pexels

Comprender el significado más profundo detrás de nuestros esfuerzos es crucial para alcanzar exitosamente nuestras metas. Después de todo, si no sabemos por qué hacemos algo, es posible que no dediquemos el esfuerzo necesario para lograr el resultado y que nos rindamos prematuramente cuando nos topemos con un obstáculo. Descubrir las razones detrás de nuestras acciones es complicado porque los motivos suelen ser inconscientes. Sin embargo, cuando determinamos con precisión nuestro propósito, podemos adaptar nuestras estrategias ante los obstáculos y reevaluar nuestras expectativas para evitar posibles reveses. En esta discusión, profundizaré en las influencias ocultas que dan forma a nuestro proceso de toma de decisiones y exploraré por qué estos factores son críticos para superar los desafíos de la vida cotidiana.

De la ciencia a la pseudociencia

Las expectativas personales están fuertemente influenciadas por los hallazgos científicos. Por ejemplo, digamos que quiere perder 20 libras antes del año nuevo. Contemplar una dieta probablemente signifique que pensamos en concepciones de salud (p. ej., “scuché que la dieta Keto realmente funciona”), recomendaciones de expertos (p. ej., “ mi médico le encanta la dieta Keto”), así como en normas culturales (p. ej., las personas delgadas obtienen mejores ofertas laborales según Agerström y Rooth, 2011.).

El enigma comienza cuando aceptamos lo que escuchamos y sentimos como correcto y creemos que nuestro punto de vista representa una verdad basada en evidencia, lo que a menudo es un concepto erróneo. En realidad, muchas de las perspectivas presentadas en los medios de comunicación no están verificadas o se basan en la interpretación de la ciencia por parte de no expertos, que resumen y diluyen los hallazgos científicos. El propósito científico del autor original puede no ser el mensaje que finalmente se escucha. La reinterpretación a menudo resulta en la difusión de pseudociencia. Además, existen otras razones por las que nuestras percepciones personales pueden distorsionarse.

El conocimiento científico evoluciona

Lo que está bien hoy puede ser incorrecto mañana. Las fuentes científicas, aunque generalmente confiables, tienden a ser inexactas. El conocimiento científico es dinámico; a medida que se desarrollan nuevos descubrimientos, las teorías previamente aceptadas pueden ser cuestionadas o revisadas. Además, el proceso de revisión por pares, si bien es esencial para mantener la integridad, no es infalible y es posible que no detecte todos los posibles errores o sesgos. Las fuentes de financiación también pueden influir, ya que los estudios financiados por determinadas entidades pueden introducir conflictos de intereses al hacer recomendaciones científicas (Krimsky, 2013). Los investigadores individuales pueden aportar sus propias perspectivas y sesgos a su trabajo, influyendo en la interpretación de los datos, incluida la falsificación flagrante (O'Grady, 2023). Además, pueden producirse informes incompletos o selectivos de los resultados, lo que da lugar a una representación sesgada de los fenómenos científicos generales que se investigan.

La amplificación cultural y de las redes sociales promueve malas interpretaciones

La gente suele aceptar prácticas culturalmente aceptadas como verdad debido a la poderosa influencia de la tradición y la conformidad social. Los individuos dentro de una cultura a menudo muestran comportamientos sin cuestionar su validez porque, cuando actuamos de cierta manera, nos sentimos más cerca de otros que tienen creencias y comportamientos similares. Tomemos, por ejemplo, a dos hijas que durante años observaron a su madre cortar los extremos de su pavo de Acción de Gracias y tirar los recortes a la basura antes de cocinarlos. Años más tarde, cuando cocinaban sus propios pavos, también les cortaban las puntas y los tiraban a la basura. Un año, la madre le preguntó a la hija mayor por qué hacía esto. La hija dijo: “Era lo que siempre hacías, así que pensé que yo también debería hacerlo”. La madre se rió y respondió: “Solo le cortaba las puntas al pavo porque no cabía todo el ave en nuestro pequeño horno” (Hoffman, 2015).

¿Por qué persisten las prácticas sin significado?

El bienestar psicológico derivado de la conformidad con las normas establecidas puede llevar a los individuos a aceptar estas prácticas como verdades incuestionables, reforzando un ciclo de adhesión a la tradición. El problema se amplifica cuando la gente publica sus prácticas en las redes sociales. Los jugadores poderosos también cultivan intencionalmente conceptos erróneos. Dudosos gurús de la salud aprovechan la pseudociencia para comercializar suplementos y libros de autoayuda. Los canales de redes sociales amplifican algorítmicamente el contenido que provoca participación por encima de la precisión. Estas prácticas quedan profundamente arraigadas en la conciencia colectiva y se transmiten de generación en generación, creando una sensación de continuidad y creencias culturales profundamente arraigadas que se adoptan con poca resistencia. Como resultado, las prácticas culturalmente aceptadas se convierten en verdad, a veces con poca o ninguna evidencia que justifique la práctica o creencia.

Las percepciones personales están sesgadas

Las investigaciones en psicología han demostrado consistentemente que las personas a menudo no comprenden bien sus propios motivos (Feldon, 2013). Una explicación para este fenómeno es que la introspección (el proceso de mirar hacia adentro para examinar los propios pensamientos y motivos) es limitada y, a menudo, poco confiable. Muchos procesos mentales ocurren fuera de la conciencia, lo que dificulta que las personas informen con precisión sobre las razones subyacentes de sus comportamientos. Otro problema es la realidad de la deseabilidad social. Tendemos a exhibir comportamientos que nos dicen que son apropiados, pero es posible que no respaldemos completamente los comportamientos que mostramos. La discrepancia entre lo que decimos y hacemos y nuestros sentimientos internos revela los desafíos inherentes que enfrentan los individuos cuando intentan comprender completamente las razones de sus acciones.

Cuidado con los sesgos

Los sesgos cognitivos pueden contribuir significativamente a autopercepciones falsas al distorsionar la forma en que los individuos interpretan y recuerdan información sobre sí mismos. Un tipo de sesgo clave es el sesgo de confirmación, donde las personas tienden a buscar, interpretar y recordar información de una manera que confirma sus creencias preexistentes (Peters, 2022). Este sesgo puede llevar a las personas a prestar atención selectiva a la información que se alinea con su autoconcepto mientras ignoran o restan importancia a la evidencia contradictoria. Por ejemplo, alguien con una imagen positiva de sí mismo podría enfatizar y recordar los elogios mientras descarta u olvida las críticas. Además, la heurística de disponibilidad puede influir en las autopercepciones al hacer que los individuos confíen en información fácilmente disponible cuando se evalúan a sí mismos (Tversky y Kahneman, 1973). Este sesgo puede llevar a las personas a dar una importancia indebida a acontecimientos recientes o memorables, pasando potencialmente por alto información más completa que podría proporcionar una autopercepción más precisa.

¿Qué medidas preventivas puedo tomar?

Al crear conciencia sobre cómo surgen y se difunden los conceptos erróneos, podemos frenar el ciclo de tergiversación y simplificación excesiva de la ciencia. Una transmisión cuidadosa evita que factores poco fiables se apropien de nuestros conceptos sobre nosotros mismos y nuestras elecciones de comportamiento. Con un escepticismo más riguroso y una comunicación clara, la evidencia puede iluminarnos sin distorsión, alejándonos de falsedades seductoras y acercándonos a verdades empoderadoras.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Bobby Hoffman Ph.D.

El Dr. Bobby Hoffman, es profesor asociado en la Universidad de Central Florida.

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