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Verificado por Psychology Today

Miedo

Los niños pequeños y el temor a la muerte

Diez soluciones calmantes para ayudar a tu hijo a superar un bache de preocupación.

Glenn Beltz/Flickr
Fuente: Glenn Beltz/Flickr

Algunos niños se preocupan mucho por la muerte, hayan perdido o no a alguien cercano. Para algunos, el desencadenante de la preocupación es una historia. Para otros, es ver un cementerio o escuchar a miembros de la familia hablar sobre una muerte. Para otros, es la experiencia mucho más preocupante de perder a un ser querido o una mascota de la familia. Independientemente de las circunstancias, los padres pueden ayudar a sus hijos a manejar las preocupaciones para que no se vuelvan abrumadores.

¿Qué pueden hacer los padres para aliviar las ansiedades relacionadas con la muerte?

  1. Tómalo seriamente. Está presente y disponible cuando tu hijo hable sobre la muerte. Deja tu teléfono. Deja los platos sin lavar. Compórtate como si los pensamientos o preocupaciones de tu hijo sobre este tema en verdad te importaran.
  2. Mantén la calma y tranquiliza. No actúes preocupado por la salud mental de tu hijo. Necesita que seas el adulto aquí, la persona fuerte a cargo que lo mantendrá a salvo.
  3. Afirma la dura realidad. No endulces los hechos, sé amable y realista. Háblale sobre la inevitabilidad del ciclo de la vida y cómo se aplica a todo lo que está vivo. Plantas, animales, humanos. Tu hijo se tranquilizará con la verdad biológica práctica y esto le ayudará a sentir que puede confiar en que sus padres le dirán la verdad. (Nota: usa el término "morir" y no "irse a dormir", a menos que también desees que tu hijo desarrolle problemas para dormir).
  4. Sé honesto y positivo. El mayor temor de los niños suele ser que ellos o sus padres mueran pronto. Hazles saber que planeas estar cerca por mucho, mucho tiempo. En términos de niños pequeños, es suficientemente honesto decir que estás planeando vivir hasta los 100 años, hasta que ellos tengan sus propios hijos y sus hijos tengan hijos. Si tu hijo te pregunta qué sucede después de que alguien muere, responde de la manera más positiva posible, sin ponerte místico (no quieres asustar más a tu hijo con ideas de fantasmas o hacer que piense que las personas o las mascotas han elegido irse a un lugar mejor dejándolos atrás). Puedes hablar sobre las formas en que una persona (o mascota) vive en los recuerdos de las personas. “La abuela siempre estará conmigo, en mi corazón. Ya no viene, pero todavía está aquí, en nuestros recuerdos".
  5. Busca acciones que afirmen la vida. Habla sobre cómo estar vivo es una bendición, algo por lo que estar agradecido todos los días. Habla sobre las acciones que se pueden realizar estando vivos, las formas de expresar esa gratitud. Puede ser tan simple como dar un paseo y apreciar toda la vida en el vecindario: la gente, las mascotas, los árboles, las plantas, incluso los molestos insectos. Puede ser más grande, como expresar agradecimiento a todas las personas que mejoran nuestras vidas, a medida que las encontramos. Puede tomar la forma de expresión artística, aprender algo nuevo o participar en actividades físicas desafiantes.
  6. Asegura un equilibrio saludable. Al igual que los adultos, los niños están más sanos de cuerpo y mente cuando tienen un horario razonablemente predecible de siestas, comidas, acurrucarse, tiempo de juego, tiempo de aprendizaje, quehaceres domésticos, tiempo al aire libre y todo lo demás.
  7. Modela una actitud de gratitud. Expresa tu agradecimiento por el hecho de que tu hijo está vivo y en tu vida. Apoya a tu hijo para que aprecie lo bueno de su vida. Así, se centrará menos en sus miedos a medida que encuentre el placer de ayudar a los demás, centrándose en el bienestar de los demás. La gratitud tiene muchos beneficios, incluido un mayor bienestar, felicidad, energía, optimismo, empatía y popularidad.
  8. Instituye una sesión de preocupación diaria. Reserva una "sesión de preocupaciones" especial de diez minutos todos los días, tal vez una hora antes de acostarse, para discutir los temores de tu hijo. Pídele que te hable sobre lo que le preocupa. Mantente presente, disponible y tranquilizador.
  9. Lee buenos libros infantiles sobre la muerte. Entre ellos se encuentran los escritos por Paloma Valdivia, Caron Levis y Charles Santoso; más específicamente, están Adiós Mog, de Judith Kerr y El libro de despedida, de Todd Parr.
  10. Consulta a un profesional. Si las preocupaciones se vuelven demasiado grandes y no puedes calmar a tu hijo, es hora de hablar con un profesional. Es posible que necesites ayuda para lidiar con las ansiedades de tu hijo.

Puedes encontrar a un terapeuta cerca de ti en el directorio de Psychology Today.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Dona Matthews Ph.D.

La Dra. Dona Matthews, es psicóloga de desarrollo y autora de cuatro libros sobre niños, adolescentes y educación.

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