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Durante el mes de febrero, se alienta a las personas a ordenar sus hogares y donar artículos no utilizados o no deseados a organizaciones benéficas. Si necesitas algo de motivación para hacer espacio para los nuevos regalos navideños que recibiste o para organizar tus armarios, ahora es el momento. ¿Recuerdas ese suéter en tu armario que no te queda bien, pero nunca devolviste? ¿Qué tal ese horno tostador adicional que has estado almacenando en tu sótano durante años? Alguien podría estar disfrutando de estos artículos. Donar se siente bien. Al igual que vivir en un ambiente ordenado y organizado.
Despeja tu hogar, despeja tu mente
El desorden crea caos, lo que afecta tu capacidad de concentración. También limita la capacidad de tu cerebro para procesar información. El desorden es una forma de distracción visual, que aumenta la sobrecarga cognitiva y puede reducir la memoria de trabajo. Si tu espacio está desorganizado y saturado con cosas que no usas, puede ser difícil concentrarte o enfocarte. La investigación ha demostrado que las personas son menos irritables, menos distraídas, más productivas y más capaces de procesar información con un área de trabajo ordenada y organizada.
Mantenerse organizado puede ser un desafío para cualquiera. Puede ser una tarea desalentadora para las personas con TDAH, lesión cerebral y/o déficit o trastorno de la función ejecutiva. Limpiar el desorden y desarrollar sistemas para guardar ciertas cosas como llaves, teléfono y billetera son esenciales para administrar las actividades diarias y mejorar la administración del tiempo.
No solo es difícil funcionar físicamente en un espacio desordenado, sino que el desorden bombardea la mente con estímulos excesivos. Ordenar los montones de papeles, lavar la ropa y organizar cuidadosamente ayuda a calmar la mente.
Mejora la salud mental
Varios estudios muestran una correlación entre la desorganización, el desorden y las afecciones de salud mental, que incluyen depresión, ansiedad y estrés. Los entornos desordenados pueden causar frustración, impotencia y sentirse abrumado.
El desorden excesivo a menudo conduce a sentimientos de vergüenza, desesperanza y culpa. Los sentimientos pueden ir en espiral, lo que dificulta encontrar la motivación para abordar el desorden. Si alguien ya está sufriendo de depresión, un hogar desordenado puede empeorar esa depresión. A menudo es un ciclo. Cuanto más deprimido estés, más difícil será limpiar y organizar.
Ordenar aumenta la autoestima, crea hábitos saludables y aumenta la productividad. Un hogar limpio y ordenado también puede mejorar el sueño, mejorar el estado de ánimo y promover la relajación.
Más energía y más espacio
Todo lo que poseemos y traemos a nuestro hogar ocupa parte de nuestro tiempo, energía y espacio. Si bien algunas cosas valen la pena, generalmente hay artículos que ya no nos sirven y de los que podríamos prescindir. Cuantas más cosas tenemos, más cosas tenemos que limpiar, organizar y administrar. Tratar de estar al tanto de todo en un hogar desordenado requiere más tiempo, energía y esfuerzo.
Cuando nuestros armarios y cajones están llenos de cosas que no usamos, pasamos más tiempo buscando las cosas que necesitamos. ¿Qué tan frustrante es cuando sabes lo que estás buscando, pero simplemente no puedes ponerle las manos encima? Deshacernos de las cosas que no usamos crea más espacio para respirar, lo que nos permite concentrarnos en las cosas importantes.
Ordena y dona, ¡es un ganar-ganar!
Parece fácil acumular todo tipo de cosas que realmente no necesitamos, pero es difícil dejarlas ir cuando ya no nos sirven. Hay muchas razones por las que las personas se aferran a las cosas, desde el valor sentimental hasta el monetario, pero ¿a qué costo? La mayoría de las veces, las cosas de las que tememos deshacernos terminan impactando negativamente en nuestras vidas, en lugar de beneficiarlas. Otra razón por la que nos aferramos a las cosas que están en buenas condiciones, pero sabemos que nunca más las necesitaremos o usaremos, es porque no sabemos qué hacer con ellas. La respuesta es simple: dona. Ordenar no solo mejora tu vida, sino que mejora la vida de otras personas necesitadas.
Pasos para deshacerse de lo que no usas
- Comienza con poco: Establece metas pequeñas y manejables. Aborda una tarea, una pila o una habitación a la vez.
- Pide ayuda: Solicita la ayuda de un familiar, amigo o consultor pagado que pueda ayudarte a tomar decisiones. A veces, obtener el "permiso" de otra persona hace que sea más fácil poner tus artículos en la pila de donaciones.
- Toma una foto: Si tienes problemas para separarte de la ropa de bebé y los libros o recuerdos de vacaciones de tus hijos, toma una foto de ellos. Regalarlos a menudo se siente como renunciar a una parte de nuestra identidad o nuestro pasado, lo que dificulta dejarlo ir. Al tomar una foto de un artículo que tiene un valor sentimental, aún puedes tener esa conexión.
- Decide qué vas a hacer con tus objetos no deseados: El objetivo es sacar los artículos fuera de tu casa y ponerlos en las manos de alguien que los necesita. Comunícate con refugios locales para personas sin hogar o centros de donación para programar una entrega o recogida.
Si el desorden te abruma o estás experimentando ansiedad o depresión, ya sea por desorden o por desorden fuera de control, un terapeuta puede ayudarte. No estás solo. Hay ayuda y esperanza. Hay una manera.
Para encontrar un terapeuta, visita el directorio de Psychology Today.
A version of this article originally appeared in English.
