Empatía
Las 2 herramientas más importantes para mejorar cualquier relación
El juicio a menudo interrumpe la exploración curiosa.
23 de agosto de 2024 Revisado por Lybi Ma
Los puntos clave
- La curiosidad se relaciona con respuestas menos agresivas, lo que da tiempo para respuestas más productivas
- Investigaciones muestran que se correlaciona con mayores niveles de intimidad incluso en interacciones menores
- La curiosidad nos abre a las perspectivas de los demás
“Seamos curiosos, no críticos”. —Walt Whitman
El arco iris de las relaciones humanas es infinito. Tenemos amistades, hermanos, parejas, hijos, padres y una infinidad de vínculos más. Cada vínculo que compartimos con otra persona es tan único como una huella dactilar. Algunos son cercanos, mientras que otros son tensos o incluso distantes. Pocas estrategias serían relevantes en todo el espectro.
Hasta cierto punto, esto es cierto.
Sin embargo, las dos herramientas descritas en la cita de Walt Whitman anterior pueden beneficiar a casi cualquier relación.
Mejorando la curiosidad
Cuando se trata de estrategias de comunicación, la mayoría de las personas piensan en cosas como establecer límites, escuchar y negociar. Aun así, la curiosidad puede ser la base del éxito en estos esfuerzos, actuando como la estrategia maestra para conectarse con los demás. La curiosidad es la puerta de entrada para comprender eficazmente a los demás y mejorar el desempeño en casi cualquier esfuerzo social.
La investigación de Todd Kashdan y colegas ha demostrado que la curiosidad se correlaciona con una menor agresión interpersonal (2013). Nos permite escucharnos unos a otros antes de hacer suposiciones o sacar conclusiones.
El rasgo también nos abre a captar lo que nosotros y los demás podemos estar pensando o sintiendo en un momento dado (Drozek, 2018), un fenómeno conocido como mentalización, que es esencial cuando se relaciona con los demás.
Otro estudio de Kashdan y colegas de estudiantes universitarios descubrió que los participantes más curiosos se sentían más cerca de los demás en interacciones íntimas y charlas informales (2011). La curiosidad nos abre a nuevas relaciones y nos permite acercarnos unos a otros.
Incluso en relaciones en las que la mayoría de las interacciones han sido hostiles, la curiosidad puede permitirnos responder de manera más eficaz. A menudo, en estas interacciones, a las personas les resulta difícil imaginar por qué la otra persona actúa como lo hace. Podemos pensar que son irracionales o imbéciles sin reflexionar demasiado sobre su razonamiento.
Aun así, la información puede ser fundamental para una interacción exitosa.
Para quienes deseen generar curiosidad, el proceso puede comenzar con pasos tan pequeños como hacer una pregunta sobre el tatuaje de alguien, tomarse un momento adicional para escuchar las historias de alguien o hacerse una idea de la postura de la otra persona antes de rechazarla.
Suspendiendo la crítica
Es tentador encerrarse en nuestros juicios. Podemos pensar que no vale la pena intentar entablar amistad con alguien antes de aprovechar la oportunidad de conocerlo. De manera similar, podemos utilizar etiquetas abreviadas sobre otras personas para definirlas. Incluso conocer la profesión de alguien puede llevarnos a sacar conclusiones apresuradas.
Imagínate a un fontanero. Ahora, imagínate a un profesor. ¿Tienes imágenes específicas en mente? ¿Tienes alguna idea sobre quiénes son estas personas, sus aficiones o si son personas con las que podrías identificarte?
A veces, estas ideas pueden ayudarnos a encontrar cosas que tenemos en común. Sin embargo, con más frecuencia, los juicios apresurados pueden obstaculizarnos.
Juzgar a veces es automático. En cambio, una estrategia puede ser suspender esos juicios y preconcepciones y explorar de todos modos.
En conclusión
A través de la curiosidad y dejando de lado los juicios, nos damos la mejor oportunidad de relacionarnos eficazmente unos con otros.
A version of this article originally appeared in English.