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Verificado por Psychology Today

Relaciones

Esta es la razón por la que amamos a los gatos

Lo que nos pueden enseñar los felinos sobre el afecto.

Devaint Art image by ClassicSonicSatAm
Fuente: Imagen de Devaint Art por ClassicSonicSatAm

¿Eres como yo y adoras a los gatos? ¿Por qué será que encontramos a estas criaturas tan irresistibles?

Tal vez, como yo, eres o fuiste dueño de un gato, o, más probablemente, el gato se adueñó de ti. Conoces la alegría que pueden traer los gatos, incluso cuando están siendo molestos. ¿Qué tienen los gatos que capturan nuestros corazones y nos esclavizan a través de su encanto?

Lo que describo a continuación también puede aplicarse a los perros.

Estas hermosas criaturas tienen una rara cualidad que los humanos nos beneficiaríamos en cultivar: una gran capacidad de recibir afecto. Cuando un gato encantador se nos acerca, no es fácil resistir el impulso de acariciarlo, incluso cuando no es tan buena idea. En un reciente viaje a Tailandia me encontré con un gato irresistible en un café. Neciamente, me pareció seguro acercarme con una oferta de afecto. Cuando se puso de espaldas, entendí que esto significaba que mis avances eran bien recibidos. Pero, sorprendentemente, cambió abruptamente de opinión y me rasguñó antes de que pudiera alejarme. Tal vez este era un gato con un estilo de apego ambivalente.

Conforme mi mano sangraba, el propietario del café me ofreció una advertencia tardía: “le iba a decir que es un gato salvaje y es mejor mantenerse alejado”. Le respondí: “gracias por la advertencia pero me pareció tan irresistible”. La próxima vez mantendré mejores límites, pero el incidente me hizo preguntarme ¿por qué algunos de nosotros (no puedo ser solo yo, ¿verdad?) nos exponemos al peligro solo por la posible gratificación de acariciar a un dichoso gatito?

Sentirse bienvenido

Una de las razones por las que probablemente nos encanta acariciar a estas adorables criaturas es porque la acción rítmica de tocar su suave pelaje se siente bien. Enfoca nuestra atención, como sucede en la meditación. Pero estoy convencido de que hay más que eso.

Yo creo que una razón importante por la que amamos a los gatos es por una habilidad sorprendente que pocos humanos poseemos: registran nuestra presencia táctil de una manera profunda. Realmente saben cómo dejarnos entrar a su mundo. Están justo ahí en ese glorioso momento recibiendo nuestro contacto.

Al deleitarse con nuestra presencia física, puede que empiecen a ronronear y tal vez giren sobre sus espaldas, exponiendo su vulnerabilidad. Como diciendo: “confío en ti. Dame algo de amor y hazme sentir bien”. Su regalo para nosotros es recibirnos profundamente, sin cogniciones problemáticas ni memorias angustiantes de momentos menos agradables, como cuando olvidamos alimentarlos o limpiar su arenero. Dejan ir todas esas cosas. Están solo ahí con nosotros, en el momento.

Tal vez eres tan afortunado como para tener a una pareja que te recibe de una manera profunda. Qué dicha sentir que una pareja está dejándote entrar a su mundo. Pero, tristemente, la mayoría de nosotros tenemos bloqueos que evitan que recibamos con profundidad y libertad. Tal vez por conflictos anteriores o traumas que han oscurecido las aguas. O, se nos ha enseñado que dar es más noble que recibir y creemos que somos egoístas si recibimos sin inhibiciones.

Los gatos nos enseñan que eso no es verdad. Es poco probable que juzguemos a los gatos como egoístas, disfrutamos la manera en la que nos dan acceso abierto. O, tal vez creemos que son egoístas, pero no nos importa. A los humanos nos vendría bien un poco de narcisismo saludable respecto a recibir a las personas con más profundidad.

La investigación ha demostrado que los gatos pueden ser muy sanadores para nosotros. Un estudio de investigación de 10 años de duración sugiere que los propietarios de gatos tienen menos probabilidades de morir de ataques al corazón que las personas que nunca han tenido uno. Este segundo grupo también tenía 40 por ciento más de probabilidades de morir de ataques al corazón y 30 por ciento más de probabilidad de morir de enfermedades cardiovasculares. Otros estudios confirman que los gatos pueden reducir nuestra presión sanguínea y liberar dopamina y serotonina, lo que reduce el estrés y mejora el funcionamiento inmune.

Los gatos también ayudan a liberar oxitocina, que se asocia con el sentimiento de estar enamorados. Como sabemos, el amor sana y tal vez un aspecto importante de esta sanación es el lazo creado por su capacidad de recibirnos tan profundamente. Yo tengo recuerdos afectuosos de mi ahora fallecido gato acercándose lentamente hacia mí y acostándose en mi pecho, ronroneando. Es un sentimiento que atesoramos y que nos pone en un estado de relajación.

Como lo expresa Paul Zak, autor de La Molécula Moral, este lazo de amor podría explicar por qué “las personas gastan muchísimo dinero para tratar médicamente a una mascota en lugar de practicarle la eutanasia y simplemente conseguir otro animal”.

Si tienes la fortuna de tener a un gato afectuoso en tu vida, nota cómo recibe tu afecto. ¿Cómo te sientes por dentro cuando estás siendo recibido tan profundamente? De manera similar, cuando alguien que te agrade te abrace o te ofrezca afecto, experimenta con dejarlo entrar- sé un gato. Salta de tu cabeza, respira tranquila y profundamente, sé completamente consciente de cómo se siente en tu cuerpo recibir un abrazo y afecto de un ser querido. Ya sea proveniente de un gato o un humano, dejar entrar al amor podría lograr sanarte.

Imagen de Deviant Art por ClassicSonicSatAm

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
John Amodeo Ph.D., MFT

El Dr. John Amodeo, Terapeuta Familiar y Matrimonial, es autor de Dancing with Fire: A Mindful Way to Loving Relationships y de Love & Betrayal.

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