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Verificado por Psychology Today

Depresión

Cómo vivir con un ser querido deprimido

Las dolorosas dificultades de vivir con una persona deprimida.

Hay mucha información disponible acerca de la depresión. Pero vivir con una persona deprimida, puede ser sumamente doloroso. Los antidepresivos son un remedio común pero no son una panacea. Muchas personas con depresión siguen sufriendo o al menos tienen periodos sintomáticos. Esto, en turno, afecta a aquellos con los que viven.

Puede ser especialmente difícil cuando la persona con depresión es tu hijo o pareja. Muchos padres sienten que es su deber rescatar a sus hijos adultos. Pero suele prevalecer un sentimiento de impotencia cuando vives con un individuo deprimido. Puede que no sea saludable sentir que es tu deber rescatar a una pareja y tampoco es saludable responsabilizarse por sus sentimientos.

El sentimiento de impotencia es especialmente común entre los hombres con parejas deprimidas. Por lo general, los hombres suelen buscar arreglar las cosas. Si escuchan un problema, su reacción es solucionarlo. Pero la depresión no se arregla fácilmente, por lo tanto, el resultado es impotencia y frustración. Esto puede complicar el proceso de ayudar.

Para las mujeres con una pareja deprimida, es común sentir que la conexión entre ambos está inhibida o completamente ausente. Si los síntomas de depresión llevan al alejamiento, la mujer puede llegar a sentirse excluida. Los sentimientos y pensamientos de una persona deprimida pueden ser difíciles de compartir, lo que podría agravar el problema y dejar a la persona con una sensación de que no hay comunicación. Peor aún, algunos hombres convierten la depresión en enojo y podrían irritarse fácilmente con su pareja, empeorando así el problema.

Las dificultades abundan al vivir con una pareja deprimida. Debido a síntomas como la apatía, puede que no se cumplan las necesidades de una pareja. En una relación, cada persona intenta sentir amor por parte de su pareja. Estos intentos pueden verse frustrados por la desconexión por parte del deprimido, dejando a la otra persona sintiéndose desconectada. La anhedonia, es decir, la dificultad de sentir placer, también puede contribuir a una falta de deseo sexual, lo que complica aún más este problema. El resultado final: la pareja siente como que sus necesidades en la relación no son importantes.

Las parejas y padres no solo se sienten impotentes para aliviar la depresión de su ser querido, sino que también pueden sentirse como contribuyentes. De hecho, debido a un pensamiento distorsionado, el individuo deprimido podría creer que su ser querido en efecto contribuye a su depresión. Pero incluso cuando no es el caso, los padres o pareja pueden experimentar una batalla interna con lo que pueden decir y lo que no. Como mencioné anteriormente, una pareja puede no expresar sus sentimientos de negligencia por temor a contribuir al humor deprimido de la otra persona. Esto puede ampliar ambos problemas: el sentimiento de negligencia y el sentimiento de contribuyente a la depresión.

De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, hay nueves posibles criterios que contribuyen al diagnóstico de depresión, de los cuales, solo deben cumplirse cinco la mayor parte del tiempo para que un individuo sea considerado como deprimido:

  • Humor deprimido
  • Placer marcadamente reducido en casi todas las actividades
  • Pérdida de peso considerable o un incremento de peso sin hacer dieta, o una reducción o incremento en el apetito casi todos los días
  • Insomnio o hipersomnia
  • Agitación o retraso psicomotor
  • Fatiga o pérdida de energía
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva o inapropiada
  • Capacidad reducida para pensar o concentrarse o falta de decisión
  • Pensamientos recurrentes de muerte, ideas suicidas recurrentes, intentos de suicidio o planeación específica para el suicidio
  • (Hay otros criterios para diagnósticos más específicos)

Estos criterios pueden llevar a una multitud de otros síntomas, incluyendo falta de impulso sexual, explosiones de enojo, irritabilidad, distanciamiento y más. Cada persona experimenta diferentes síntomas de depresión, la depresión de una persona podría verse muy distinta a la de alguien más.

Muchas personas que viven con alguien deprimido batallan por saber si están apoyando o capacitando. Algunas personas creen que hace falta “amor duro”. Apoyar y dar cariño puede sentirse como si se estuviera incitando a la persona deprimida a permanecer estancada. Presionar demasiado puede llevar a un conflicto y a un mayor alejamiento.

Puede parecer como una situación sin esperanza. Pero hay muchas cosas que se pueden hacer:

  • Investigar sobre depresión. Hay muchas cosas que son útiles para la depresión, el ejercicio, la meditación, 20 minutos diarios de luz de sol directa, medicamentos, cambios en la dieta, así como varios remedios naturales. Más que simplemente hacer sugerencias que puedan ayudar, el ser querido puede invitar al individuo deprimido a llevar a cabo el nuevo comportamiento.
  • Cuidarse a uno mismo. Cuando alguien está lidiando con un ser querido con una enfermedad mental, es imperativo que lleve a cabo autocuidado continuo. Es posible balancear tus necesidades con las de tu pareja. Ejercítate. Lleva a cabo actividades que disfrutes, sin importar si tu ser querido con depresión las hace contigo o no. No permitas que la depresión oscurezca todo el universo en el que vives.
  • Apoyar. Las distorsiones cognitivas, así como el letargo involucrado en la depresión, llevan a percepciones negativas y a irritabilidad. Suele ser difícil no verse afectado por eso, especialmente si hay algo de enojo dirigido hacia ti. Sin embargo, es importante seguir el segundo de los cuatro acuerdos: no te tomes nada personalmente. Mucho de lo que se dirige a ti es el resultado de la depresión y las distorsiones en la percepción y el pensamiento. La capacidad de observar situaciones de una manera desconectada y objetiva es el centro del pensamiento oriental y del crecimiento psicológico.

Abraham Maslow, quien formuló una teoría basada en la jerarquía de necesidades lo anota como parte de la autoactualización. Aaron Beck y Albert Ellis (quienes trabajaron con pacientes deprimidos y desarrollaron la Terapia Cognitivo Conductual y la Terapia Emocional Racional, respectivamente) la promueven como una estrategia para la salud psicológica. El pensamiento oriental mira el desapego compasivo como una característica que buscan los iluminados. El desapego compasivo es ser capaz de empatizar y sentir compasión por alguien más sin ser absorbido por su percepción de la realidad. Haces lo que puedes, sin atarle algún tipo de expectativa.

Apoyar también incluye impulsar gentilmente y con moderación a tu ser querido a hacer lo que le conviene. Esto incluye invitaciones a unirse a actividades e intentos de que la persona deprimida haga ejercicio o alguna de las sugerencias anteriores que ayudan contra la depresión.

  • Escuchar. Ser escuchado puede ser increíblemente curativo. La comunicación es la manera en la que conectamos. Para muchos con depresión, los sentimientos de aislamiento pueden ser ensordecedores. La capacidad de escuchar sin ofrecer soluciones rápidas puede ser tremendamente beneficioso.
  • Ser amor. Esto podría ser difícil y sonar cursi, pero, si estás siguiendo las sugerencias anteriores, ya estás siendo amor. Abraham Maslow sugirió que la mayoría de las personas buscan ir a terapia como resultado de una deficiencia en sus necesidades de amor y pertenencia. Los trastornos del humor, de los cuales la depresión es la forma más crónica, son los diagnósticos psiquiátricos más comunes. Si Maslow está en lo correcto, entonces tal vez el amor es al menos parte de la solución. Como escribí en “La lucha del amor”, poner al amor verdadero primero es difícil debido a nuestras propias necesidades del ego. Pero la capacidad de hacerlo puede ser gratificante, ya que es una parte vital de cada uno. El amor debe ser la estrategia default cuando no sabes qué hacer.

Derechos de autor: William Berry 2014

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
William Berry, LMHC., CAP.

William Berry es psicoterapeuta y profesor en la Universidad Internacional de Florida. Su área de interés es el abuso de sustancias y la felicidad individual.

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