Cómo lidiar con el dolor físico

Un aspecto desagradable y a menudo difícil de la vida consiste en experimentar dolor físico temporal, prolongado o permanente. A medida que avanzamos en la vida, no importa cuán cuidadosos seamos o qué precauciones tomemos, es posible que tengamos dolor físico muchas veces en el transcurso de un mes, una semana o incluso un día. Desafortunadamente, es un hecho del ser humano. El desafío que esto presenta implica aprender, a veces a través de experiencias difíciles, las formas más efectivas de afrontar la situación.

Para abordar este problema, primero aplica la técnica de separación de problemas. Diferencia entre tu problema práctico y tu problema emocional sobre tu problema práctico.

El problema práctico

¿Qué es un problema práctico? Consiste en su desafío, meta u objetivo. Puede ser un objetivo a corto o largo plazo.

Cómo evitar por completo, aliviar o superar el dolor constituye un problema práctico. La cirugía, la fisioterapia o la toma de analgésicos pueden ser enfoques eficaces. ¡Bien!

El problema emocional

¿Sientes ansiedad, depresión, culpa o resentimiento por tener dolor? Muchos de mis pacientes se han deprimido por esta condición. Si esto es cierto para ti, entonces tienes un problema emocional.

Tomemos un ejemplo de cómo puede suceder esto. Supongamos que has tenido una lesión que no deja de causarte dolor. Es evidente que tu problema práctico consiste en cómo limitar, detener o distraerte de tu dolor. Deprimirte por eso es su problema emocional. Para superar tu depresión por tu dolor aplica el Ejercicio de Tres Minutos:

• A. Adversidad: Tengo mucho dolor después de mi cirugía. Me dificulta dormir e interfiere con mi funcionamiento diario.
• B. Creencia irracional: no puedo soportar todo este dolor.
• C. Consecuencias emocionales indeseables: Depresión.
• D. Disputar o cuestionar tu creencia irracional: ¿Cuál es la evidencia que prueba que no puedo soportar el dolor?
• E. Nuevo pensamiento eficaz: no hay evidencia, lógica o pragmática que demuestre que no puedo soportar el dolor. Lo estoy soportando. La prueba es que no me ha matado, aunque lo estoy soportando mal al preocuparme innecesariamente por ello. Deseo firmemente vivir sin dolor, pero no hay ninguna razón por la que deba hacerlo. Exigir que el dolor desaparezca no ayuda y sólo me hace sentir peor. Incluso si el dolor nunca me abandona, sería extremadamente lamentable, pero no espantoso, terrible ni horrible.
• F. Sensación nueva: Gran malestar por el dolor en lugar de sentir depresión por ello.

Escribe este ejercicio una o tres veces al día para cambiar tu forma de pensar desde una perspectiva de demanda irracional a una de fuertes preferencias y deseos. Verás, a medida que cambias tu forma de pensar, tus emociones cambian también.