Cómo establecer límites como un adulto

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Los límites son los topes y las reglas que nos establecemos a nosotros mismos y a los demás en las relaciones. Estas reglas habladas y tácitas permiten a las personas interactuar de manera segura con respecto a comportamientos físicos, emocionales/mentales, sexuales, financieros/materiales y basados en el tiempo. Al igual que las pautas para las relaciones saludables, los límites brindan claridad, minimizan la confusión y nos señalan la dirección correcta para que podamos comportarnos de manera que promuevan la seguridad y el entendimiento mutuo con los demás.

Suena bastante simple, pero saber qué límites establecer y cómo establecerlos puede ser un desafío. Por un lado, los límites son específicos del contexto y la cultura. Por ejemplo, los límites, como honrar el espacio personal y la propiedad privada, generalmente se dan por sentados en los Estados Unidos. Pero otros límites son profundamente personales y varían ampliamente de persona a persona. Por ejemplo, algunos de nosotros podemos sentirnos cómodos con que un amigo o familiar pase por nuestra casa sin previo aviso, mientras que otros no nos sentiremos cómodos con eso. Algunos de nosotros hablamos sobre nuestra vida sexual con amigos cercanos, y otros no. Estos límites pueden evolucionar y cambiar a lo largo de nuestras vidas, a menudo por debajo del nivel de conciencia. De hecho, rara vez nos detenemos a definir y comunicar nuestros límites hasta que nos sentimos incómodos porque se han cruzado.

Comunicar límites puede ser un desafío. A veces, establecer un límite significa decir "no" cuando alguien quiere que digamos "sí". Puede significar mencionar algo que alguien ha hecho que no nos hizo sentir bien, lo que puede generar vergüenza y conflicto. Sí, establecer límites puede hacer que el humano al otro lado de ese límite se sienta enojado, decepcionado, confundido y frustrado. Muchas personas se sienten culpables cuando experimentan estas reacciones de los demás, y puede ser difícil no cuestionarnos a nosotros mismos cuando estas conversaciones salen mal.

Aunque es natural preocuparse por lastimar o decepcionar a otros cuando establecemos límites, es importante recordar que no somos responsables de los sentimientos y reacciones que otros tienen cuando expresamos nuestras necesidades y deseos. Debemos esforzarnos por elegir nuestros límites sabiamente y ser amables y reflexivos con nuestras palabras cuando brindamos retroalimentación y establecemos límites con los demás. Debemos esforzarnos por tener en cuenta el momento, el formato y la elección de palabras de nuestro mensaje. Pero no estamos difundiendo negatividad ni generando mal karma estableciendo límites. De hecho, nos estamos comportando sabiamente.

En el budismo, el concepto de Bodhisattva significa que tenemos el poder de beneficiar a otros comportándonos de manera que se alineen con el camino iluminado. Significa que tomar decisiones saludables para nosotros mismos está promoviendo la salud de todos los que nos rodean. Esta cita de Kosho Uchiyama, al escribir para Tricycle Magazine, lo resume bien:

"Con respecto a la pregunta '¿Qué es un bodhisattva?' también podrías definir a un bodhisattva como alguien que actúa como un verdadero adulto. Es decir, la mayoría de las personas en el mundo actúan como niños. La palabra dainin significa 'verdadero adulto' o 'bodhisattva'. 'Hoy en día, la mayoría de las personas que se llaman adultos son solo pseudoadultos. Físicamente crecen y se vuelven adultos, pero espiritualmente demasiadas personas nunca maduran hasta la edad adulta. No se comportan como adultos en su vida diaria. Un bodhisattva es alguien que ve el mundo a través de ojos adultos y cuyas acciones son las acciones de un verdadero adulto. Eso es realmente lo que es un bodhisattva".

Cuando establecemos límites, estamos actuando como adultos. Otros tienen derecho a las reacciones que elijan tener, y podemos brindarles el espacio para tener esas reacciones y superarlas por sí mismos (o, preferiblemente, con un psicólogo). Lamentablemente, a veces las personas no pueden aceptar nuestros límites y nuestras relaciones flaquean o incluso terminan. Esto es parte de la vida. No es fácil de aceptar, pero es útil consolarse sabiendo que has actuado con sabiduría. Y que tu comportamiento es un regalo para ti y para el mundo, incluso si no es apreciado o entendido completamente por todos en tu vida en este momento.

Estos son algunos consejos para establecer límites saludables:

• Conoce tus límites. Identifica situaciones que te hagan sentir agotado o incómodo. ¿Hay límites que no se han comunicado? ¿O quizás límites que necesitan ser reafirmados? Si bien la incomodidad no siempre es una indicación de violaciones de límites, los límites deficientes son una fuente común de "fuga de energía" y una sensación de temor en torno a compromisos o encuentros.
• Prioriza y elige tus batallas. Podemos ser flexibles con respecto a nuestros límites y no es necesario que abordes todos y cada uno en este momento. Una opción es comenzar con el límite que te está creando más dificultades en el día a día. Por otro lado, si no eres bueno comunicando límites, considera comenzar con algo de bajo riesgo (por ejemplo, la batalla con tu pareja para guardar su ropa sucia). Cuando no tenemos práctica para establecer y comunicar límites, los primeros intentos pueden ser muy torpes. Practicar con algunos problemas de menor importancia puede ayudarte a desarrollar habilidades para abordar los problemas más importantes en el futuro.
• Comunícate amablemente expresando tus sentimientos y el comportamiento específico que te está molestando. Usa declaraciones como "me siento frustrado porque tengo que pedirte que levantes tu mochila del piso varias veces todos los días después de la escuela. Para mí es importante que esta habitación se mantenga limpia y que no tenga que limpiarla todas las noches. Necesito tu ayuda con eso. ¿Qué podemos hacer para que no tenga que monitorear esto todo el tiempo?" o "Me he dado cuenta de que a menudo llegas tarde a encontrarte conmigo. Realmente no me gusta. Me da vergüenza sentarme aquí sola esperando. Y me hace preguntarme si no soy tan importante para ti. Agradecería que me enviaras un mensaje de texto si llegas tarde y, por favor, haz un esfuerzo por llegar a tiempo cuando nos reunamos. Sé que probablemente no sea fácil escuchar eso, me siento mal al decirlo, pero realmente quiero que las cosas mejoren entre nosotros. ¿Puedes hacer eso por mí?" Asume la responsabilidad de tus sentimientos y deja claros tus límites.
• Espera lo mejor. A veces a la gente no le gustarán la retroalimentación. Después de todo, es natural que surja algo de vergüenza cuando nos llaman por un error. Sé amable, dale tiempo a la gente y espera lo mejor.
• Practica el perdón de ti mismo y de los demás. A veces nuestras palabras salen mal, causando daño. A veces elegimos nuestras palabras con cuidado y la gente todavía reacciona mal a nuestros límites. Puede ser fácil dejar que nuestras mentes entren en espiral para analizar quién tenía razón/quién estaba equivocado. Trata de no hacer suposiciones sobre lo que otros piensan o sienten. Cuando sea posible, dales el beneficio de la duda. Para facilitar este proceso, usa meditaciones de bondad amorosa o ho'oponopono para practicar activamente el perdón de uno mismo y de los demás. Esta mentalidad ofrece una gran paz, incluso cuando no podemos encontrar puntos en común con los demás.