Cómo autolimitar tu estrés

“La verdad es que no hay estrés o ansiedad real en el mundo; son tus pensamientos los que crean estas falsas creencias. No se puede empaquetar el estrés, tocarlo o verlo. Solo hay personas involucradas en pensamientos estresantes”. —Wayne Dyer

Tu estrés lo creas tú; por lo tanto, puedes autolimitar tu estrés si decides hacerlo. Piensa en lo que sucede cuando sientes estrés. ¿Estás en el trabajo? ¿Pasa algo en casa? ¿Sientes indecisión o temor? ¿Te estás irritando o enfadando? ¿Qué hay de tus expectativas? ¿Eres perfeccionista? Cualesquiera que sean tus factores desencadenantes, son el GPS a un destino final de autolimitación de tu estrés.

Tus factores detonadores son tu hoja de ruta. Son totalmente únicos para ti. No se resolverán en el manejo del estrés, donde una talla sirve para todos. Tendrás que identificar tus factores estresantes, regularlos y luego responder en oposición a la escalada normal que lo mantiene como rehén. Tienes el poder de tomar el control de aquello a lo que te has acostumbrado. El estrés autoimpuesto, que es principalmente lo que sucede cuando estás estresado, puede ser autolimitado.

Crea tu propia expansión térmica

El estrés humano tiene algunas similitudes con los estresores físicos de la naturaleza:

“Una tensión primaria (presión interna) puede ser análoga a una viga en voladizo con un peso en el extremo. Si le pones demasiado peso, la viga seguirá doblándose hasta que se rompa. Una tensión autolimitante secundaria (expansión térmica) sería la misma viga en voladizo, pero en lugar de imponer una sobrecarga, impondría un desplazamiento/desviación establecidos. Por ejemplo: el extremo de la viga debe desviarse 0.25”. Esto sería análogo a un voladizo con un soporte debajo del extremo opuesto con un espacio de 0.25”. La diferencia entre los dos es que la tensión secundaria autolimitada no 'continuará' hasta que falle; cederá hasta que se complete la distancia y luego se detendrá”. (Cartel anónimo, Ingeniería mecánica, 2009)

Los humanos pueden crear su propia expansión térmica a través del desplazamiento y/o la desviación. Cuando se identifica el factor estresante, se puede implementar una estrategia de desplazamiento para desviar la sobrecarga. Tu desplazamiento está diseñado únicamente para tu sobrecarga de estrés. Demasiado trabajo, familia, conflicto o perfeccionismo pueden ser desplazados o desviados identificando, regulando y respondiendo en una dirección opuesta a la que se tomó anteriormente. El estrés seguirá ahí, pero mediante la autolimitación del impacto de la sobrecarga, se puede evitar una avería.

“La mayor arma contra el estrés es nuestra capacidad de elegir un pensamiento sobre otro”. —William James

Conoce tu umbral

Todo el mundo tiene un umbral de estrés; el tuyo es único para ti. Un umbral de estrés corresponde a la máxima intensidad de estrés que puedes manejar. Puedes estar sin actividad, sintiendo motivación o concentración, y aún tener una tensión saludable durante la acumulación de estrés. La clave es reconocer cuándo te estás acercando a tu umbral máximo. Tu máximo será diferente al de cualquier otra persona. Deberás ser consciente de tu creciente presión/estrés para conocer realmente tus límites y cuándo responder. No responder podría llevarte a un punto de inflexión.

Los puntos de inflexión siguen siendo únicos. Todos tenemos diferentes niveles de resiliencia. Identifica lo que sucede cuando llegas a tu punto de inflexión. ¿Sientes fatiga, agotamiento, pánico, ansiedad, enojo o agotamiento? ¿Qué te hace atravesar tu umbral y crea un colapso? Saber qué genera tu estrés te brinda orientación para crear resultados alternativos.

Identifica tu eustrés y angustia

El eustrés es estrés positivo. El eustrés aún implica altos niveles de estrés, pero te motiva a hacer las cosas. Estás operando dentro de tu umbral y el eustrés trabaja a tu favor, no en tu contra.

La angustia, por otro lado, es estrés negativo. La angustia hace que tu cuerpo y tu mente superen tu umbral y generen resultados negativos como accidentes y malas decisiones. La angustia a largo plazo tiene muchos impactos negativos en tu cuerpo y tu mente.

Autolimita tu estrés

Tendemos a creer que el estrés es una parte inevitable de la vida moderna. Y probablemente sea inevitable. Sin embargo, no tenemos que aceptar ciegamente las consecuencias de ser víctimas del estrés. En cambio, podemos asumir una mayor responsabilidad para autolimitar los factores estresantes que nos afectan personalmente identificando, regulando y respondiendo de maneras diferentes a las que solemos hacer. Para hacer esto, necesitamos conocer nuestro umbral de estrés, nuestros puntos de inflexión y si nuestro estrés es positivo o negativo.

Autolimitar tu estrés puede ser un proceso a largo plazo. Aprecia tus éxitos y trata de concentrarte menos en tus fracasos. El objetivo final es ganar más control sobre algo que te ha controlado a ti, tal vez durante años.