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Verificado por Psychology Today

Cognición

Cómo agudiza la mente la actividad física

Lo que el cerebro hace está muy conectado a lo que el cuerpo hace.

Los puntos clave

  • El cerebro evolucionó para controlar el movimiento, pero el movimiento también da forma a nuestro pensamiento.
  • La actividad física es utilizada a menudo por artistas y científicos para impulsar su resolución creativa.
  • El ejercicio reduce la ansiedad y la depresión en la población general.

El cerebro evolucionó para controlar el movimiento, pero el movimiento también da forma a nuestro pensamiento. Esta verdad atraviesa la neurociencia, la psicología clínica, la fisiología del ejercicio y la psicología del envejecimiento.

Células cerebrales y resolución de problemas

Los antiguos romanos relacionaban un cerebro sano con tener un cuerpo activo. Las personas altamente educadas viven más que sus contrapartes menos educadas, lo que sugiere que un cerebro activo también contribuye a un cuerpo sano.1 Una explicación de este fenómeno es que las personas con mentes más activas tienen una mejor circulación de sangre en sus cerebros, lo que las hace menos vulnerables al envejecimiento cerebral y la demencia senil.

Neurocientíficos canadienses descubrieron que el ejercicio voluntario aumenta en gran medida la proliferación de células madre en la circunvolución dentada del hipocampo, por lo que un ávido caminante se beneficia de tener más células. Tales beneficios se acumulan con tan solo media hora de caminata cada día.

El hipocampo juega un papel clave en la formación de nuevos recuerdos y también está implicado en la resolución espacial de problemas.

No es de extrañar que la actividad física sea utilizada a menudo por artistas y científicos para impulsar su resolución creativa de problemas, ya sean el poeta William Wordsworth o el biólogo evolutivo Charles Darwin.

Además de las consecuencias directas de la actividad física para la anatomía y fisiología del cerebro, existe un efecto indirecto a través de la elevación del estado de ánimo.

Actividad y estado de ánimo

El ejercicio reduce la ansiedad y la depresión en la población general e incluso puede ser un tratamiento eficaz para los trastornos de ansiedad y la depresión clínica. Estos efectos no se comprenden bien, pero probablemente reflejan cambios en los sistemas neurotransmisores, como la serotonina, la norepinefrina y las endorfinas.

Sin embargo, el estado de ánimo se eleva con el ejercicio, esto generalmente estimula la actividad cognitiva y la creatividad. Las personas extremadamente creativas a veces experimentan fases maníacas durante las cuales son inusualmente productivas. Por lo tanto, un estado de ánimo elevado conduce a una mayor actividad mental y productividad creativa.

Por otro lado, las personas ansiosas, tristes o deprimidas a menudo tienen problemas para iniciar o completar esfuerzos creativos.

Hay muchas formas diferentes de ver la conexión entre el movimiento físico y la actividad mental. Una de las más prosaicas es que el ejercicio estimula una mayor absorción de oxígeno y aumenta la circulación de la sangre.

Circulación en el cerebro

La actividad física estimula la respiración. Esto significa que nuestra frecuencia respiratoria aumenta y se transporta más oxígeno a través del torrente sanguíneo. Una fracción de este oxígeno termina en el cerebro, donde gasta glucosa, que es el combustible principal del cerebro.

En términos generales, esto significa que la actividad física de cualquier tipo tiende a estimular el estado de alerta y los procesos de pensamiento. Entonces, una persona privada de sueño puede mantenerse alerta haciendo ejercicios.

Un cerebro sano es una extensión de un cuerpo sano, y una mente sana es una extensión de un cerebro sano.

Estas conexiones son de gran importancia práctica. Entonces, una persona que sufre de ansiedad y depresión también tiene un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas porque las emociones que experimenta una persona se proyectan en su cuerpo. Otra consecuencia práctica de la actividad física es que quienes permanecen físicamente activos en la vejez se benefician de un pensamiento más agudo e incluso de una mayor longevidad.

Longevidad

Parece que un cerebro activo contribuye a la salud general y la longevidad. Esta podría ser en parte la razón por la cual las personas que obtienen un título universitario tienen una vida más larga. (Debemos tener cuidado al sacar tales conclusiones porque las diferencias grupales en la esperanza de vida son complejas y se ven afectadas por influencias tan diferentes como la contaminación química y el estrés psicológico.)

Las personas que viven en comunidades donde hay muchos centenarios tienden a mantenerse activas en términos de ejercicio físico, compromiso social, estimulación mental, creatividad y trabajo. Estas propensiones mantienen sus cerebros activos y, al hacerlo, podrían retrasar la aparición de la demencia senil.

Entre las muchas posibles razones del deterioro cognitivo en la vejez, una opinión es que los vasos sanguíneos más pequeños, los capilares, se bloquean, privando a las neuronas de la energía que necesitan para funcionar. Aquellos que son mentalmente muy activos podrían tener una cierta cantidad de redundancia incorporada en el cerebro, de modo que la sangre fluya a las células activas en el cerebro a través de vías alternativas. El ejercicio recalibra el cerebro de maneras que promuevan la cognición eficiente, ralenticen la demencia relacionada con la edad y extiendan nuestras vidas.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Nigel Barber Ph.D.

El Dr. Nigel Barber, es psicólogo evolutivo y autor de Why Parents Matter y The Science of Romance, entre otros libros.

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