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Verificado por Psychology Today

Relaciones

7 estrategias para lidiar con familiares difíciles

Así se puede mantener la integridad ante familiares difíciles.

Phovoir/Shutterstock
Fuente: Phovoir/Shutterstock

Nos guste o no, hay personas difíciles en todas partes. Es bastante seguro que en algún punto de tu vida te enfrentarás a una persona desafiante y tendrás que encontrar una manera de lidiar con ella. Sería fácil pensar: “¿para qué molestarse?” si estar alrededor de ella te causa angustia. Pero no es tan fácil. A veces estamos obligados a entrar en situaciones sobre las que no tenemos control.

El parentesco es una de esas circunstancias. De hecho, los familiares suelen ser las personas con las que es más difícil lidiar porque están conectados a nosotros de una manera más íntima y complicada. Con conocidos difíciles como amigos, colegas, amantes o vecinos, podemos limitar nuestro tiempo con ellos, ya sea esperando a que se resuelva el conflicto o hasta que decidamos alejarnos de la situación. Con los familiares, es casi obligatorio que aguantemos más para conservar la integridad del grupo familiar. En otras palabras, las relaciones personales pueden afectar a la familia entera. Si no te llevas bien con un integrante de la familia, puede agregar estrés y presiones sobre otras relaciones familiares.

Así que, ¿qué puedes hacer con estas personas que tal vez no te agradan mucho y podrías elegir no tener en tu vida pero aún así debes lidiar con ellas porque son familia?

1. No intentar cambiar a la persona difícil.

Hay que aceptarlos exactamente como son. (Esto aplica para todas las personas difíciles, no solo familiares). Es tentador intentar ayudar a alguien que te importa; tal vez hagas algunos esfuerzos por ayudar. A veces funciona, pero lo más seguro es que tus esfuerzos no sean recompensados. De hecho, intentar cambiar a alguien o mejorar su vida puede volverse un tremendo dolor de cabeza, ya que mientras más hagas por ellos, más querrán de ti. Acepta que son incapaces de cambiar, al menos en este momento. A menos de que veas un cambio verdadero, evidencias de que esta persona está haciendo el esfuerzo de escuchar y llegar a un acuerdo, puedes asumir que su comportamiento es lo que siempre ha sido. Es importante templar tus expectativas sobre lo que los otros pueden y quieren hacer.

2. Estar presente y ser directo.

Debes saber que una persona que esté intentando incitar un conflicto puede fácilmente detonarte emocionalmente e incluso físicamente, posiblemente elevando tu presión arterial y acelerando tu corazón. Intenta evitar entrar en una respuesta de luchar o huir, lo que inevitablemente lleva a ponerte a la defensiva. No quieres una pelea o una discusión acalorada. Mantente fiel a ti mismo, afianzado a tu propia integridad. Habla directamente y con asertividad al expresarte. Mantente enfocado en tus respuestas. Date cuenta cuando la discusión acelere al punto de no retorno, lo que significa que ya no se trata de resolver un conflicto, sino de ganar. Si llega a este punto, detén la interacción y deja la conversación.

3. Alentar a las personas difíciles a expresarse.

Permite que expongan por completo su punto de vista sobre el problema o conflicto sin interrumpirlos. ¿Por qué se sienten juzgados o criticados por otros? ¿Qué sienten que la gente no entiende sobre ellos? ¿Qué quieren o esperan de otros? La idea es permanecer tan neutral como sea posible. Simplemente escuchar en lugar de intentar participar puede ser suficiente para que alguien sienta que tiene la oportunidad de decir lo que piensa. Mostrar respeto ante nuestras diferencias con otros puede llegar muy lejos.

4. Observa los temas detonantes.

Inevitablemente habrá temas que representen puntos de desacuerdo o desarmonía. Reconoce cuáles son estos temas y ponte alerta cuando se mencionen estos temas. Tus experiencias pasadas podrán ayudarte, especialmente cuando te enfrentes a estos temas delicados. Prepárate para atender estos problemas de una manera directa y no confrontacional o para desviar el conflicto si la atmósfera se calienta demasiado.

5. Reconoce que algunos temas están completamente prohibidos.

Punto. El historial y las experiencias deberían decirte que esos temas deben evitarse a toda costa. Eso no significa que los asuntos importantes deban evitarse permanentemente. En lugar de eso, si tu experiencia de lidiar con ciertos asuntos te ha dejado estresado o emocionalmente vacío y la discusión no ha progresado lo suficiente como para representar una posible resolución, entonces es mejor evitar la discusión hasta que llegue un momento en el que ambas partes estén dispuestas a avanzar de manera constructiva.

6. Usualmente no se trata de uno.

Sí, es difícil evitar tomarse las cosas personalmente, especialmente cuando te atacan o te hacen sentir responsable por alguien más. Pero si observas la anatomía de un conflicto, puedes ver la manera en la que se desarrolla. Presta atención a la manera en la que las personas suelen avanzar en una discusión o argumento. Usualmente, al inicio se centra en un tema/desacuerdo/respuesta específico que molestó a la persona. Si se le permite continuar, la discusión puede volverse acalorada, acelerando rápidamente hacia ataques personales (lo que suele incluir intentar hacerte sentir responsable o culpable por no responder de la manera en la que alguien quería que lo hicieras). Si ya atravesaste por este tipo de interacción, haz un esfuerzo consciente para imaginar cómo se desarrollará antes de que suceda y córtalo de raíz.

7. Anteponer el bienestar propio.

Mientras que debes de mostrar respeto y atención a los demás tanto como te sea posible, no tienes por qué agobiarte o embrollar solo para que alguien más se sienta feliz o satisfecho o para mantener la paz. Nunca permitas que una interacción o relación infrinja o desafíe tu propio bienestar. Visualiza tus límites, ese territorio de protección entre tú y alguien más. Nadie tiene derecho a ocupar ese espacio a menos que tú los invites a hacerlo.

Y luego está esa situación especial en la que las familias se reúnen para una ocasión especial o festividad. Es mejor planearlo con anticipación para tener una idea de cómo se pasará ese tiempo con familiares. No dejes demasiado tiempo libre; no quieres meterte en una situación en la que te quedas solo con un familiar difícil con quien tienes un problema o conflicto, alguien que confronte, desafíe, agravie y básicamente te haga explotar. Rodéate de personas con las que te lleves bien, personas que te apoyen y cuiden, personas que estén ahí para disfrutar el tiempo juntos.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Abigail Brenner M.D.

Abigail Brenner, Médica, es psiquiatra con práctica privada. Es autora deTransitions: How Women Embrace Change and Celebrate Life y otros libros.

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