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Los puntos clave
- Una mentalidad positiva, priorizar las relaciones y perseguir el crecimiento personal conduce a la felicidad.
- Las personas felices escuchan activamente a los demás, se expresan abiertamente y practican la amabilidad.
- Las personas felices aceptan el cambio y se adaptan a los desafíos.
¿Quién no quiere sentirse más feliz? Todos queremos hacerlo. La felicidad es una búsqueda universal y, aunque a veces puede parecer esquiva, ciertos hábitos y comportamientos contribuyen constantemente a una vida más alegre y satisfactoria. Las personas felices a menudo comparten rasgos comunes que van más allá de las circunstancias externas.
El punto medio debería ser ponerte en una posición para la felicidad, pero no perseguirla ferozmente. Luchar frenéticamente por un estado perpetuo de felicidad puede hacer que pases por alto valiosas lecciones y crecimiento que provienen de enfrentar desafíos. Además, el miedo al fracaso en la búsqueda de la felicidad puede inducir estrés y ansiedad, lo que en última instancia socava el bienestar. Está bien establecido que cuando nos comparamos desfavorablemente a nosotros mismos o a nuestras vidas con los "mejores yoes" idealizados de los demás en las redes sociales, nos sentimos vacíos y deprimidos. Sin embargo, cuando tomamos acciones positivas y realistas para sentir alegría, nos sentimos más satisfechos.
A medida que aceptamos nuestra responsabilidad de adoptar un enfoque más equilibrado para sentirnos más contentos, nos damos cuenta de que podemos crear nuestra propia felicidad. Para hacerlo, necesitamos aprender de las experiencias positivas y negativas, lo que nos llevará por un camino más sostenible hacia la satisfacción genuina.
Las personas felices tienden a seguir tres pasos cruciales y alcanzables:
1. Cultivan una mentalidad positiva.
Uno de los aspectos fundamentales de la felicidad es la capacidad de mantener una mentalidad positiva. Uno de mis amigos, que tiene un comportamiento optimista constante, elige concentrarse en los aspectos positivos de su vida, incluso ante los desafíos. Esto no significa que ignore las dificultades o finja que todo es perfecto; más bien, es capaz de replantear las situaciones bajo una luz más optimista.
Como algunos de mis colegas y yo compartimos recientemente en una fascinante discusión grupal, el pensamiento positivo no se trata de negar la realidad, sino de abordar los desafíos con una perspectiva orientada a la solución. Las personas felices practican la gratitud con regularidad, reconociendo y apreciando las cosas buenas de sus vidas, sin importar cuán pequeñas sean.
La gratitud se ha relacionado con un mayor bienestar y satisfacción general con la vida. Descubrí que cuando comparto con personas agradecidas cuánto me impacta positivamente su actitud, refuerza su práctica de gratitud y mi devoción por ser agradecido. Podemos estar agradecidos por todas las cosas buenas de nuestras vidas, así como agradecidos por superar nuestro dolor y sufrimiento.
Durante mis 30 años como psicólogo, he visto que las personas felices tienden a rodearse de positividad. Buscan relaciones edificantes, se involucran en actividades que les traen alegría y evitan conscientemente la negatividad. Al fomentar una mentalidad y un entorno positivos, crean una base para una felicidad duradera.
2. Buscan relaciones significativas y extienden amabilidad.
Las conexiones humanas juegan un papel fundamental en la felicidad. Las personas felices invierten tiempo y esfuerzo en construir y mantener relaciones significativas con familiares, amigos y la comunidad. Estas conexiones brindan apoyo emocional, un sentido de pertenencia y experiencias compartidas que contribuyen a una vida rica y satisfactoria.
Priorizar las relaciones también implica comunicación efectiva y empatía. Las personas felices escuchan activamente a los demás, se expresan abiertamente y practican la amabilidad. Entienden el valor de la conexión y hacen un esfuerzo consciente para nutrir y fortalecer sus lazos.
Además, las personas felices a menudo participan en actos de bondad y generosidad, que no solo benefician a los demás sino que también contribuyen a su sensación de bienestar. Los actos de bondad, ya sean grandes o pequeños, crean un ciclo de retroalimentación positiva, fomentando un sentido de propósito y satisfacción.
3. Persiguen el crecimiento personal.
El crecimiento personal continuo es un sello distintivo de las personas felices. Ven los desafíos como oportunidades de aprendizaje y desarrollo en lugar de obstáculos. Uno de mis mentores de felicidad personal me sorprende con su devoción por establecer y trabajar hacia metas personales y el sentido de propósito y logro que obtiene al hacerlo.
Las personas felices abrazan el cambio y la adaptabilidad, reconociendo que la vida es un viaje dinámico con espacio para el crecimiento y la mejora. Priorizan el autocuidado y el bienestar, incorporando actividades que promueven la salud física, mental y emocional en sus rutinas diarias.
Además, cultivar una mentalidad de crecimiento permite a las personas felices ver los fracasos no como contratiempos, sino como valiosas experiencias de aprendizaje. Entienden que los reveses son una parte inevitable de la vida y los usan como escalones hacia el desarrollo personal.
Reflexiones finales
La felicidad es una experiencia multifacética y profundamente personal. Sin embargo, las personas pueden crear una base sólida para una satisfacción duradera cultivando una mentalidad positiva, priorizando las relaciones significativas y persiguiendo activamente el crecimiento personal. Estos pasos sirven como una hoja de ruta para navegar por los altibajos de la vida con resiliencia, gratitud y un sentido de propósito.
A version of this article originally appeared in English.
