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Verificado por Psychology Today

Personalidad

15 cosas que hacen las personas manipuladoras para controlarte

Ser manipulado se siente horrible, hasta que te das cuenta de lo que está pasando realmente.

LightField Studios/Shutterstock
Fuente: LightField Studios/Shutterstock

La mayoría de nosotros podemos reconocer fácilmente la familiar y desagradable experiencia de ser manipulado emocionalmente. El sentimiento es reconocible inmediatamente, aunque no siempre es fácil identificar cómo se está haciendo. Incluso puede volverse difícil confiar en el juicio propio cuando los hechos y las realidades que alguna vez parecieron fácilmente identificables están siendo retorcidos para trabajar en tu contra. Para ayudar a iluminar la manera en la que esto pasa, he compilado una lista (parcial) de técnicas de manipulación utilizadas por las personas que tratan así a sus parejas. Pero incluso si reconoces algún aspecto de tu propia relación mientras lees esto, no te enojes; solo es importante entender por qué los manipuladores hacen lo que hacen.

Antes que nada, los manipuladores sobresimplifican. Pueden convertir losdesacuerdos en juicios morales, presentándose ellos como del lado de los ángeles y a ti del otro lado. “Yo nunca sería capaz de vivir conmigo mismo si hiciera lo que tú hiciste”, podrías escuchar. Inherente en esta declaración está la reducción de una situación complicada a algo en blanco y negro, correcto e incorrecto; si no estás de acuerdo con el manipulador, automáticamente eres irracional. No se reconocen matices; no se considerará ninguna interpretación alternativa.

Los manipuladores también cambian el enfoque de la discusión hacia perspectivas que los favorecen. Las circunstancias pueden voltearse, incluso hasta reducirse a una formulación que favorece su propio punto de vista. Podrías escuchar: “yo nunca te trataría así” mientras que cualquier complejidad en la situación es ignorada. Peor aún, las palabras “nunca” y “siempre” pueden destacar la tendencia del manipulador a la generalización, haciendo que un incidente parezca una regla, lo que sobresimplifica y divide la discusión en bandos buenos y malos. Emocionalmente, el enojo o dolor que se expresa en discusiones como estas pueden ser abrumadoras, al punto en el que se siente como si debieras disculparte o ceder rápidamente.

El vocabulario manipulador también se vuelve exagerado, por ejemplo, cuando un favor que se pide dos veces se describe como “acoso”. Y eventos ambiguos o gestos podrían ser imbuidos de significado, de maneras que parecen imposibles de debatir. Por ejemplo, un comentario casual que hagas podría ser interpretado por un manipulador como representación de un enorme defecto de carácter. Una vez trabajé con alguien que me dijo que una vez había estirado la mano para tomar la mano de su novia mientras cruzaba la habitación delante de él, solo para ser repudiado por ser “menos que un hombre” por el gesto de acercamiento. Además, al discutir con alguien con cualidades manipuladoras, uno también podría encontrar que exagera sus reacciones emocionales, como: “¿no puedes ver el daño que me estás ocasionando? ¡Estoy tocando fondo!” Los eventos podrían presentarse de maneras que enfatizan la profundidad del dolor que han causado en el manipulador, lo que le permite al manipulador obtener más concesiones. Adicionalmente, este tipo de manipulación hace una petición explícita hacia la culpa. Podrías escuchar: “¡Pero hoy me siento tan deprimido! ¿No puedes simplemente hacer esto por mí?” E incluso cuando has estado intentando hablar sobre un problema tuyo, un manipulador crónico tiende a ignorarte y aprovechar la oportunidad para enfocarse en su propio dolor.

Este tipo de comportamiento sugiere que los manipuladores están proyectando sus propias preocupaciones hacia el resto del mundo, encontrando evidencias en él para respaldar sus preconcepciones e interpretándolo a través de la lente de su propia infelicidad. La actitud defensiva que surge suele causar que evadan la responsabilidad por su propio comportamiento, hasta el punto en el que clara y abiertamente argumentan algo, pero luego lo niegan. Y si alguna vez anotas un punto contra alguien que está discutiendo con un estilo manipulador, podrías encontrar que el enfoque del argumento repentinamente cambia hacia otro punto, uno que te costará más refutar. Suelen traer a la discusión conceptos no relacionados para apoyar el punto, de maneras que son confusas o desestabilizadoras. En general, usualmente sentirás como que estás “caminando sobre cristales” alrededor de una persona que se comporta de esta manera, sin saber qué podría detonarla. Indica que el manipulador es inseguro en cuanto a asumir responsabilidad y reconocer que él también tiene defectos.

Una vez que empiezas a reconocer esto, verás que estas técnicas de manipulación no suelen surgir de intenciones maliciosas. Ocurren debido a una profunda desregulación emocional, emparejada con insuficiencia en las habilidades de afrontamiento. Las personas que manipulan están expresando su dolor y confusión internos en el contexto de sus relaciones al atacar en lugar de acercarse o insultar en lugar de disculparse, o culpar en lugar de aceptar responsabilidad. No son capaces de lidiar con la infelicidad dentro de sí mismos, así que la proyectan hacia los demás. Esto suele ser cierto en el caso del trastorno limítrofe de la personalidad, donde quien la padece experimenta profundas disrupciones en su sentido del ser, mientras que sus relaciones cercanas reciben daños colaterales. Las personas con trastorno limítrofe de personalidad pueden sentir necesidades profundas y extremas de sentir amor y aceptación, pero encuentran que estas necesidades suelen ser bloqueadas por los desafíos típicos que presentan las relaciones. El resultado es un tipo de hipersensibilidad emocional y sobrereacción así como una reversión a mecanismos de defensa primitivos, como la negación. En respuesta a la frustración y el enojo que sienten cuando no pueden satisfacer sus poderosas necesidades internas, las personas con trastorno limítrofe de personalidad recurren a los comportamientos manipuladores descritos arriba.

Mientras que no todas las instancias de manipulación son evidencias de trastorno limítrofe de personalidad, sigue siendo importante entender las transformaciones intrapsíquicas que provocan este comportamiento. Las acciones y argumentaciones manipuladoras como las mencionadas arriba pueden causar grandes cantidades de daño o incluso arruinar una relación si nadie lo reconoce como una expresión de necesidad en lugar de un esfuerzo por dominar.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Loren Soeiro, Ph.D. ABPP

El Dr. Loren Soeiro, miembro del ABPP, es psicólogo con práctica privada en Nueva York, especializado en ayudar a las personas a encontrar el éxito, la realización y paz en sus relaciones y su trabajo.

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