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Verificado por Psychology Today

Relaciones familiares

10 razones por las que sus hijos adultos lo odian

¿Por qué la relación parece tan deteriorada?

¿Por qué no visitan para Navidad y otras celebraciones? ¿Nunca responden correos o mensajes de texto? ¿Sufre silenciosamente (o no tanto) la separación y distanciamiento de su familia? ¿Los niños con los que siempre quiso entablar una relación de amigos no solo son decididamente antipáticos, sino también siguen molestos por algo que ni siquiera recuerda? De acuerdo con mis clientes que no se llevan bien con sus padres, más de 40 grupos de redes sociales para padres separados e investigaciones recientes, he aquí las diez razones principales por las que esto sucede:

1. Insistir en tener la razón. Todos tenemos diferentes versiones sobre el pasado, incluso si es un pasado que vivimos al mismo tiempo. Pero mientras insistamos en que nuestra versión es la correcta, ellos no tienen derecho a la suya. Aceptar sus historias como verdaderas para ellos ayudará mucho.

2. No saber quiénes son ahora. La vida les ha enseñado lecciones que nosotros no conocemos. No son las mismas personas que cuando eran niños, aunque parezca que lo son. Es fundamental nunca asumir que todavía sabemos lo que piensan y sienten.

3. Seguir percibiéndolos como niños pequeños aunque ya no lo son. Ella era una derrochadora, él no era un buen chico, ella era la chica buena, él era el pacificador. Pero ahora ella maneja un presupuesto de un millón de dólares, él tiene un trabajo responsable, ella es un completo desastre y él se mete sin invitación a cada pelea familiar. Se merecen la oportunidad de mostrarnos quiénes son ahora, puede que hasta nos sorprendan.

4. Creer que el divorcio ya no les molesta. Puede que todavía estén enojados por eso. Aunque parezca increíble, puede ser necesario explicar una vez más que no fue su culpa. Admitir nuestra incapacidad para prevenirlo. Reconocer el dolor que causó la separación, incluso si fue hace mucho tiempo. Escuchar cómo fue para ellos sin estar a la defensiva y expresar nuestro propio pesar. Hacerles saber que ellos pueden seguir adelante, porque nosotros mismos ya lo hicimos.

5. No dejar que tengan sus propias vidas. Ahora son adultos, tienen derecho a su estilo de vida, religión, parejas, decisiones y opciones.

6. Ignorar los límites. Involucrarse en cosas que no son de nuestra incumbencia, como sus matrimonios. Contarles sus secretos a otros, incluso a sus hermanos. No dejar de atosigarlos, insistir incontables veces en que hagan algo que no quieren o que deciden no hacer.

7. Oír pero no escucharlos. Interrumpirlos antes de que terminen. Decirles cosas en vez de preguntarles. Hablar por encima de ellos, no con ellos. Con solo callarnos y entender sus palabras antes de responder de forma apresurada lograremos un gran avance. Si algo no queda claro, no pasa nada si les pedimos que lo expliquen de nuevo.

8. Tomar partidos. Las peleas entre hermanos ya pasaron a ser solo asunto de ellos, si es que alguna vez no lo fueron. Dejemos que ellos lo resuelvan, sin importar quién creamos que tiene razón. A menos de que podamos ser verdaderamente neutrales, debemos rehusarnos a mediar.

9. Triangular. Al no ser capaces de obtener lo que queremos de un hijo, trata de lograrlo a través de otro, o incluso a través de sus parejas o las nuestras. Insistimos en que nos cuenten las confidencias que otros les han revelado. Involucramos a una tercera persona en un asunto que es solo entre dos o debería serlo.

10. Exceder las libertades. Solo porque seguimos siendo sus padres, no significa que podamos interferir en sus vidas Necesitamos retroceder y esperar a que pidan ayuda, una opinión o solamente comprensión. Ayuda imaginar que hay una puerta entre los dos; primero debemos tocar y no entre a menos que nos inviten, incluso si la puerta es más que una metáfora.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Jane Adams Ph.D.

La Dra. Jane Adams, es psicóloga social, escritora y conferencista. Es autora de varios libros, entre ellos: I'm Still Your Mother, When Our Grown Kids Disappoint Us y Boundary Issues.

Online:
JaneAdams.com
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