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Verificado por Psychology Today

Sueño

Si tu pareja está acostada, tú también deberías

Cuando los patrones de sueño divergen, es más difícil mantener una conexión.

wavebreakmedia/Shutterstock
Fuente: wavebreakmedia/Shutterstock

Una investigación realizada por el instituto Gottman muestra que muchos matrimonios se terminan debido a la pérdida de intimidad y conexión, especialmente después de 10 a 12 años en la relación. Pero este “alejamiento silencioso” suele empezar mucho antes. Una persona empieza a sentirse infeliz con la falta de cercanía en la relación: menos conexión, menos intimidad, menos conversación, menos tiempo juntos, menos apreciación, etc.

Alrededor de tres años y medio después de iniciada la relación, las parejas también tienden a dejar de irse juntas a la cama.

Hay muchas maneras de hacer que la relación se vuelva “a prueba de alejamientos”, como tener noches de cita regulares, sorprenderse el uno al otro, llenar la “cuenta bancaria emocional” del otro o agradecerse mutuamente. Sin embargo, uno de los hábitos más fáciles de ajustar es irse a la cama al mismo tiempo, por lo menos cinco noches por semana, con mucho tiempo para conectar antes de quedarse dormidos. Pero la investigación muestra que un 75% de las parejas no se van a la cama al mismo tiempo, usualmente porque una persona está navegando en internet, trabajando o viendo la televisión.

El investigador Jeffrey Larson encontró que

"Las parejas cuyos patrones para despertar y dormir no están parejos (por ejemplo, una persona que se siente mejor por las tardes casada con una que se siente mejor por las mañanas) reportan mucho menos adaptación marital, más conflicto marital, menos tiempo dedicado a conversaciones serias, menos tiempo dedicado a actividades conjuntas y menos frecuencia en el coito sexual que las parejas con patrones similares.”

¿Otra buena razón para irse a acostar al mismo tiempo? Hace que las parejas femeninas vean las interacciones diurnas desde una perspectiva más positiva al día siguiente. Es bastante impresionante que un gesto tan simple y fácil de cercanía le de a la mujer una visión rosada para las interacciones del día siguiente. (Para los hombres en pareja, simplemente tener una buena noche de sueño los hace sentirse más optimistas con sus interacciones con sus parejas al día siguiente (Hasler y Troxel, 2010).)

Wendy Troxel, psicóloga especialista en medicina clínica del sueño, dice que “para muchas parejas, ese momento en la cama antes de dormir es el más valioso e importante”.

Ese tiempo suele ser clave para abrazarse, lo que según las investigaciones le ayuda a las personas a sentirse protegidas y relajadas. También puede inspirar sentimientos de amor, felicidad, comodidad, satisfacción, acercamiento y apreciación. Abrazarse también es un tiempo en el que muchas personas hablan sobre sus relaciones, el futuro, el trabajo o la escuela, películas, amigos y familia (van Anders, Edelstein, Wade, y Samples-Steele, 2012). Las investigaciones también sugieren que cuando las parejas hablan después del sexo, las “conversaciones de almohada”, la oxitocina puede elevar la probabilidad de que revelarán sentimientos positivos hacia el otro, lo que se asocia con confianza, satisfacción con la relación y cercanía.

Pero es importante mantener el celular fuera de la recámara, ya que mirar al teléfono mientras hablas con tu pareja puede reducir la satisfacción con la relación. Mientras se están quedando dormidos, consideren abrazarse, ya que un estudio encontró que las parejas que duermen a menos de tres centímetros de distancia tenían más probabilidades de estar contentas con sus relaciones que aquellas que mantenían una distancia de más de 70 centímetros. Más parejas que hacían contacto durante la noche también eran más felices que aquellas con una regla de “no tocar” mientras duermen.

Y ¿qué pasa si estás en un punto muerto entre un animal nocturno y ave tempranera? ¿Qué pasa si de verdad quieres relajarte y desestresarte por tu cuenta antes de enfocarte en el tiempo con tu pareja? Lleguen a un acuerdo de irse a acostar más temprano y al mismo tiempo, al menos algunas noches por semana. Si les parece demasiado difícil romper o modificar sus hábitos de irse a la cama, empiecen el hábito en vacaciones (como sugiere Charles Duhigg en El Poder de los Hábitos); ajusten sus señales (como poner una alarma para irse a la cama); o empieza una discusión con tu pareja sobre los beneficios potencialmente poderosos de irse a la cama al mismo tiempo, al menos algunas veces.

Erin Leyba, autora de Joy Fixes for Weary Parents (2017), es consejera para individuos y parejas en los suburbios de Chicago: www.erinleyba.com. Puedes seguir su blog www.thejoyfix.com, o seguirla en Facebook.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Erin Leyba LCSW, Ph.D.

La Dra. Erin Leyba, Trabajadora social acreditada, es autora de Joy Fixes for Weary Parents; se especializa en relaciones, ansiedad, duelo y pérdida; y habla con grupos de padres sobre la crianza gozosa y presente.

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