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Verificado por Psychology Today

Sandeep Vaishnavi M.D., Ph.D.
Sandeep Vaishnavi M.D., Ph.D.
Neuroplasticidad

¿Qué es la neuroplasticidad y por qué importa?

Tu cerebro cambiante puede cambiar tu vida.

Los puntos clave

  • La neuroplasticidad se refiere a la capacidad del cerebro para cambiar físicamente.
  • Muchos trastornos, incluida la depresión, pueden deberse a redes cerebrales disfuncionales.
  • EMT mejora la neuroplasticidad del cerebro para mejorar el funcionamiento cerebral.
  • La mejora de las redes cerebrales disfuncionales puede conducir a mejorar síntomas de trastornos cerebrales.

Neuroplasticidad. La palabra se ha convertido en la palabra de moda en el campo de la neurociencia. La neuroplasticidad se refiere a la moldeabilidad y variabilidad del cerebro. Hace décadas, los científicos pensaban que el cerebro adulto era estático e inmutable. Ahora hemos aprendido que el cerebro adulto puede crecer y cambiar, principalmente cambiando la fuerza y la cantidad de conexiones entre las neuronas. De hecho, cada vez que aprendemos algo, nuestro cerebro cambia un poco.

Podemos pensar en la neuroplasticidad en múltiples niveles, desde la perspectiva de la red cerebral hasta el nivel sináptico (o estructural). A nivel de red, se pueden cambiar las conexiones dentro y entre las principales redes cerebrales, como la red de control cognitivo, la red de modo predeterminado y la red de prominencia. A nivel sináptico, puede haber crecimiento físico de ramas dendríticas y espinas. Este crecimiento de dendritas puede conducir a un aumento de la fuerza sináptica, es decir, se puede fortalecer la conexión entre dos neuronas en una sinapsis particular.

Todas estas son muy buenas noticias para las personas que padecen trastornos cerebrales. El hecho de que nuestros cerebros puedan modificarse físicamente y que las redes cerebrales sean moldeables ofrece la esperanza de modular y mejorar las redes cerebrales que son disfuncionales. Aún mejor, ahora tenemos la tecnología para mejorar directamente las redes cerebrales disfuncionales. Esta tecnología, la estimulación magnética transcraneal (EMT), utiliza pulsos magnéticos para provocar cambios en la actividad eléctrica del cerebro. Como dice el viejo refrán de las neurociencias, las neuronas que se activan juntas juntas generan conexiones: a medida que las neuronas de una determinada red se activan juntas una y otra vez debido a los pulsos magnéticos, forman más conexiones físicas a través del crecimiento dendrítico. Cuantas más conexiones físicas, mejor funciona la red.

Es difícil exagerar hasta qué punto esto supone un cambio de paradigma. En el pasado, nos hemos centrado en la química (farmacología) mucho más que en la electricidad. Sin embargo, el cerebro funciona mediante electricidad y química, y la EMT ahora nos permite tratar el cerebro a nivel eléctrico de una manera segura y precisa. Actualmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. ha aprobado la EMT para el tratamiento del trastorno depresivo mayor, el trastorno obsesivo compulsivo y las migrañas. Existe la esperanza de que esta tecnología pueda usarse en el futuro para otras afecciones cerebrales, incluidas las lesiones cerebrales traumáticas, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno bipolar e incluso deterioros cognitivos como la enfermedad de Alzheimer.

La EMT funciona como complemento de los medicamentos y la terapia. Juntos, utilizando todas estas herramientas, podemos estar en condiciones de moldear y mejorar los cerebros de personas que han sufrido trastornos cerebrales crónicos, brindando esperanza cuando antes no la había. Y tenemos que agradecer todo esto a la neuroplasticidad, aprovechando el carácter plástico de nuestro cerebro, desde plástico hasta potencialmente fantástico.

A version of this article originally appeared in English.

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