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Verificado por Psychology Today

Relaciones

¿Por qué es tan común que no te agrade una persona que amas?

¿Te has preguntado por qué es más fácil amar a alguien que sentir que te agrada?

Los puntos clave

  • Querer a alguien significa sentirnos emocionalmente seguros yb tranquilos con esa persona.
  • Nos suele gustar la gente que tiene un alto grado de salud emocional y autorregulación.
  • El deleite espontáneo de estar con alguien es señal de que nos agrada.

¿Alguna vez has considerado que algunas de las personas que amas no son personas que te agradan? ¿Cómo puede ser?

No me atreveré a definir lo que significa amar a alguien, más que sugerir que amar a una persona implica que nos preocupamos por ella y queremos que sea feliz. Tenemos un lugar cariñoso en nuestro corazón que aprecia a esta persona y valoramos las cosas buenas de la relación.

¿Qué hace falta para que alguien nos agrade?

Puede sonar extraño, pero a menudo es más fácil amar a alguien que sentir simpatía por esa persona. El amor puede existir separado de nuestras interacciones diarias con una persona. Cuando pensamos en ella, podemos sentir un cálido resplandor en nuestro corazón. Podríamos experimentar afecto, cuidado y amabilidad hacia la persona. Pero si pasamos más de una hora juntos, o quizás más de dos minutos, podríamos preguntarnos por qué decidimos pasar tanto tiempo con esta persona.

Considera tu relación con tus padres o hermanos. Quizás recibiste la bendición de tener personas comprensivas, amables y atentas. Si es así, es posible que los ames y te agraden. Disfrutas de su compañía, disfrutas el tiempo que pasan en conjunto y ansías llamarlos o visitarlos durante tus vacaciones. Si es así, ¡tienes mucha suerte!

Pero muy a menudo escucho historias de amigos y de pacientes que tienen relaciones tensas con sus familiares. Los aman, pero la relación está lejos de ser enriquecedora. Después de una visita o una llamada telefónica, se sienten agotados y drenados. Necesitan un amplio tiempo de recuperación. Pueden prometer pasar menos tiempo juntos en el futuro. Pero su amor y cuidado pueden anular ese voto más tarde, hasta que se les recuerde una vez más que simplemente no les gusta esta persona.

Si esto resuena contigo, tal vez un pariente, un amigo o incluso tu cónyuge puede venir a la mente como alguien que te importa y amas. Pero simplemente no puedes soportar estar cerca de esta persona por mucho tiempo.

Todos tenemos la necesidad de ser escuchados, valorados y apoyados. Anhelamos una sensación de tranquilidad con alguien. Sin embargo, parece que nunca llegamos allí con estas personas. A menudo, las personas más cercanas a nosotros tienen su propia agenda para nosotros. Puede que se preocupen por nosotros, pero quieren que seamos felices en sus términos diciéndonos qué hacer, sentir o pensar. O están tan consumidos por sus propias preocupaciones y actividades que no tienen mucho ancho de banda para atender nuestros sentimientos, necesidades y preocupaciones. A medida que comenzamos a hablar de nosotros mismos, es posible que rápidamente dirijan la conversación hacia ellos mismos.

Ingredientes necesarios para que alguien nos agrade

La base para que alguien te guste es sentirte emocionalmente seguro con esa persona. Nos sentimos cómodos hablando con ellos o estando juntos en silencio; no hay presión para mantener la conversación. No nos sentimos obligados a cuidar nuestras palabras o defendernos. Nos resulta fácil estar presente con ellos. Podemos ser serios, así como alegres y humorísticos. Nos sentimos felices, comprometidos y encantados de estar en su presencia. El deleite espontáneo de estar con una pareja, un amigo o un pariente es una señal reveladora de que nos gusta.

Nos suele gustar la gente emocionalmente sana, que tiene un alto grado de autoestima y autorregulación, una disposición agradable y confianza en sí misma sin ser arrogante y controladora. Es más difícil que te gusten las personas que tienen problemas emocionales. Sin una capacidad saludable para la autorregulación, es más probable que las personas arremetan con ira, sarcasmo y culpa. Son más propensas a actuar sus sentimientos en lugar de expresarlos de una manera no violenta y no amenazante. Es más difícil sentir simpatía por las personas que están absortas en sí mismas, consumidas por la vergüenza, que no son auténticas, que son demasiado habladoras sin corresponder prestando atención a nuestro mundo o que no están dispuestas a mostrar vulnerabilidad.

Puede haber más complejidad en cuanto a por qué no te agrada una persona. Tal vez encarna una vulnerabilidad que te inquieta porque tienes aversión hacia tu propia vulnerabilidad. Tal vez tenga más logros que tú y te intimide. Tal vez te recuerde a un padre o ex pareja que no te agrada. O tal vez sea santurrona y te recuerde demasiado a tu propia santurronería desagradable. Tal vez te desagrada un amigo que se separó de su pareja; en realidad podrías sentir celos porque a una parte de ti le gustaría hacer lo mismo. A medida que descubras estos aspectos sombríos de por qué no te agrada alguien, algo podría cambiar dentro de ti, y luego entre ambos.

No estoy sugiriendo que elimines a las personas que no te agradan; es una bendición tener personas en tu vida a las que amas y aprecias. Pero sí sugiero que mantengas la apertura hacia conectarte con personas con las que experimentes un deleite espontáneo y, lo que es más importante, que cultives esas cualidades que te gustan de los demás dentro de ti.

© John Amodeo

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
John Amodeo Ph.D., MFT

El Dr. John Amodeo, Terapeuta Familiar y Matrimonial, es autor de Dancing with Fire: A Mindful Way to Loving Relationships y de Love & Betrayal.

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