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Verificado por Psychology Today

Adicción

Ocho razones por las que nos aburrimos

El aburrimiento puede ser visto como una crisis de deseo.

William Perugini/Shutterstock
Fuente: William Perugini/Shutterstock

La forma más común de definir el aburrimiento en la cultura occidental es no tener nada que hacer. El aburrimiento es considerado generalmente como un estado emocional desagradable en el que el individuo siente un desinterés generalizado y dificultades para concentrarse en su actividad actual. Esta afección corresponde más precisamente a la expresión francesa “ennui”, una percepción existencial de la inutilidad de la vida. El “ennui” es una consecuencia de aspiraciones incumplidas (Goodstein, 2005).

El aburrimiento es una experiencia universal. Casi todo el mundo lo sufre en el transcurso de su vida. Las estimaciones de encuestas existentes muestran que entre el 30 y el 90 por ciento de los adultos estadounidenses experimentan aburrimiento en algún momento de su vida cotidiana, así como entre el 91 y el 98 por ciento de los jóvenes (Chin et al., 2017). Los hombres generalmente se aburren más que las mujeres. También existe una relación positiva entre un nivel educativo muy bajo y el aburrimiento.

El aburrimiento es predictivo de la soledad, la ira (“fiebre de las cabañas”), la tristeza y la preocupación. Como dijo Kierkegaard, el aburrimiento es “la raíz de todo mal”. El aburrimiento es una fuerza tan motivadora que la gente hace todo tipo de cosas para aliviarse del padecimiento. La gente crónicamente aburrida tiene un mayor riesgo de adicción a las drogas, alcoholismo y apuestas compulsivas.

Estas son algunas de las principales causas del aburrimiento:

1. Monotonía en la mente

El aburrimiento es similar a la fatiga mental y es causado por la repetición y el desinterés en los detalles de nuestras tareas (como aquellas que requieren atención continua, las esperas en el aeropuerto y el encierro de los prisioneros en sus celdas). Cualquier experiencia predecible y repetitiva se torna aburrida. En general, demasiado de lo mismo y muy poco estímulo puede causar en su víctima ausencia de deseo y sensación de aprisionamiento (Toohey, 2012).

2. Falta de flujo

El flujo es un estado de inmersión total en una tarea que es desafiante pero que está estrechamente emparejada con nuestras habilidades, similar a “estar en la zona”. El flujo se produce cuando las habilidades de una persona coinciden con el nivel de desafío presentado por el entorno y cuando una tarea incluye objetivos claros y comentarios inmediatos. Las tareas que son demasiado fáciles son aburridas. Por el contrario, las tareas que las personas perciben como demasiado difíciles causan ansiedad.

3. Necesidad de novedad

Algunas personas son más propensas a aburrirse que otras. Las personas con una gran necesidad de novedad, emoción y variedad corren el riesgo de caer en el aburrimiento. Es probable que estos buscadores de emociones (por ejemplo, paracaidistas) piensen que el mundo se mueve muy lentamente. La necesidad de estímulos externos puede explicar por qué las personas extrovertidas tienden a ser particularmente propensas al aburrimiento. La búsqueda de novedades y la toma de riesgos es la forma en que estas personas se automedican para curar su aburrimiento.

4. Prestar atención

El aburrimiento está relacionado con problemas de atención. Lo que nos aburre nunca llama nuestra atención. Después de todo, es difícil estar interesado en algo cuando es imposible concentrarse en ello. Las personas con problemas de atención crónicos, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tienen una alta tendencia al aburrimiento.

5. Conciencia emocional

Las personas que carecen de conciencia de sí mismos son más propensas a aburrirse. Una persona aburrida es incapaz de articular lo que desea o quiere hacer. Tienen problemas para describir sus sentimientos. La incapacidad de saber lo que hará feliz a una persona puede causar un aburrimiento existencial más profundo. No saber lo que estamos buscando significa que carecemos de la capacidad para elegir metas apropiadas de interacción con el mundo (Eastwood, 2012).

6. Habilidades de diversión interior

Las personas que carecen de los recursos internos para enfrentarse al aburrimiento de manera constructiva dependerán de la estimulación externa. Al carecer de habilidades de diversión interior, el mundo externo nunca brindará suficiente emoción y novedad.

7. Falta de autonomía

La gente se aburre mucho cuando se siente atrapada. Y sentirse atrapado es una gran parte del aburrimiento. Es decir, están atascados o limitados, por lo que no pueden hacer lo que quieren. Por ejemplo, la adolescencia es un período muy alto de aburrimiento, en gran parte porque a los niños y adolescentes no se les da mucho control sobre lo que quieren hacer.

8. El papel de la cultura

En muchos sentidos, el aburrimiento es un lujo moderno (Spacks, 1996). El aburrimiento literalmente no existía hasta fines del siglo XVIII. Surgió cuando la Ilustración estaba dando paso a la Revolución Industrial. Al principio de la historia de la humanidad, cuando nuestros antepasados debían pasar la mayor parte de sus días procurando comida y refugio, el aburrimiento no era una opción.

El aburrimiento también tiene sus beneficios. Es importante ver al aburrimiento como una “llamada a la acción” (Svendsen, 1999). Nietzsche sugirió que los hombres de sensibilidad especial valoran el aburrimiento como un impulso para lograr objetivos. El aburrimiento puede ser un catalizador para la acción. Puede brindar una oportunidad para el pensamiento y la reflexión. También puede ser una señal de que una tarea es una pérdida de tiempo y, por lo tanto, no vale la pena continuar.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Shahram Heshmat Ph.D.

El Dr. Shahram Heshmat, es profesor asociado emérito de economía de la salud de la adicción en la Universidad de Illinois en Springfield.

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