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Verificado por Psychology Today

Jeffrey N Pickens Ph.D.
Jeffrey N Pickens Ph.D.
Redes sociales

Las redes sociales y los cerebros adolescentes en desarrollo

Los expertos están haciendo sonar la alarma sobre el uso de las redes sociales y la salud mental de los adolescentes.

Los puntos clave

  • Los expertos coinciden en que el uso de redes sociales puede estar comprometiendo la salud mental de jóvenes
  • Varios factores llevan a adolescentes a abusar de las redes, desde la presión de compañeros hasta aburrimiento
  • La realidad virtual y las redes sociales no pueden sustituir el juego y las interacciones del mundo real
  • Para promover una buena salud mental, considera limitar las redes sociales y el tiempo frente a la pantalla
Fuente: Imagen por Jan Vašek de Pixabay (2024)
Fuente: Imagen por Jan Vašek de Pixabay (2024)

En la primavera de 2023, el Cirujano General de los Estados Unidos publicó un aviso basado en evidencia cada vez mayor de que el uso de las redes sociales está dañando la salud mental de los jóvenes. ¿Esta tecnología social está comprometiendo el bienestar mental de nuestros hijos? Según el informe del Cirujano General de 2023, el uso frecuente de las redes sociales por parte de los adolescentes cambia el cerebro en desarrollo y afecta negativamente funciones como la atención, el control de los impulsos, la autoestima, el aprendizaje emocional y la regulación del estado de ánimo.

Las redes sociales ofrecen algunos beneficios para los jóvenes como herramienta educativa y como plataformas de socialización e identidad compartida. Sin embargo, el uso excesivo de las redes sociales puede ser perjudicial para la salud mental de los jóvenes y provocar problemas como el uso compulsivo de Internet, alteraciones del sueño, aumento del estrés y otros problemas. La fundación Anne E. Casey informó que los siguientes son factores clave del uso de las redes sociales por parte de los adolescentes:

• Deseo de conectarse con los demás.

Miedo a perderse de algo (FOMO).

• Ceder a la presión social.

• Sentimientos de estrés, ansiedad o aburrimiento.

Teniendo en cuenta estos factores, el uso de las redes sociales es bastante generalizado en la vida de la mayoría de los adolescentes, y alrededor del 95% de los jóvenes de 13 a 17 años informan que participan diariamente en las redes sociales. Muchas plataformas intentan limitar a los usuarios a aquellos de al menos 13 años de edad, pero las encuestas sugieren que casi el 40% de los niños más jóvenes de 8 a 12 años utilizan las redes sociales. Los niños que pasan más de 3 horas al día en sitios de redes sociales corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental.

¿Por qué el uso de las redes sociales debería representar un riesgo para el bienestar de niños y adolescentes? Las investigaciones sugieren que el aumento del tiempo frente a la pantalla digital se correlaciona con problemas; desde la interrupción del sueño hasta el aumento del estrés, y desde las dismorfias corporales hasta la disminución de la regulación del estado de ánimo. ¿Qué está pasando en el cerebro de los adolescentes?

Una posible explicación puede provenir de investigaciones en neurociencia que muestran que los cerebros jóvenes crecen mejor cuando experimentan entornos del mundo real y no en la realidad virtual. La investigación iniciada por Donald Hebb (1949) comparó animales criados en “entornos complejos” (jaulas que contienen una variedad de juguetes, objetos o compañeros de juego) con animales criados en jaulas vacías etiquetadas como “entornos empobrecidos”. Los animales criados en entornos más complejos generalmente desarrollaron cerebros más grandes que los animales de entornos empobrecidos. Desde entonces, muchos estudios han confirmado que entornos más complejos y enriquecidos ayudan a que los cerebros en desarrollo desarrollen más conexiones neuronales.

¿No es la navegación web y las redes sociales una forma suficientemente rica y compleja de estimulación social? Aparentemente no. Según algunos expertos, el uso de pantallas digitales bidimensionales y aplicaciones de redes sociales representa una forma más pasiva y “empobrecida” de estimulación social, en comparación con la socialización en el mundo real. El uso excesivo de las redes sociales y las aplicaciones digitales por parte de los niños puede inhibir su desarrollo cerebral normal, en comparación con los niños que juegan al aire libre, practican deportes e interactúan con otros niños en el mundo real no virtual. En la burbuja de las redes sociales, es posible que los jóvenes no estén ejercitando plenamente su cerebro para un desarrollo óptimo. El impacto en las mentes jóvenes podría hacer que algunos adolescentes sean más vulnerables al estrés, la ansiedad y otros problemas de salud mental.

Otro posible efecto directo y dañino en los jóvenes usuarios de las redes sociales puede ser causado por la luz que entra en sus ojos desde sus pantallas digitales. La luz influye en nuestro cerebro para que libere hormonas que indican la luz del día. Demasiada luz de pantalla azul que brilla en los ojos durante la noche puede alterar los ritmos circadianos naturales y los ciclos de sueño. La relación crítica entre dormir lo suficiente y la salud mental es bien conocida. Por lo tanto, la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente recomendó en 2024 estas pautas sobre el tiempo frente a la pantalla. La respuesta puede estar en ser más conscientes de la cantidad de tiempo que vemos pantallas digitales y de poner límites a la absorción de luz de la pantalla durante la noche. Éstas son buenas ideas, especialmente para niños y adolescentes cuyos cerebros aún se están desarrollando.

A medida que las redes sociales continúan ganando popularidad, se necesita investigación adicional sobre el impacto específico de las redes sociales y el tiempo frente a la pantalla en el cerebro del adolescente en desarrollo y su salud mental. Los padres y los adolescentes pueden aprender a ser conscientes del tiempo que dedican a consultar las redes sociales y a ser conscientes de cuándo el tiempo frente a la pantalla interfiere o limita otras actividades. Considera tomar descansos regulares y establecer horarios para desconectarse de Internet y las redes sociales. En su lugar, intenta programar y experimentar tiempo de juego diario en el mundo real, no virtual.

A version of this article originally appeared in English.

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