Atención Plena
Encontrando alegría en el presente
La sabiduría de Schopenhauer y el poder de la atención plena.
30 de septiembre de 2024 Revisado por Michelle Quirk
Los puntos clave
- Schopenhauer señaló que pasamos por alto los aspectos positivos hasta que desaparecen.
- La atención plena reduce el sesgo de negatividad, mejora las experiencias positivas y aumenta la satisfacción.
- La práctica de la atención plena cultiva la conciencia, fomentando la gratitud y una perspectiva equilibrada.
En el siglo XIX, el filósofo Arthur Schopenhauer propuso una idea convincente pero sombría: A menudo no apreciamos las cosas buenas de la vida hasta que desaparecen. Argumentó que tendemos a notar la ausencia de estados positivos en lugar de su presencia. Por ejemplo, nos volvemos muy conscientes de nuestra salud solo cuando nos enfermamos. Este concepto, a menudo denominado “felicidad negativa”, se explora en la obra fundamental de Schopenhauer, The World as Will and Representation (Schopenhauer, 1818/2010). Si bien la observación de Schopenhauer puede parecer pesimista, ofrece una visión profunda de la condición humana y, lo que es más importante, proporciona un trampolín para desarrollar un enfoque más satisfactorio de la vida a través de la práctica de la atención plena.
Schopenhauer creía que la felicidad se experimenta principalmente como la ausencia de dolor o necesidad, más que como una sensación positiva en sí misma. En sus palabras, “Sentimos dolor, pero no indolencia; cuidado, pero no ausencia de cuidado; miedo, pero no seguridad” (Schopenhauer, 1851/2000). Esta perspectiva resalta nuestra tendencia a dar por sentado las cosas buenas y centrarnos más en las experiencias negativas. Es un recordatorio aleccionador de la facilidad con la que podemos pasar por alto los aspectos positivos de nuestras vidas. La investigación psicológica moderna ha apoyado las observaciones de Schopenhauer. El concepto de sesgo de negatividad, por ejemplo, sugiere que los eventos negativos tienen un mayor impacto en nuestro estado psicológico que los positivos (Rozin y Royzman, 2001). Esta tendencia innata a centrarse en los aspectos negativos de nuestro entorno puede haber evolucionado como un mecanismo de supervivencia, pero, en el contexto de la vida moderna, puede conducir a una subestimación de las experiencias positivas y el bienestar general.
Antídoto contra el sesgo de negatividad
Si bien la observación de Schopenhauer es valiosa, no tenemos que resignarnos a apreciar las cosas solo en retrospectiva. Aquí es donde entra la atención plena. La atención plena, la práctica de estar completamente presente y comprometido con el momento actual, puede servir como un poderoso antídoto contra esta tendencia humana. Jon Kabat-Zinn, pionero en el campo de la reducción del estrés basada en la atención plena, define la atención plena como “prestar atención de una manera particular: a propósito, en el momento presente y sin prejuicios” (Kabat-Zinn, 1994). Esta práctica de conciencia intencional puede ayudarnos a contrarrestar la “felicidad negativa” descrita por Schopenhauer.
La investigación ha demostrado que la atención plena puede afectar significativamente nuestra capacidad para reconocer y apreciar los aspectos positivos de nuestras vidas. Un estudio de Kiken et al. (2015) encontró que la práctica de la atención plena se asoció con un aumento del afecto positivo y una disminución del afecto negativo con el tiempo. Esto sugiere que la práctica regular de atención plena puede cambiar nuestro modo predeterminado de percepción, haciéndonos más sintonizados con las experiencias positivas a medida que ocurren. Además, un metanálisis de Gu et al. (2015) encontró que las intervenciones basadas en la atención plena fueron efectivas para reducir los síntomas de ansiedad y depresión, lo que indica que la atención plena puede ayudar a mitigar el enfoque negativo que Schopenhauer identificó como una tendencia humana común.
Cultivando la conciencia
Uno de los mecanismos clave a través de los cuales opera la atención plena es cultivando la conciencia. Al entrenarnos para ser más conscientes de nuestras experiencias presentes, estamos mejor equipados para notar y apreciar los aspectos positivos que de otro modo podríamos pasar por alto. Esta mayor conciencia puede conducir a un mayor sentido de gratitud, que se ha relacionado con un mejor bienestar y satisfacción con la vida (Wood et al., 2010). La práctica regular de atención plena puede fomentar este sentido de gratitud, ayudándonos a apreciar lo que tenemos antes de que desaparezca, contrarrestando directamente el fenómeno que describió Schopenhauer.
Además, la atención plena puede ayudar a reducir nuestro sesgo de negatividad. Como se mencionó anteriormente, los humanos tienen una tendencia innata a enfocarse más en las experiencias negativas que en las positivas. Sin embargo, al practicar regularmente la atención plena, podemos entrenar a nuestros cerebros para que estén más equilibrados en su atención. Un estudio de Kiken y Shook (2011) encontró que incluso una breve inducción de la atención plena podría reducir el sesgo de negatividad en los participantes. Esto sugiere que la atención plena puede ayudarnos a mantener una perspectiva más equilibrada, permitiéndonos reconocer y apreciar las experiencias positivas con mayor facilidad.
Otro beneficio de la atención plena es su capacidad para mejorar nuestra experiencia de momentos positivos. Brown y Ryan (2003) encontraron que las personas con un alto nivel de atención plena informaron experiencias más intensas de emociones positivas. Esta intensidad experiencial mejorada puede ayudar a que las experiencias positivas sean más impactantes y memorables, contrarrestando potencialmente la observación de Schopenhauer de que a menudo no nos damos cuenta de los estados positivos hasta que están ausentes.
También se ha demostrado que la atención plena tiene efectos significativos para reducir el estrés. Un metanálisis de Goyal et al. (2014) encontró evidencia moderada de la eficacia de los programas de atención plena para reducir el estrés y la ansiedad. Al reducir los niveles generales de estrés, la atención plena puede crear un estado mental más propicio para notar y apreciar los aspectos positivos de la vida, sirviendo nuevamente como antídoto contra la tendencia identificada por Schopenhauer.
Formas prácticas de incorporar la atención plena
Para incorporar este enfoque de atención plena en la vida diaria, se pueden tomar varios pasos prácticos. Primero, establecer una práctica diaria de meditación de atención plena puede ser beneficioso. Se ha demostrado que incluso períodos cortos de 5 a 10 minutos por día tienen efectos positivos (Zeidan et al., 2010). Esto podría implicar ejercicios de respiración enfocados o meditaciones de exploración corporal. En segundo lugar, practicar el diario de gratitud, donde uno registra regularmente las cosas por las que está agradecido, puede ayudar a entrenar la mente para notar lo positivo más fácilmente (Emmons y McCullough, 2003). En tercer lugar, incorporar momentos de atención plena a lo largo del día, en los que uno toma breves pausas para experimentar plenamente su entorno y sensaciones, puede aumentar la atención plena en general. En cuarto lugar, los chequeos corporales regulares pueden ayudar a las personas a ser más conscientes de las sensaciones de comodidad o bienestar que de otro modo podrían pasar desapercibidas. Finalmente, practicar la apreciación consciente, donde uno se toma un momento conscientemente para reconocer y apreciar plenamente las experiencias positivas a medida que ocurren, puede ayudar a contrarrestar la tendencia a pasar por alto estas experiencias.
Al practicar la atención plena, podemos aprender a apreciar lo bueno en nuestras vidas mientras aún está presente, en lugar de solo en retrospectiva. Esto no niega la visión de Schopenhauer, sino que la utiliza como motivación para cultivar un enfoque más consciente y apreciativo de la vida. Al hacerlo, podríamos descubrir que la felicidad no es solo la ausencia de sufrimiento, como sugirió Schopenhauer, sino un estado activo que podemos nutrir a través de la conciencia consciente y la gratitud. Si bien las observaciones de Schopenhauer brindan una visión valiosa de la naturaleza humana, la atención plena ofrece una herramienta práctica para trascender estas limitaciones, permitiéndonos vivir más plenamente en el presente y apreciar la riqueza de nuestras experiencias a medida que se desarrollan.
A version of this article originally appeared in English.