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Verificado por Psychology Today

Sexo

¿El sexo puede evitar que el cerebro envejezca?

Cuando se trata de nuestro cerebro, ¿el sexo es la fuente de la juventud?

Los puntos clave

  • El sexo es como ejercicio para el cerebro, aumenta el flujo sanguíneo y libera neurotransmisores beneficiosos.
  • El sexo puede mitigar el estrés, preservar la cognición y estimular la formación de nuevas neuronas.
  • La calidad de las experiencias sexuales, predice una mejor función cognitiva en los adultos mayores.
Fuente: Milad Fakurian/Unsplash
Fuente: Milad Fakurian/Unsplash

Cuando se trata de nuestro cerebro y función cognitiva, ¿es el sexo la fuente de la juventud?

Los beneficios para la salud de la actividad sexual son ampliamente reconocidos y están bien documentados. Las investigaciones indican que no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también alivia el estrés, fortalece la función inmunológica y contribuye a la felicidad general, reduciendo la ansiedad y la depresión.

Sin embargo, la pregunta intrigante sigue siendo: ¿Puede el sexo también mejorar la función cerebral y ofrecer protección contra las enfermedades neurodegenerativas? Un nuevo estudio publicado en The Journal of Sex Research responde a esta pregunta.

Aunque la capacidad del sexo para mejorar nuestros cerebros puede parecer inverosímil, existen tres vías por las que podría suceder, cada una de las cuales se puso a prueba por los autores de este estudio.

En primer lugar, dada su fisicalidad, el sexo se considera (al menos por aquellos en el campo médico) un tipo de ejercicio que, según muestran los estudios, produce un poderoso impacto en el rendimiento cognitivo al aumentar el flujo sanguíneo al cerebro, reducir la inflamación en el cuerpo y aumentar las proteínas que inducen el crecimiento y la supervivencia de las neuronas.

En segundo lugar, el sexo mitiga el estrés, preserva la cognición y fomenta la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, un área del cerebro asociada con la memoria.

En tercer lugar, la excitación y el orgasmo conducen a la liberación del neurotransmisor dopamina. En los adultos mayores, se ha descubierto que la dopamina mejora la memoria episódica.

En conjunto, a medida que las personas avanzan en el curso de la vida y hacia la vejez, el sexo puede ser una forma de combatir la atrofia en el cerebro debido a su capacidad para disminuir el riesgo cardiovascular, reducir el estrés y liberar dopamina.

El estudio

Los autores analizaron datos de encuestas representativas a nivel nacional de EE.UU. de la segunda (2010-2011) y la tercera (2015-2016) rondas del Proyecto Nacional de Vida Social, Salud y Envejecimiento (NSHAP), comparando a 2,409 encuestados que completaron ambas rondas de la encuesta con cinco años de diferencia para analizar cómo cambiaron con el tiempo.

Los autores midieron y compararon dos grupos de edad; personas "más jóvenes" (de 62 a 74 años) y personas "mayores" (de 75 a 90 años).

Para medir la función cognitiva, el NSHAP utilizó una adaptación de la encuesta de Evaluación Cognitiva de Montreal (MOCA-SA).

La frecuencia sexual se midió preguntando a los encuestados con qué frecuencia participaron en actividades sexuales durante los últimos 12 meses, y las posibles respuestas fueron "nunca", "una vez al mes", "2-3 veces al mes" y "una vez a la semana o más".

Para medir la calidad sexual, los autores analizaron preguntas del NSHAP que pedían a los participantes que informaran cuánto placer físico y satisfacción emocional recibían en su relación sexual. Ambas medidas de calidad sexual se codificaron como "ninguna"/"ligera"/ "moderadamente placenteras o satisfactorias" y "muy/extremadamente placenteras o satisfactorias".

Los autores descubrieron cuatro hallazgos principales con respecto al impacto del sexo en la cognición en adultos mayores.

Primer hallazgo: Entre el grupo de mayor edad (es decir, de 75 a 90 años), los autores encontraron que tener relaciones sexuales con mayor frecuencia se relacionaba con un mejor funcionamiento cognitivo cinco años después, en la segunda ronda del estudio. Específicamente, entre los adultos mayores de 75 a 90 años, aquellos que participaron en actividad sexual al menos una vez a la semana tuvieron una puntuación cognitiva que fue 1.5 unidades más alta cinco años después en comparación con sus contrapartes que no informaron actividad sexual en el último año. Los autores especulan que en este grupo de edad, la frecuencia sexual conduce a una mejor función cognitiva porque mejora la circulación, como otras formas de ejercicio.

En particular, el tamaño del efecto de este primer hallazgo fue comparable al de la educación, otro factor que se sabe que impacta positivamente en la función cognitiva a medida que envejecemos. En otras palabras, ¡esto sugiere que tener relaciones sexuales una o más veces por semana conduce a una función cognitiva casi tan mejorada como obtener un título universitario en adultos mayores (de 75 a 90 años)!

Segundo hallazgo: Un segundo hallazgo importante del estudio fue que entre el grupo de edad más joven (de 62 a 74 años), la calidad sexual afectaba la cognición. Los adultos más jóvenes que sentían que sus relaciones sexuales eran muy placenteras y satisfactorias tenían un mejor funcionamiento cognitivo cinco años después que sus contrapartes que no lo sentían así. Los autores señalaron que este hallazgo es consistente con un estudio reciente que sugiere que la cercanía emocional con una pareja sexual predice mejores puntajes de los adultos mayores en las pruebas de memoria. Este resultado puede deberse a las hormonas del placer, específicamente la dopamina, asociadas con relaciones sexualmente satisfactorias. En otras palabras, las personas con relaciones más satisfactorias sexualmente pueden experimentar niveles más altos de dopamina, lo que se ha relacionado con una mejora de la memoria en los adultos mayores.

Tercer hallazgo: Los hombres, pero no las mujeres, que informaron altos niveles de placer físico en sus relaciones sexuales disfrutaron de un mejor funcionamiento cognitivo cinco años después que los hombres que no lo hicieron. Los autores señalaron que este hallazgo es consistente con hallazgos previos que utilizaron datos representativos de adultos mayores ingleses que encontraron que la actividad sexual estaba relacionada con el recuerdo de la memoria de los hombres, pero no con la de las mujeres. Los autores especulan que esta diferencia de género se debe a la socialización. Dado que se pone más énfasis en los hombres que buscan placer sexual que en las mujeres, tienden a priorizarlo.

Cuarto hallazgo: Finalmente, los autores establecieron una clara dirección causal de la actividad sexual a la función cognitiva mejorada en lugar de al revés. Esto significa que los adultos que tenían vidas sexuales activas y satisfactorias experimentaron beneficios cognitivos significativos cuando se evaluaron cinco años después. Curiosamente, también se observó que tener una función cognitiva más alta al inicio del estudio no condujo a una mayor frecuencia o satisfacción en la actividad sexual en los cinco años posteriores. Esta idea surgió de los datos recopilados en la segunda ronda del estudio, subrayando el impacto positivo de la actividad sexual en la salud cognitiva a lo largo del tiempo.

Los hallazgos de este estudio resaltan los beneficios significativos que una vida sexual activa puede tener en el funcionamiento cognitivo de los adultos mayores. Es una observación importante que, si bien la frecuencia sexual puede disminuir naturalmente con la edad, muchos adultos mayores no solo permanecen sexualmente activos sino que también informan una mayor satisfacción sexual. Esta mejora en la calidad sexual podría atribuirse a una comprensión y refinamiento más profundos de las preferencias y habilidades sexuales dentro de sus relaciones.

Teniendo en cuenta las innumerables formas en que el sexo contribuye a la salud física y mental, su papel en el bienestar de los adultos mayores debería ser un punto focal en las discusiones y la planificación de la atención médica.

También es crucial reconocer que las ventajas de la actividad sexual, como se identificaron en este estudio, probablemente sean universales y trasciendan los grupos de edad. Los beneficios fisiológicos del sexo, que actúan como una forma de ejercicio físico, estimulan la liberación de dopamina y ayudan a la memoria, son aplicables a todos, independientemente de su edad.

Todos merecemos una vida sexual saludable. Nuestros cerebros pueden depender de ello.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Nicole K. McNichols Ph.D.

La Dra. Nicole K. McNichols, es Profesora Asociada en el Departamento de Psicología en la Universidad de Washington en Seattle. Enseña "The Diversity of Human Sexuality", el curso más grande y popular de licenciatura en la universidad.

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