El protocolo del perdón: cómo dsculparte cuando lastimas a alguien más

David y yo hemos estado estudiando la guerra y la violencia desde 1979, y David ha estudiado la agresión desde principios de los setenta. Durante el proceso de este trabajo, especialmente nuestro trabajo inicial sobre la guerra nuclear y la teoría de la disuasión, nos volvimos conscientes de que gran parte de la violencia ocurre bajo la rúbrica de la venganza o la justicia.

Las guerras descritas como “justas” y el castigo capital también es una forma de “justicia” a ojos de algunas personas y naciones. Usualmente, la venganza, las represalias y las guerras justas son maneras de vengarse después de que una persona, grupo o nación han sido lastimados por otra persona, grupo o nación. “Ojo por ojo y diente por diente” se toma por axioma, aunque con demasiada frecuencia la violencia escala a una amputación por un ojo o una vida por un diente. Mientras que la autodefensa es casi universalmente aceptada como una razón legítima para la violencia, la venganza se acepta como igualmente válida por muchas personas y naciones.

En nuestro libro más reciente, ¡Venganza! Por qué tomamos represalias, redirigimos la agresión y nos vengamos, analizamos la biología, etología, sociología e historia de la venganza y en el capítulo final describimos una serie de alternativas. Me voy a adelantar y hablar sobre una de esas alternativas porque creo que podría ser la vía más práctica para detener el ciclo de violencia y de pasar el dolor de persona a persona. Tienes mi permiso de usar esto en cualquier formato, en cualquier momento.

¿Qué haces si te enteras de que has lastimado o herido a alguien y quieres revivir la relación o incluso mejorarla? ¿Cómo haces una disculpa completa, compleja y sanadora que atienda el dolor de la parte lastimada y su posible necesidad de tomar represalias?

Formulé una receta llamada Protocolo del Perdón, que le doy a mis pacientes, particularmente a padres que han lastimado a sus hijos o parejas heridas por el adulterio. El protocolo está ligeramente basado en los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, las plegarias judías para el perdón de los judiós en los Días Temibles y una oración para antes de dormir en la tradición judía ortodoxa llamada Shemá para la hora de dormir.

He aquí el protocolo:

El Protocolo del Perdón

1. Di que lo sientes.
2. Haz un inventario de cómo tu comportamiento podría haber lastimado o herido a alguien. Pregúntale a la otra persona si está completa la lista y corrige tu lista para reflejar un relato completo de los costos de tu comportamiento.
3. Di que lo lamentas de nuevo. Debes estar listo para decir esto muchas veces.
4. Dile a la otra persona exactamente cómo entiendes los costos de tu comportamiento y permite que la otra persona se desahogue, se extiende o reitere todo lo que sea necesario para que la otra persona realmente se sienta escuchada.
5. Aclara con la otra persona si el comportamiento fue un simple accidente, un error, un cálculo erróneo de costos y beneficios o un acto deliberado. Esta parte no es fácil y requiere tiempo y atención. “La desconsideración” es una de las fuentes más comunes de problemas y podría reflejar un egocentrismo recurrente. Los actos intencionales de venganza o malicia también requieren mucho entendimiento para reconocerse.
6. Pide perdón humildemente. Describe tu estado interno de culpa, remordimiento, tristeza, dolor, enojo o lo que sientas.
7. Describe lo que aprendiste del incidente. Muestra entendimiento y conciencia, sobre tu error, sobre ti mismo o sobre la otra persona y su dolor.
8. Haz una lista de lo que harás o cambiarás para evitar una repetición del incidente.
9. Aclara qué penalidades esperas si vuelves a cometer ese error o a transgredir. Discutan qué harán cada uno para evitar la repetición.
10. Di que lo sientes, otra vez.

Demasiadas personas creen que simplemente decir que lo sienten una vez debería ser suficiente cuando han herido los sentimientos de alguien más. Sin embargo, el código legal es más claro: si causas daños al coche de alguien, tienes que pagar los daños. Puede ser difícil objetificar los costos emocionales, pero es algo que debe hacerse para sanar.

En efecto, el Protocolo del Perdón descarga el dolor y el sufrimiento de la víctima de vuelta al perpetrador, al hacer que el perpetrador se vuelva humilde, considerado y en deuda, en otras palabras, subordinado, con una necesidad de pagar por la injuria con esfuerzos considerables.

Quiero que este protocolo esté disponible para todos cuando sea necesario. Tómalo, pruébalo, pégalo a tu refrigerador, enséñalo a tus hijos. Ya que todos cometemos errores terribles de vez en cuando, es importante saber cómo pedir una disculpa convincente. Es una de las vías para la paz, tanto personal como globalmente.